jueves, 31 de julio de 2008

Al Supremo en uno de sus peores momentos.


Donde hay poca justicia es un peligro tener razón. Quevedo y Villegas.
La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo. -Platón

Hace unos pocos meses hablábamos en los días que se había publicado cartas que asociaban demasiado afablemente a Madero con los caciques del Supremo de Puerto Rico, cartas que mencionaban donativos de miles a la vez que la controversia de Paseo Caribe hervía, y en esos mismos días una mujer y sus hijos era asesinada luego de ir tres veces ante un juez dek tribunal de primera instancia en busca de ayuda y protección (tenía una orden de protección válida de violencia doméstica contra su esposo y se hallaba escondiéndose de el en la isla). El comentario era inescapable, era muy mal momento para hablar de justicia en Puerto Rico.

Las noticias sombrías sobre la resolución del Supremo referente a Paseo Caribe aunque francamente no son sorpresas (sorpresa hubiese sido que hubiese pasado otra cosa, pero comoquiera la fe es lo último que se pierde) me impulsan a rápidamente reaccionar. Lo cierto es que mucho de lo que habré de plantear son asuntos que he ponderado previamente, muchos de los eventos o de las cadenas de eventos, son perfectamente corroborables. Tal vez en este momento, nuevamente por la prisa que siento, no lo haré, pero el compromiso de fundamentarlo todo está planteado.

Una decisión de Hernández Dentón y Anabelle Rodríguez sobre esta controversia, ambos se deben haber inhibido por sus evidentes conflictos de interés, es asunto que mina inexorablemente en sus fundamentos la credibilidad del foro. Habíamos señalado que esta decisión era una especie de Waterloo para el Supremo de Hernández Denton, el fin de la época de inocencia y la mística jurídica. Hoy los señalamientos marxistas fundamentales de cómo el sistema jurídico democrático no deja nunca de ser un instrumento de dominación al servicio de los grandes intereses y clases capitalistas, se confirman. Hoy el Supremo vuelve (si alguna vez dejó de serlo) a ser el Supremo de Cecil Snyder el fiscal que amapuchó el juicio de Albizu Campos (arreglando el jurado para garantizar un final que se ajustara a los intereses de la metrópoli imperial, de los intereses de los capitalistas colonialistas de la Eastern Sugar y Porto Rico Sugar, entre otros, y que respaldara el interés represivo del FBI y su zar J.Edgar Hoover) y recibió como premio el ser nombrado por Muñoz Marín el primer juez presidente del Supremo del ELA. Hoy la profesión togada de Puerto Rico vuelve a ser la clase que olvida que desaforó a Albizu Campos por unos hechos de los cuales no fue enjuiciado justamente y realmente fue rechazado por su patriotismo.

Lo cierto es que la voz de la Honorable Liana Fiol Matta en su disidencia y concurrencia es la única razón que encontramos de esperanza en esta judicatura que ha demostrado tener precio y amo.

¿Qué actitud debemos asumir…? En la búsqueda de esta respuesta me debo inspirar en la lucha de cientos de años que tuvieron que desarrollar las mujeres en la consecución de su emancipación e igualdad, que hoy sigue, y que con tanta decisión judicial adversa e injusta tuvo que encararse. Brown v. Board of Education, las dos decisiones que por fin dieron al traste con el sistema de segregación en los sistema de educación pública de los EEUU, llegó tras unos sesenta años de Plessy v. Ferguson, decisión de la Corte Suprema que en el 1896 autorizó la segregación décadas después de la abolición de la esclavitud.

Lo cierto es que la historia del sistema judicial es una historia de muchos y frecuentes capítulos que ponen en tela de juicio los principios filosóficos que supuestamente alimentan dicho sistema. Lo cierto y definitivamente bochornoso es que en muchas ocasiones las decisiones han ondeado según el vaivén de intereses mezquinos y propósitos indignos.

En el 1942 cuando la nación americana le declaró la guerra a Japón, encarceló a miles de ciudadanos americanos de descendencia japonesa (más de 110,000) sin ninguna consideración de debido procedimiento (sin embargo esa misma guerra EEUU le había declarado la guerra a Alemania y a Italia, y no realizó acciones similares contra descendientes de esas nacionalidades). Ese capítulo bochornoso justificó las siguientes palabras de un periodista que se enfrentó al sistema en más de una ocasión en defensa de los valores de la justicia.

Wendell Willkie, en el Saturday Evening Post el 27 de junio del 1942 escribió:

“Today we are living once more in a period that is psychologically susceptible to witch hanging and mob baiting. And each of us, if not alert, may find himself the unconscious carrier of the germ that will destroy our freedom. For each of us has within himself the inheritances of age-long hatreds, of racial and religious differences, and everyone has a tendency to find the cause for his own failures in some conspiracy of evil. It is, therefore, essential that we guard our own thinking and not be among those who cry out against prejudices applicable to themselves, while busy spawning intolerances for others.
In addition, as citizens, we must fight in their incipient stages all movements by government or party or pressure groups that seek to limit the legitimate liberties of any of our fellow citizens. For government, which should be the very guardian of these liberties, is frequently, through excess zeal or desire for quick accomplishment of a purpose, the oppressor. And political parties, overanxious for vote catching, become tolerant to intolerant groups. I have noticed, with much distress, the excessive wartime activity of the investigating bureaus of Congress and the administration, with their impertinent and indecent searching out of the private lives and the past political beliefs of individuals. Such methods, of course, are employed with the excuse of protecting the nation from subversive activities. So are those of the Gestapo. I have been appalled at the callous indifference of high officers of the navy to the obvious and undemocratic discrimination against Negroes, and disturbed to find similar discrimination too often in the ranks of industry and labor. I have been shocked to read that the Department of Justice seeks to revoke the citizenship of naturalized citizens suspected of foreign allegiance, rather than forthrightly to prosecute such persons for whatever crime they may be guilty of. The course it is pursuing casts doubt on the rights of all naturalized citizens to the same treatment before the law as is enjoyed by their fellows who were born here. I have been sickened to see political parties flirting with remnants of anti Catholic Ku Klux Klanism and hesitating to denounce the anti-Semitism of Coughlinites and others.
For now more than ever, we must keep in the forefront of our minds the fact that whenever we take away the liberties of those we hate, we are opening the way to loss of liberty for those we love. Our way of living together in America is a strong but delicate fabric. It is made up of many threads. It has been woven over many centuries by the patience and sacrifice of countless liberty-loving men and women. It serves as a cloak for the protection of poor and rich, of black and white, of Jew and gentile, of foreign - and native-born. For God's sake, let us not tear it asunder. For no man knows, once it is destroyed, where or when man will find its protective warmth again.”

Nosotros los que nos negamos a olvidar nuestra verdadera historia (aunque estos capítulos los esconden en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico) recordamos como la Ley de la Mordaza y las listas de ‘subversivos’ enmarcaron cientos de arrestos injustificados durante la Revuelta Nacionalista, sin orden de detención y ningún asomo de debido procedimiento justamente inaugurando nuestra Constitución y a manos del entonces secretario de Justicia y luego presidente del Supremo Trías Monge (que luego supuestamente se arrepentiría de sus años de testaferro colonial). Época en que tener una bandera puertorriqueña era suficiente motivo para ser arrestado y fichado.

Hoy los autonomistas luchan por conseguir mayores poderes y “soberanía”, no es esto un intento de reivindicar los derechos adquiridos por el pueblo puertorriqueño en la Carta Autonómica y que nos fueron arrebatados ilegalmente mediante el infame Tratado de París.

Veamos como se intenta ‘legalizar’ la injusticia en el ejemplo que narra Luis López Nieves “En el 1898, tras la mal llamada guerra Hispano-Americana (Hispano-Estadounidense), los norteamericanos se quedaron con Puerto Rico como botín de guerra. De inmediato impusieron el inglés como único idioma oficial de la nueva colonia. El nombre del país, incluso, cambió a Porto Rico. El gobierno, de generales y civiles norteamericanos, operaba en inglés. El sistema escolar enseñaba en inglés desde el primer grado. Niños de seis años de edad, tanto de la ciudad como del campo, debían recibir instrucción en inglés.
Claro, los puertorriqueños no hicieron caso. Los maestros daban las clases en español y sólo cambiaban al inglés -con la complicidad de los estudiantes- cuando alguno de los supervisores gringos se asomaba al aula o salón de clases.
En el 1948, tras una larga lucha de cincuenta años que no tengo espacio para contar, los gringos se dieron por vencidos. Aceptaron el español como idioma dizque cooficial y permitieron que el sistema educativo regresara al español. Los gringos simplemente oficializaron la realidad, porque el idioma de un país no se cambia por decreto.”(Tomado de, y disponible en: http://www.ciudadseva.com/otros/idiomapr.htm para información más detallada favor ver http://www.puertadetierra.com/educacion2.asp ).

Hay dos decisiones recientes que manchan a la Corte Suprema de los EEUU y que sin dudas son otros precedentes nefastos que de seguro serán revocados en el futuro, hay muchas más pero quisiera por lo menos citar Kelo v. New London donde permiten expropiar una comunidad tradicional para fines de ‘desarrollo económico’ lo cual resultó en hacer un estacionamiento para una empresa farmacéutica y el caso, González v. EEUU, Jessica Gonzales demandó a la ciudad de Castle Rock, Colorado porque la Policía rehusó actuar para aplicar una orden de restricción de la corte contra su violento esposo. La demanda la ganó en el Décimo Circuito pero la perdió en la Corte Suprema de los EEUU, era una demanda por negligencia crasa contra la policía por no cumplir su responsabilidad y ejecutar una orden legítima de protección. La orden de la corte requería que Simón Gonzales estuviera alejado de la casa de ella y sus niños y también decía, “La Policía deberá usar todos los medios razonables para protegerla y a sus niños.” Simón Gonzales secuestró a sus tres hijas, Rebecca, Kathryn, y Leslie de su casa y, varias horas después, les disparó y las mató.
Cuando Jessica Gonzales se dio cuenta que sus tres hijas no estaban, inmediatamente llamó al Departamento de Policía de Castle Rock. Les mostró a los oficiales la Orden de Restricción de la Corte y les solicitó ayuda. La ley de Colorado requiere que la policía arreste a cualquiera que viole una orden de restricción. La Sra. Gonzales dijo que los oficiales de policía no parecían muy preocupados. Le dijeron que llamara nuevamente en unas horas si las niñas no regresaban a casa.
Simón Gonzales finalmente llamó a Jessica para decirle que estaba con las niñas en un parque de diversiones muy conocido. Jessica llamó a la policía y les pidió buscar a las niñas y traerlas a casa. Le dijeron que no podía porque el parque no estaba en su jurisdicción.
Rehusaron su solicitud de llamar a la policía de esa jurisdicción.
Después de llamar tres veces, la policía le pidió llamarlos otra vez a medianoche si para entonces las niñas no llegaban a casa. Ella manejó hasta la estación de policía después de su cuarta llamada y de nuevo les dijo a los oficiales de la orden de restricción y de nuevo les pidió ayuda antes de irse a casa.
A las 3:20 de la mañana, Simón condujo hasta la Estación de Policía de Castle Rock y comenzó a disparar al edificio con una pistola semiautomática que recién había comprado. Los oficiales de Policía le dispararon y lo mataron y encontraron los cuerpos muertos de las tres niñas en su camión. Tres niñas muertas y una decisión injusta.

Hoy, tenemos antes nosotros otro reto como cuando nos enfrentamos a la Marina de Guerra en Vieques, hoy nos enfrentamos al poderoso Don Dinero y su control sobre el estado colonial incluyendo el secuestro que mantiene del sistema judicial.

Hoy nuevamente vemos otro de los miles ejemplos en que la justicia no es sinónimo de sistema de derecho.

Hoy como siempre permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen.

Hoy rechazamos igual que los verdaderos constitucionalistas el que aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero (Benjamín Franklin), y los que se asocian, alían y asisten a estos capaces de hacer lo que sea, sean jueces o lo que sean, tienen sus historias repletas de excusas imposibles de justificar.

Y nosotros a seguir luchando.

posdata- resta hacer el análisis obligado del documento del tribunal supremo, ver los argumentos legales que subsisten (a nivel local) como los asuntos pendientes de los manejos turbios en cuanto a la permisología, reestudiar las implicaciones del valor de patrimonio histórico del fortín san jerónimo y sus áreas aledañas (inclusive desde la perspectiva de las doctrinas federales de 'historical battlefield' [ironía que nuevamente nos tengamos que referir a los parámetros federales ya que las leyes de puerto rico resultan inadecuadas, incompletas e irrelevantes como cuando mediante la decisión de lawrence v. texas fue que se dió finalmente al traste con las leyes medievales de sodomía y homofobia]) e inclusive ver precedentes en ese nivel (pidiéndo asistencia a varias agrupaciones norteamericanas de defensa de intereses públicos) y hasta plantear si es razonable que en año eleccionario (a sabiendas de que el sr. madero y su comidilla de exbanqueros delincuentes son ultragenerosos en apoyar/comprar políticos tanto rojos como azules) se impulse alguna acción legislativa que interceda con el atropello. pero antes que nada, esperar por la rabia del pueblo puertorriqueño que se vuelque ante estas injusticias 'legalizadas' como 'legalizados' por sus respectivos tribunales supremos fueron el gobierno fascista de Hitler y el de Pinochet.

3 comentarios:

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

el domingo volquemos nuestra ira, rabia, indignación, y
desprecio por los mercaderes del templo que habitan en el supremo.
insisto, es tarea urgente, cotidiana y prioritaria regar la voz del
disgusto, sembrar la conciencia puertorriqueña y denunciar a los
falsos profestas de la 'legalidad' vendida a precio capitalista. este
domingo nuevamente, bandera en mano, pueblo en el corazón reafirmemos
que este pueblo no se vende, esta isla no es el paraiso de los
ladrones millonarios y que teman que el destino no perdonará ni el
pueblo olvidará su servilismo.

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

¿de cuándo acá el jefe de la policía es que decide qué protestar y cuándo y cómo realizar dichas protestas...?

Si así fuese estaríamos viviendo todavía en una sociedad feudal y seríamos siervos y esclavos, sin derechos ciudadanos, porque en su momento (despreciable) de la historia ese era el sistema 'legal', ejemplos, la revolución por la independencia se basó en la flagrante ilegalidades de los revolucionarios americanos, la toma de la Bastilla fue un abierto desafío y una violación tajante del sistema de derecho monárquico, podríamos seguir pero el punto es que todos estos momentos de avance social, de toma de derechos por el pueblo y de cambio político fueron combatidos por las policías, los sistemas de 'justicia' y demás embelecos del Estado, en ninguno tuvieron la razón, en todos solo tenían el deber de velar por los intereses del sistema establecido y ahh, velar por su derriere...

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