miércoles, 19 de noviembre de 2008

saliendo de la cueva...


empezó como una rebelión ante el abuso de la compañía de celulares que me estaba violando a su gusto con unas facturas increíblemente altas, imagínate pagar $600, yo que de verdad ni me gusta hablar por teléfono, me habían sodomizado previamente con al menos tres facturas de $200 las que pague sumisamente pensando que algún día iría a pedir una auditoría de la cuenta (aunque no te devuelven el dinero pagado sino que te lo acreditan a la cuenta para cubrir futuras embestidas contranatura)..


nada, llegó el mensaje, me cortaron el servicio y reventó la cólera del hasta ese momento manso esclavo sexual de Claro.. la cosa es que al principio pensé: que se joda.. de repente el silencio me cautivó con sus caricias tiernas y como que le cogí el gusto a ser amante de la soledad absoluta..

nadie llama, nadie hace falta, el que me quiera que me busque.. los que me quieren me buscaron, los que me quieren un poco más, saben donde encontrarme casi siempre (es cierto soy criatura de costumbres cíclicas, me gustan los mismos sitios, las mismas músicas y ultimamente no estoy tocando ni cantando ni bailando mucho...)..

el remanso del silencio inalámbrico se confabuló con la soledad para deleitar mis deseos de escribir las idioteces que escribo, de fantasear las ilusiones que pensaba se habían muerto, de soñar despierto...

la aventura de mi vida se convirtió en viaje fantástico hacia mis adentros, navegaba por las tripas de mis ideales, fluía por las venas de mi alma, renacía..

y el tiempo ese traicionero enemigo de los mortales se quedó callado porque sabía que me tenía atrapado..

por la ventana de mi aposento me visita una reinita que con su gracia me presagia momentos de futuros mágicos.. su volar me trajo el deseo de reencontrarme con mi tribu..


andando entre caras me topé con una sonrisa.. era la sonrisa de alguien que no conocía más que como una musa cibernética.. sin darme cuenta, empecé a escalar el precipicio rasgado, las estrellas me llamaban, la luna me cantaba, de repente estaba en el borde de la salida de la caverna..


raro como la entrada a mi soledad era la salida de mis versos..

y ahora, quiero poder llamar y que esas llamadas tengan un eco de voz ajena.. mañana voy a aceptar mi destino y ni manera, Claro volverá a poseerme, pero siendo así, me he encontrado conmigo mismo y contigo...


posdata- para alguien que me quiere llamar...

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