lunes, 18 de enero de 2010

Haití: haciendo mantequilla del agua, perfume del aire...

Una semana después del terremoto: El último informe de muertes de la Comisión Europea, duplicó los estimados anteriores a aproximadamente 200.000, con unos 70.000 cuerpos enterrados. Los analistas de la Comisión Europea estiman que 250.000 fueron heridos de gravedad y 1.5 millones han quedado sin hogar.


La mejor manera de honrar al Dr. Martin Luther King es practicar los principios de los Derechos humanos en lo que hacemos, es ser honesto con nosotros mismos y con todo el mundo. Hoy se me ocurre que ese homenaje activo y vibrante, por lo menos para mi es apoyar y unirme a la lucha fundamental por los Derechos humanos de los haitianos porque tras la sombra perversa del desastre natural yace la desgracia social de un pueblo víctima de una historia de opresión y discrimen generalizado. Igual de la manera que yo lo interpreto cuando me solidarizo con el pueblo haitiano en su lucha por la sobreviviencia y la dignidad, en su lucha contra los prejuicios, la xenofobia y explotación, a la vez hago mía la lucha de todos los pueblos y las comunidades oprimidas, explotadas y discriminadas por ende soy de la misma manera solidario con Villas del Sol que lucha contra el sismo de la imprudencia y los abusos del gobierno de Puerto Rico. Es una misma lucha, es la misma lucha del Dr. Martin Luther King y sigue viva.


He titulado 'Haití: haciendo mantequilla del agua, perfume del aire...' esta aportación por dos razones. Es una frase haitiana que captura su espíritu ante la adversidad, igual aplica a la personalidad de Villas del Sol por ejemplo. La segunda razón es que he aprendido esa frase de labios de la escritora haitiana Edwidge Danticat y de quien voy a presentar un reciente artículo sobre el presente y futuro de los haitianos, el futuro e implicaciones del sismo y los retos de los que debemos unirnos a su lucha. Al final tras unas notas sobre la autora finalizo con un enlace que hay con una breve y hermosa entrevista con Edwidge Danticat que le hace el Miami Herald porque la estimo muy pertinente y justo en el punto del balance emocional e informativo necesario.


Haití sangriento, sacudido y querido.
Los haitianos dicen que Haití es "te & grave, glise", tierra resbaladiza. Incluso bajo las mejores circunstancias, el país puede estar un momento estable, entonces desmoronándose el siguiente. Haití nunca ha sido una tierra más resbaladiza que ahora. Cadáveres dejados en desorden en las calles. Comunidades enteras enterradas bajo los escombros. Hogares aplastados y hecho polvo.


Para aquellos de nosotros que conocemos y amamos a Haití, ahora nuestros corazones son también tierra resbaladiza. Un momento esperanzados luego desesperados el siguiente. ¿Nos preguntamos si 200 años de existencia finalmente han alcanzado su abismo? Pero ahora incluso la tierra no da más.


Nuestro amor no ha cambiado. De hecho es incluso más profundo. Pero Haití, o lo que queda de ella, ha cambiado. Ha cambiado físicamente, las fallas del terremoto han cambiado catastróficamente su paisaje. Las montañas que se han pelado de sus árboles y minado para los materiales de construcción después hacinado con hogares inestables se han derrumbado, dejando a pobres y ricos desamparados .


Ha sido un desastre natural, pero uno que ha venido contruyéndose durante mucho tiempo. En parte debido a las políticas agrícolas negligentes e incluso viciosas que han empujado a los haitianos de su tierra a una ciudad construída para 200.000 que fue forzada a contener casi tres millones. ¿Si una tormenta tropical puede enterrar una ciudad entera debajo del agua como la tormenta tropical Jeanne hizo a Gonaives hace cinco años, si un alud de lodo puede derribar comunidades enteras como sucede en una base regular, entonces ¿qué opotunidad tuvo el Port-au-Prince con un terremoto 7.0? Sin mencionar las réplicas sísmicas que pueden continuar por meses. "La tierra sigue sacudiéndose..." un, agradecidamente bien amigo de Carrefour, el epicentro, nos dijo: "La tierra sigue sacudiéndose..."


Una parte injusta
Haití ha tenido más de su parte de la atención internacional desde el terremoto esta última semana. Nosotros que conocemos y amamos a Haití nos ha dolido por mucho tiempoo, y frustrado a veces, que es un lugar que puede ser notado solamente cuando está de rodillas. Comoquiera nadie es más agradecido que yo por toda esta atención pues aguardo noticias de seres amados.


De mi primo Maxo, que había vuelto recientemente a Haití para continuar el trabajo de su padre, mi tío José, ministro que había muerto aquí en Miami en la custodia del departamento de Homeland Security hace cinco años. De mi tía Rezia, que cuando me diagnosticaron con tuberculosis como niña, fue la única persona que me besó en la cara de todos modos. De mi primo Fritzner, que era candidato para alcalde en Delmas.


De mi amigo artista Jhon Charles, que mi marido y yo recibimos en nuestro hogar durante el Art Basel y que le dijo en ese entonces a Lydia Martin del Miami Herald: "El arte haitiano, utiliza cualesquiera materiales que podemos encontrar. Pero caminando alrededor de las ferias, me sorprende cuántos materiales tienen los artistas de otras partes del mundo. Veo todas las posibilidades sin fin que existen."


Vivo y respiro cada momento esperando oír de ellos y literalmente de centenares de otra gente sin quien no puedo imaginar mi vida.


Mirando, escuchando
Mirando las noticias y viendo a las muchedumbres desesperadas, hambrientas, busco sus caras. En ésos que duermen a la intemperie, busco sus formas. En las entrevistas en las estaciones de radio haitianas, estoy atenta a escuchar sus voces. Viendo a niños heridos vagando por las calles, veo a mis hijas. Me veo yo.


Sigo siendo agradecida. Soy agradecida, incluso si es prematuramente y quizás me equivocoo sobre la posibilidad de su supervivencia. Soy agradecida de cada país del mundo que ha ofrecido ayuda que puede hacerlo posible. Soy agradecida por cada dólar donado. Pero incluso siendo agradecida también estoy temerosa. Con tanta gente durmiendo afuera, estoy temerosa de la primera lluvia. Estoy temerosa por el espectro que se asoma de las escaseces de alimentos y de las enfermedades contaminadas del suelo y aerotransportadas de los cuerpos en desintegración. Estoy temerosa que esta realidad no produzca televisión dramática más y todo el cuidado y la atención que ahora se está prestando a Haití se acabarán.


Haití necesita, y continuarán necesitando, la clase de amor y compromiso que no es resbaladizo. Ahora necesita nuestra atención y cuidado, pero también lo necesitará por meses, años, y quizás décadas de ahora en adelante. Los haitianos son resistentes.


Haremos nuestra parte. pero los amigos y los vecinos de Haití deben seguir tan atentos y comprometidos con los haitianos a largo plazo como ahora están. De esa manera solamente puede Haití no sólo salir, sino quedarse fuera del abismo. Y sobre lo que ahora, con cadáveres en cada esquina de cada calle, no es la tierra resbaladiza, sino tierra sagrada.
-Edwidge Danticat

Tomado de
http://www.miamiherald.com/news/americas/haiti/story/1428511.html

Nota de ROF.- En el enlace anterior llegas a un entrevista reciente en video con Edwidge Danticat sobre la situación de Haití.


Edwidge Danticat fue premiada en 2009 con el premio Nicolás Guillén de la Caribbean Philosophical Association, empezó su trayectoria de novelista en 1994.

Nacida en Puerto Príncipe, bajo el régimen dictatorial de Papa Doc Duvalier. Cuando tenía dos años, su padre emigró hacia Estados Unidos para trabajar en una fábrica. Dos años después, partió su madre, y ella quedó al cuidado de su tío, un viejo pastor que vivía en una de las zonas más pobres de Puerto Príncipe. A los doce años, emigró hacia Estados Unidos en busca de sus padres y se instaló en Brooklyn. Se graduó en Literatura Francesa y luego obtuvo una maestría en la Universidad de Brown. A los veinticinco años publicó su primera obra Palabra, ojos, memoria (1994), a la que siguieron el libro de cuentos Krik? Krak! (1997) y la novela Cosecha de huesos. Sus obras muestran el reverso de la isla de Haiti y revelan un lugar profundo y fantástico, sin dejar de lado, las problemáticas étnicas, económicas y políticas que atraviesan los habitantes de ese país. En ese sentido, Danticat asume con valentía su condición de cronista y refleja una cultura sostenida sobre leyendas, mitos y tradiciones que las mujeres, de generación en generación, lograron transmitir. Su obra ha sido traducida a más de diez idiomas. Es considerada de los autores jóvenes de más talento. Danticat ha enseñado escritura creativa en la universidad de Nueva York (NYU) y la universidad de Miami.

Ver información adicional en comentarios y en:

http://en.wikipedia.org/wiki/Edwidge_Danticat


Tras publicada la primera versión de esta entrada me ha llegado un hermoso documento gracias a las entusiastas compañeras de 'Repeating Islands' cuyo enlace les indico en breve. Es un elogio para Pierre Vernet. Vernet, pasado decano de la escuela de lingüística en la Universidad del estado de Haití, habló y escribió a menudo sobre las estructuras del idioma criollo haitiano ('kreyol') y la política de la lengua en Haití. Algunas de sus publicaciones son: “Analyse Contrastive Créole Haïtien-Français,” “Techniques d’écriture du créole haïtien, ” “L’école en créole: Etude comparée des réformes des systèmes éducatifs en Haïti et aux Seychelles,” (con Robert Chaudenson), y “Diksyonè òtograf kreyòl ayisyen,” un diccionario del idioma criollo haitiano ('kreyol') (con Bryant C. Freeman). El profesor, intelectual y escritor haitiano muere junto a sus estudiantes mientras impartía su cátedra.


HAITÍ PIERDE TAMBIÉN EL MEJOR DE SUS HIJOS.
Bajo las piedras rigurosas de la muerte: un haitiano, Pierre Vernet crespuscularmente yace ocultado con sus estudiantes en pleno curso - aquél que impartía entre las paredes modestas de la Universidad con su generosidad habitual.


Tenía siempre, a la hora de los reencuentros con este amigo de la primera hora, fabricante de altares dedicados a la palabra kreyol, el sentimiento de la amistad tranquila, compuesto de intercambios provechosos pidiéndonos lo que podíamos hacer para que nuestros países y nuestros pueblos fuesen más cercanos.



Su presencia confidente me faltará. El puerto luminoso de sus espejuelos, sus ojos chispeando con la curiosidad del investigador, la impresión fija de su sonrisa y su palabra siempre fraternal se hacen sustancia en mi memoria, y ninguna catástrofe podrá enterrar eso.


Hay varias maneras de un pueblo proteger su soberanía. Una ella es dar nacimiento a tales hijos, los que no faltan nunca a sus promesas.


Pierre, estoy seguro que reposas en un claro jardín de luces.
Por esta razón seguiremos cantando para ti nuesta fraternidad caribeña.

André Lucrèce
Sociólogo, crítico literario, y escritor de Martinica.

Para ver el elogio en su idioma original:

http://www.montraykreyol.org/spip.php?article3462

Para conocer (cosa que recomiendo) a 'Repeating Islands' (Noticias y comentarios de cultura, literatura, y las artes del Caribe):

http://repeatingislands.com/





Fotografias de The New York Times, Yahoo News y otros.
Traducción y redacción adicional de ROF.

1 comentario:

Sobre Edwidge Danticat dijo...

Edwidge Danticat recibió el prestigioso "premio de los genios" de la Fundación americana John D. and Catherine T. MacArthur. Dice que este premio contribuirá a llamar la atención sobre las grandes potencialidades artísticas de los haitianos.

Este premio le da derecho a 500.000 dólares sobre un período de cinco años. Edwidge Danticat hizo saber que ignoraba incluso haber sido designada para el premio hasta que el director de programa Daniel Socolow la llama para decirle que había ganado. "Su trabajo es totalmente extraordinario..." declaró el Sr. Socolow.

Otros premios: Ficción, Black Caucus of the American Literary Association, 1994, for Breath, Eyes, Memory; Pushcart Prize, 1995.

She is the author of:
Breath, Eyes, Memory (novel, 1994)-Oprah Book Club selection
Krik? Krak! (stories, 1996)-(National Book Award finalist)
The Farming of Bones (novel, 1998)-(American Book Award winner)
Behind the Mountains (young adult novel, 2002, part of the First Person Fiction series)
After the Dance: A Walk Through Carnival in Jacmel, Haiti (travel book, 2002)
The Dew Breaker (novel-in-stories,2004)
Anacaona: Golden Flower, Haiti, 1490 (young adult novel, 2005, part of The Royal Diaries series)
Brother, I'm Dying (memoir/social criticism, 2007)
The Butterfly's Way (anthology editor)

She is also the editor of The Butterfly's Way: Voices from the Haitian Dyaspora in the United States and The Beacon Best of 2000: Great Writing by Men and Women of All Colors and Cultures.

Danticat earned a degree in French Literature from Barnard College, where she won the 1995 Woman of Achievement Award, and later an MFA from Brown University.