“El mundo árabe está en llamas,” divulgó Al-Yazira el 27 de enero, mientras que a través de la región, los aliados occidentales “están perdiendo rápidamente su influencia”.
La onda inició con el movimiento de sublevación dramática en Túnez que expulsó a un dictador respaldado por Occidente, con reverberaciones especialmente en Egipto, en donde manifestantes se impusieron a la policía brutal de un dictador.
Observadores compararon los acontecimientos al derrumbe de los dominios rusos en 1989, pero hay diferencias importantes.
Una comparación con 1989 tiene cierta validez: Rumania, en donde Washington mantuvo su ayuda para Nicolae Ceausescu, el más vicioso de los dictadores de Europa del Este, hasta que la lealtad llegó a ser insostenible. Entonces Washington aplaudió su derrocamiento mientras el pasado fue borrado.
Es un patrón estándar: Marcos, Jean-Claude Duvalier, Chun Doo Hwan, Suharto y muchos otros gángsteres útiles. Puede estar en curso en el caso de Hosni Mubarak, junto con esfuerzos rutinarios para intentar de asegurarse de que el régimen sucesor no virará lejos de la trayectoria aprobada.
Un refrán común entre comentaristas es que el miedo del Islam radical requiere la oposición (renuente) a la democracia por argumentos pragmáticos. Mientras que no sin cierto mérito, la formulación es engañosa. La amenaza general ha sido siempre la independencia. En el mundo árabe, los Estados Unidos y sus aliados han apoyado regularmente a islámicos radicales, para prevenir la amenaza del nacionalismo secular.
Un ejemplo común es la Arabia Saudita, el centro ideológico del Islam radical (y del terror islámico). Otra en una lista larga es Zia ul-Haq, el más brutal de los dictadores de Paquistán y el favorito del presidente Reagan, que realizó un programa de la islamización radical (con financiación saudita).
“La discusión tradicional propuesta dentro y fuera del mundo árabe es que no hay nada malo, todo está bajo control,” dice Marwan Muasher, anterior funcionario jordano y ahora director de investigación del Oriente Medio para la fundación Carnegie. “Con esta línea de pensamiento, las fuerzas atrincheradas sostienen que los opositores y los forasteros que piden reforma están exagerando las condiciones reales.”
Por lo tanto el público puede ser despedido. La doctrina se remonta a tiempos lejanos y se generaliza por todo el mundo, al territorio de los E.E.U.U. también. En caso de malestar, los cambios tácticos pueden ser necesarios, pero siempre con perspectiva hacia la reafirmación de control.
El movimiento vibrante de la democracia en Túnez fue dirigido contra “un estado policial, con poca libertad de expresión o asociación, y problemas serios de los derechos humanos,” gobernado por un dictador cuya familia era odiada. Éste era el dictamen del embajador Roberto Godec de los E.E.U.U. en un cable del julio de 2009 lanzado por WikiLeaks.
“Estados Unidos debe darle a Assange una medalla,” dice un título del ‘The Financial Times’. Su principal analista de política extranjera Gideon Rachman escribe que la “política exterior de Estaod Unidos parece de principios, inteligente y la posición pública pragmática- tomada por los E.E.U.U.- respecto a cualquier situación dada es generalmente la posición privada también.”
De acuerdo a esta visión, WikiLeaks mina a los “teóricos de la conspiración” quiénes preguntan los motivos nobles que Washington proclama regularmente.
Los cablegramas de Godec apoyan éstos juicios-por lo menos si no miramos no más allá. Si lo hacemos, como lo hace el analista de la política exterior Stephen Zunes en ‘Foreign Policy in Focus’, encontramos que con la información de Godec a disposición, Washington proveyó $12 millones en ayuda militar a Túnez. Pues sucede, Túnez era uno de solamente cinco beneficiarios extranjeros: Israel (rutinario); las dos dictaduras de Oriente Medio Egipto y Jordania; y Colombia, que ha tenido por mucho el expediente peor de derechos humanos y la mayor parte de la ayuda militar de los E.E.U.U. en el hemisferio americano.
No se menciona es lo que piensa la población –lo cual es fácilmente descubierto. Según las encuestas de la institución Brookings en agosto, solo algunos árabes convienen con Washington y los comentaristas occidentales que Irán es una amenaza: el 10 por ciento. En cambio, los árabes miran a los E.E.U.U. y el Israel como las amenazas principales (el 77 por ciento; el 88 por ciento).
La opinión árabe es tan hostil a las políticas de Washington que una mayoría (el 57 por ciento) piensa que la seguridad regional sería realzada si Irán tenía armas nucleares. No obstante, “no hay nada malo, todo está bajo control” (de acuerdo a como Marwan Muasher describe la fantasía que prevalece). Los dictadores nos apoyan. Sus súbditos pueden ser ignorados-a menos que rompan sus cadenas, y entonces la política debe ser ajustada.
Otros escapes (“leaks”) también parecen apoyar a los juicios entusiastas sobre la nobleza de Washington. En julio de 2009, Hugo Llorens, embajador de los E.E.U.U. a Honduras, informa a Washington de una investigación de la embajada “de las temas legales y constitucionales que rodeaban el 28 de junio el retiro forzado del presidente Manuel ‘Mel’ Zelaya.”
La embajada concluyó que “no hay duda que las fuerzas militares, el Tribunal Supremo y el Congreso nacional conspiraron el 28 de junio en lo que constituyó un golpe ilegal e inconstitucional contra el Poder Ejecutivo.” Muy admirable, salvo que presidente Obama procedió a romper con casi toda la América latina y Europa apoyando el régimen del golpe y desatendiendo atrocidades subsiguientes.
Quizás las revelaciones más notables de WikiLeaks tienen que ver con Paquistán, repasado por el analista Fred Branfman de la política exterior en ‘Truthdig.’
Los cablegramas revelan que la embajada de los E.E.U.U. está bien consciente que la guerra de Washington en Afganistán y Paquistán no sólo intensifica el anti-Americanismo desenfrenado pero también “arriesga el desestabilizar el estado paquistaní” e incluso levanta una amenaza de la pesadilla ulterior: que las armas nucleares pudieran caer en las manos de terroristas islámicos.
Una vez más las revelaciones “deben crear la sensación de confor-que los funcionarios no están dormidos en el mando” (las palabras de Heilbrunn) - mientras que Washington marche de manera robusta hacia el desastre.
Por Noam Chomsky.
Chomsky es profesor emérito de lingüística y de filosofía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge, Massachusetts.
© The New York Times Syndicate
traducción por ROF.
Tomado de
http://www.truth-out.org/the-arab-world-is-fire67410
Disponible también en
http://www.inthesetimes.com/article/6911/the_arab_world_is_on_fire/
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3 comentarios:
Roberto... es de mi opinion personal,aunque el gobierno EEEUU es criticado por muchos, es el que siempre manda ayuda, sea monetaria o militar a todas partes del mundo y su constitucion ha sido la misma por 200 an~os e imitada por muchos. Claro, que aparte de vigilar por derechos humanos y paz mundial tiene que haber otros motivos de interes, pues es un gobierno capitalista y eso no es malo....El miedo y el temor que debemos todos tener es el de la posibilidad que Egypto pase a las manos de los Islamicos radicales, quienes odian a todo el hemisferio occidental y nos atacaran con su bomba nuclear, de eso o tengo dudas, es asi de sencillo.
Chomsky plantea que hay teorias que parecen ser contradictorias en juego... es un juego de espejismos... hoy el Vicepresidente de Egipto se ha reunido con la Hermandad Islámica mientras que en el junte de la oposición hay un fuerte contingente de abogados constitucionalistas encabezados por el Dr. El Baradei (cuyp doctorado es en Derecho de la NYU)...
Glad to learn about your valuable work in Puerto Rico, and also about your interest in publishing the Spanish translation of my article. The translation looks fine to me, and I’d certainly be pleased if you proceed as planned.
Noam Chomsky
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