sábado, 1 de agosto de 2009

poetas: algunas lecciones aplicables al consumo de su locura...



El poeta es como una bebida, una de las más antiguas de la historia. Millones de personas toman poesía sin saber nada sobre el poeta que están tomando, excepto que es el poeta de su región o grupo de amistades (o enemistades, como sea el caso), el poeta que recomendó el cuñado, o que sabe bien. Algunos son netamente embriagantes, otros energéticos, los hay dulzones, juguetones, musicales, halucinantes y los hay muy agrios (inclusive amargados hasta su máxima expresión), como sabemos los hay claros, oscuros, tintos, transparentes, burbujeantes y hasta en una variedad de colores pasteles.






El poeta es una persona común y corriente.

De hecho personalmente creo que todos los seres humanos son algo poetas igual que algo músicos, comediantes, actores y bailarines (aunque no todos necesariamente sean excelentes en estas expresiones).












Es una persona fermentada, producto de un proceso natural y sencillo que puede ser provocado por demencias normales, exposición prolongada a la literatura, influenciado por terceros (de buena o mala fe), desequilibrios emocionales o hormonales y los hay hasta genéticamente alterados.

Pero el poeta no es sólo para los expertos, el poeta es para cualquiera a quien le guste sus aromas, sabores y simplemente disfrute de el/ella (o con el/ella, como sea el caso).


En la vasta mayoría de los escenarios no requieren de mayores cuidados o condiciones especiales aunque definitivamente ha habido bastantes (y puede ser que frecuentes) recuentos de capítulos inesperados y hasta borrascosos (uno que otro bochorno y bastantes chismes) como por ejemplo cuando poetas militantes intoxicados por sus doctrinas radicales han pretendido iniciar un 'coup de etat' en medio de una fiesta o cuando el erotismo desbordante ha superado las normas de la conducta social aceptable para encontrarse con una cachetada imprevista o un beso furtivo.


Hay algo de fortuna y suerte en el asunto. En muchas circunstancias se puede gozar de un poeta aunque definitvamente hay muchas instancias en que son largamente inapropiados como por ejemplo para solicitar financiamiento bancario. En las reuniones grandes de familia, en la playa, en un paseo al campo, etc., un poeta puede resultar desde interesante y divertido hasta controversial y escandaloso. La calidad de un poeta no se puede medir sólo por sus complicaciones expresivas, tu gusto es personal y a ti puede no gustarte un poeta que a todos los demás les parece magnífico, además, no todos los poetas son adecuados para todas las situaciones como hemos planteado.


La mayoría de los poetas utilizan varios tipos de versos en su elaboración. Este proceso garantiza que los poetas adquieran su color, porcentaje de locura o relevancia, propiedades de añejamiento y equilibrio característicos.

Los poetas envejecidos o añejos, se deben tomar con oídos relativamente amplios, para evitar que el aroma se pierda.

Los poetas son fermentos de la vida, es materia viva dentro del idioma. Por eso se deben consumir lo más frescos posible (hacemos nota de que algunos son extremadamente frescos lo cual puede dar pie, repetimos, a escenas bochornosas, recuerdos llenos de humor pícaro o erotismos fascinantes aunque no siempre apropiados).


Lo ideal es que permanezcan en un lugar con algo de luz pero con sombras y tranquilo, donde el poeta pueda estar cómodo para que el ingenio o la creatividad expresiva esté en contacto con el medioambiente.

Si es un poeta de varios años, ponerlos de pie es aconsejable para que no se duerman o abostecen si el entorno les resulta aburrido.


La temperatura del lugar donde guarde los poetas debe ser estable para que se conserven bien, asi como lejos de los ruidos fuertes.

Algunos poetas se beben jóvenes, recién elaborados, en la plenitud de su frescor. Pero otros poetas reciben su crianza en vidas subterráneas o levemente marginados, enriqueciéndose y redondeándose con el aporte de la pasión, los errores inevitables y de los años.


La lentitud del proceso, el silencio, la penumbra y los excitantes aromas de los poetas añejos se maduran tanto en las ciudades o en recodos campesinos.

En todo caso aplica aquello de '...poetas y locos, todos un poco'...

Bon apetite...

3 comentarios:

Ligia M. Rivera dijo...

Salud!! Gracias por compartir.

Maria Eugenia Caseiro dijo...

Muy bueno...

Anónimo dijo...

Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)