Ni todo el poder del dinero ni las riquezas van a tapar la verdad...

Ayer sucedió un acontecimiento realmente significativo y creo que lleno de simbolismo. Mientras era conducido a su encuentro con el proceso penal en su contra Dominique Strauss-Kahn se topó con una protesta convocada por el sindicato que agrupa a las empleadas de mantenimiento de hospederías gritando: "Averguénzate.."

La empleada que acusó al otrora representante de la clase financiera internacional tenía un mensaje para el público:

"Ni todo el poder del dinero ni las riquezas van a tapar la verdad..."

Ven ese acto vil de un encopetado señorón multimillonario representante de las élites de ricos y las corporaciones que han hundido a la economía internacional en la peor crisis social desde la Gran Depresión representa mucho más que las demencias seniles de un ridículo burgués, el se creía al igual que esos a quienes representaba que puede salirse con la suya atropellando la dignidad de una humilde empleada de mantenimiento.

¿Quién es una trabajadora pobre para exigirle justicia frente al poderoso Don Dinero pensaba y todavía de seguro piensa?

Para mi ese hecho simboliza claramente un aspecto fundamental de nuestra realidad, para mi representa la capacidad redentora de la dignidad frente al oprobio, la capacidad redentora de la dignidad como fuerza que puede encarar a los más poderosos pedantes ebrios de sus riquezas, comemierdería y avaricia.

Esa escena y ese mensaje me parecen un ejemplo claro para todo el mundo que vive igualmente hostigado, explotado, discriminado y utilizado por la élite de los bancos y las grandes corporaciones y sus alcahuetes instalados en los gobiernos. Hoy en Puerto Rico ocurre otro suceso que desenmascara el carácter opresivo y anti-trabajadores de la administración de turno en contubernio con los grandes intereses cuando el partido en poder se atreve a presentar un proyecto de ley que alarga los períodos probatorios de nuevos empleados hasta un plazo ridículo de dos años, medida que rápidamente fue apoyada por la Cámara de Comercio.

Pienso en ese mensaje nuevamente:

"Ni todo el poder del dinero ni las riquezas van a tapar la verdad..."

Debo aclarar que la Cámara de Comercio a quien agrupa es a esa claque de ricos criollos locales que se identifican plenamente con el neoliberalismo y de ninguna manera representa a la mayoría de los empresarios y comerciantes puertorriqueños. Es cierto ni el poder del dinero ni las riquezas van a tapar que el partido en el poder claramente se ha adistanciado de la clase media y de los trabajadores asalariados.

Una mayoría del pueblo está experimentando una severa ansiedad sobre el estado de la economía que hasta pierden el sueño, experimentando ataques de pánico y frecuentemente enojados con el estado de las cosas. Dos tercios de los más enojados votaron por el gobierno de Fortuño lo cual le incrementa la rabia. Los puertorriqueños como asunto cultural generalmente somos una raza optimista y alegre pero la realidad está comenzando a cambiar sus personalidades normalmente optimistas. La indignación crece y se respira en todo Puerto Rico y hasta afuera de la isla nuestros hermanos y hermanas de los niuyores se solidarizan con nuestros sufrimientos...

No hay publicidad engañosa ni declaraciones fraudulentas que pueda convencer a millones de personas que vive sufriendo el peor dolor económico desde los años 30. Ves, esa inmensa mayoría de gente ansiosa y enojada se sienten como esa empleada, violados, se sienten agredidos, se sienten que son víctimas de un crimen en su contra.

“Es un crimen que gente viva en una nación rica y reciba salarios de hambre...” son palabras de Martin Luther King pronunciadas en Memphis, 18 de marzo de 1968, previo a su asesinato, y son palabras que resuenan conjuntamente con el grito indignado de las empleadas de mantenimiento: "Averguéncense.."

Los ricos y las corporaciones (y como vemos en Puerto Rico aliados con sus alcahuetes políticos) han emprendido una guerra secreta contra los trabajadores, usando incluso las transgresiones más inofensivas para justificar despidos y suspensiones -- y, por supuesto, sembrando el miedo en los que permanecen trabajando. De esta manera, las nóminas no sólo están siendo reducidas mediante despidos, pero están exprimiendo a los trabajadores de manera vergonzosa mayor productividad siempre a cambio de salarios más bajos, horas peores, y menos beneficios. El arma es el espectro del desempleo. Después de todo, para sus fines ruines y ávaros es una ventaja doble. No sólo bajan el tamaño de su nómina de pago cuando quieren sin tener que justificar sus decisiones arbitrarias, a menudo sin necesidad, pero también contribuyen a ese clima de terror y ansiedad. Esta dinámica injusta e inhumana es, por supuesto, apenas nuevo. Críticos incontables de las condiciones de trabajo han escrito sobre lo que hoy volvemos a llamar la neoesclavitud desde los mismos inicios de la era industrial. Pero ahora, cuando las cifras de desempleo sacuden la paz de miles de comunidades y millones de familias, es un tema que raramente escuchamos de boca de los legisladores que lo que hacen es hasta empeorar la realidad de derechos laborales.

¿Porqué en un escenario en que los ricos y las corporaciones experimentan su año de mayores ganancias en la historia ocurren estas cosas?

Considere que en diciembre, Wal-Mart, el detallista más grande del mundo y una de las corporaciones más ricas, tuvo que transar 63 pleitos de clase excepcionales sobre acusaciones de violaciones salariales y condiciones injustas de trabajo. Temiendo su despido, trabajadores de Wal-Mart, según su testimonio documentado en los pleitos, trabajaron sin horas de almuerzo y sobrepasaban su jornada de trabajo recibiendo solamente el salario mínimo, con pocas esperanzas de conseguir las horas necesarias para calificar para subsidios por enfermedad. Como condición de la transacción, Wal-Mart pagará tanto como $640 millones a esos trabajadores.

Esa es la verdad que subsiste tras el proyecto de ley del PNP, una avergonzante manera de eliminarle derechos a empleados temporeros. Repito:

"Ni todo el poder del dinero ni las riquezas van a tapar la verdad..."

Los legisladores del PNP han atacado de frente los derechos de los trabajadores, nuevamente, para darle la libertad a los patronos de tener talleres llenos de temor y ansiedad donde puedan despedir a sus anchas y hasta sin necesidad de justificaciones a los empleados.

Mientras el mundo árabe lucha en movimientos por derechos democráticos, mientras millones se manifiestan en todo el mundo en contra de las indignaciones que ha producido una sociedad globalizada que compagina la acumulación de riquezas de pocos con el sufrimiento y la pobreza de la vasta mayoría, en Puerto Rico estamos luchando por las derechos de los trabajadores por los cuales Martin Luther King y otros murieron. Muchos piensan en Martin Luther King como solamente un líder de derechos civiles. Necesitamos reconocer su defensa feroz de los derechos de los trabajadores y por la la justicia económica.

“Es un derecho constitucional que un hombre pueda votar, pero el derecho humano a una casa decente es categóricamente imperativo y absolutamente moral al igual que ese derecho constitucional. No es un derecho constitucional que los hombres y las mujeres tengan trabajos justos, es un derecho humano,” son sus palabras al igual que: “Todo trabajador tiene dignidad… Es más allá de los derechos puramente civiles y va a las cuestiones de derechos humanos.”

Se acerca la fecha en que un presidente afroamericano pise nuestra isla, este presidente logró su objetivo gracias a Martin Luther King, debemos recordarle todo el alcance del ideario del hombre que le abrió el sendero por el cual anda. En estos días escuchamos los mensajes solidarios que se ensayan para dicha ocasión y nuevamente debemos insistir que tenemos un compromiso con las clases media y trabajadoras de nuestra isla, tenemos un compromiso de justicia económica que no debemos olvidar por insistir en nuestras agendas políticas que son válidas sin duda pero no son los únicos reclamos que debemos levantar.

Y a los políticos locales que sepan:

"Ni todo el poder del dinero ni las riquezas van a tapar la verdad...

Averguéncense..."