domingo, 17 de enero de 2010

Haití: solidaridad y fe frente a la desesperación y los prejuicios. Revisado


Hoy domingo temprano sintonizo la cobertura de los acontecimientos en Haití y les tengo que admitir que el reportaje que veo me sorprende y consterna pero de una manera muy positiva de hecho fascinante y transformadora, aleccionadora y me llena de esperanza. Un comentarista norteamericano reporta desde frente a una de las pocas iglesias católicas sobrevivientes como estructura funcional que celebra su misa dominical. Aunque no repleta, hay una gran cantidad de personas en fervorosa liturgia, los cantos son de alabanza y gratitud ante su Creador. Las personas asistentes no parecen lo que pudiese pensarse son gente sacadas de las dantescas escenas que hemos visto desde el terremoto. La gente bien vestida, limpias y humildes rezan. El comentarista a una dama elegantemente vestida que llega le pregunta si es de las afortunadas que no sufre los embates del sismo tal vez impresionado el reportero por la vestimenta y el ánimo de la mujer. Su respuesta deja al hombre boquiabierto. Todo por el contrario, lleva desde la tragedia viviendo en la calle.


El hombre cuya expresión de asombro era muy visible y notable queda todavía mayormente transfigurado cuando la dama al notar sus gestos le dice que en medio del proceso de buscar dónde y cómo dormir, cómo y cuándo comer, beber agua y asearme mínimamente, en todo momento le daba gracias a Dios por estar viva aunque muchos de sus familiares, amistades y vecinos estaban muertos o desaparecidos. Le dijo la mujer que como quería venir a una misa fuese donde fuese y como fuese, además de buscar un espacio para vivir de inmediato, de buscar comida y agua, ya que había perdido todas sus pertinencias incluyendo ropa, procuró pedir aquí y allá para conseguir que ponerse para venir a misa a darle gracias a su Creador por la vida y por la oportunidad de volver a empezar.


Francamente mi asombro rivaliza con la del reportero y muy de veras agradezco a esa dama haitiana una gran lección. La señora al despedirse del reportero le pregunta si tiene hijos y familia, el reportero, los papeles obviamente invertidos le contesta en la afirmativa. La dama le pregunta seguidamente si su familia (la del reportero) está bien y el comentarista asienta con la cabeza. Sus palabras al entrar a la iglesia fueron: Dale gracias a Dios y cuando los veas dales un abrazo.


En la semana hemos visto tantas imágenes necesarias y urgentes, llenas de dolor y sufrimiento pero ciertamente hemos visto fe, esperanza y un deseo de vivir. Hemos presenciado gente con sus manos y sin herramientas buscando a sus familiares, amistades, vecinos y hasta a desconocidos entre los escombros. Hemos visto miles de tragedias pero tal vez dejamos de percibir millones de milagros al fijarnos en solo un aspecto de la realidad.


Igualmente hemos leído recuentos, descripciones, y opiniones de todos lados. Hago un alto para señalar que en medio de muchas de esas expresiones, solapadas y disimulando ser ideas claras percibo por ratos y en ciertas voces prejuicios y teorías basadas en falta de conocimiento y en argumentos viciados. Un rotativo principal de España, para citar un ejemplo de renombre, editorializa 'Haití ya no existe' y en su argumento plantea:

"Cualquier cifra de muertos es falsa. Para que el número de víctimas del terremoto de Haití se acercara algo a la realidad harían falta dos cosas. La primera es que alguien los hubiera contado, supiera cuánta gente estaba comprando a las cinco de la tarde del martes en el supermercado Caribe o cuántos niños de hasta cinco años durmiendo la siesta o jugando en la guardería Le Petit Prince. Pero nadie lo sabe. Tampoco nadie ha contado cuántos cadáveres han sido quemados ya en las esquinas o cuántos continúan abandonados en medio de las calles -el reportero perdió este sábado la cuenta al llegar a 20 tras la primera media hora de recorrido por el centro de Puerto Príncipe-. La segunda cuestión necesaria es que aquí, en este país antes llamado Haití, hubiese algún tipo de autoridad, municipal o estatal, que tras el seísmo se hubiese hecho cargo de la situación. Pero Haití ya no existe. Su capital sólo es ya un inmenso cementerio en ruinas por el que pasean sin saber hacia dónde millones de personas convertidas en vagabundos."

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Haiti/existe/elpepuint/20100116elpepuint_21/Tes

Se equivoca y se equivoca notablemente y al hacerlo muestra un desprecio racial oculto en su cinismo. La dama de la iglesia tiene una voz de bajo registro que resuena tanto, tanto más fuerte que este periodista que se queja a distancia y la distancia no es geográfica, es humana.

Pero si tuve dudas sobre las prejuicios que operan subyacentes en el autor de estas ideas se corroboraron cuando tras haber mencionado "Todo el mundo habla del número probable de muertos, del último niño rescatado milagrosamente por un bombero europeo que sale sonriente en los telediarios o de la inminente llegada de Hillary Clinton" escribe "La última imagen del presidente René Preval es la de un hombre que balbuceaba ante las cámaras, sin corbata y con los pantalones sucios, que había tenido que abrirse paso entre cadáveres, eso dijo, y que esa noche, la primera tras el terremoto, no sabía dónde iba a dormir. Pero ya han pasado cuatro días con sus noches y nadie sabe a ciencia cierta dónde está Preval ni quién manda en Haití. "

Lo que sucede y donde se le ve el refajo de prejuiciado es que la Madame Secretaria de Estado en su visita y comparecencia en Haití estuvo al lado de Preval a quien no vi balbuceando ni con pantalones sucios, eso sí, sin corbata lo cual para el periodista español desde su lejanía parece ser de vital importancia y gran relieve. Y uno se pregunta sobre valores y sobre como se supone que se vea un Primer Ejecutivo tras un terremoto de 7.0 grados que además destruyó la sede principal de su gobierno (y todos los edificios gubernamentales por cierto) e inclusive le destruye su residencia personal.

No puedo dejar de pensar en el verdadero valor de tener un Rey y una Reina, infantas y toda esa seguidilla de títulos nobiliarios, en el alegado valor simbólico de esos personajes y como de alguna representan lo fundamental de una sociología de clases y de hecho racista indiscutiblemente.

Igual hubo en el mismo rotativo otro comentarista que propone la edición de realidades para que resulten cual un montaje de cine y hagan mayores efectos en un despliegue amablemente desfachatado de falta de sensibilidad trata la tragedia meramente como trata cualquier otra cosa sea decorativo o ornamental.

"Esas imágenes, algunas espectaculares, deben tratarse con mimo y cuando no cumplen la función básica para la que fueron tomadas preservarse como un tesoro. Es un oficio complejo el de informar, cuya virtud reside en la medida exacta. No se trata de ordeñar la vaca del dolor ajeno provocando un chaparrón emotivo, sino de excitar aquella neurona que nos hace más conscientes del lugar que el ser humano ocupa en el universo. Nos deja más tristes, pero mejor informados."

Tras una redacción trabajada yace el meollo del dilema, el periodista como oficio que escoge segmentos, temas e imágenes con la pasión de autosatisfacerse, de ser un artista del lienzo como parece proponerlo la pieza citada o el periodista como reflejo de la realidad e investigador de las fuerzas que crean dicha realidad. En todo una interrogante de esa distancia, esa lejanía del sujeto, la postura del redactor en su comodidad intentando moldear a su antojo informaciones para lograr su objetivo o la cercanía, la empatía hecha suceso verdadero y palpable.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Haiti/existe/elpepuint/20100116elpepuint_21/Tes

Regreso a este debate pero antes les dejo con un buen recuento sobre Haití que me llega desde Méjico: Haití: es necesario torcer la mala suerte de Marcos Roitman Rosenmann.


Tras la dictadura de los Duvalier (1957-1986), Haití, el país mas empobrecido de América Latina, daba un giro de 180 grados a su historia reciente. La lucha por la democracia impedía perpetuarse en el poder a la saga familiar. El hijo pródigo de Papa Doc, François Duvalier, Jean Claude, apodado Baby Doc, veía frustrada su intención de ser presidente vitalicio. Dos años después de coronarse debía abandonar Haití rumbo a Francia en 1987.


Las luchas democráticas lograban un éxito sin precedentes. Los años de ocupación norteamericana (1915-1934) dejaron un triste legado. La Guardia de Haití, y un cuerpo de élite, los tonton macoutes. Era el tiempo de enfrentarse a ellos. El regreso de exiliados, trabajadores cualificados, profesionales e intelectuales, transformaba la cara de un país asolado por el hambre, el terror y la miseria. El miedo a los tonton macoutes se perdía lentamente. Afloraba la ilusión, había que torcer la suerte. Tras un intento de restauración totalitaria, que da la victoria a Leslie Manigat en 1988, las fuerzas democráticas conseguirán un triunfo histórico dos años mas tarde. El 16 de diciembre de 1990, ganará las presidenciales el padre Jean Bertrand Aristide, sacerdote con un carisma sin parangón, militante de la Teología de la Liberación. Su triunfo era un proyecto de dignidad democrática. El pueblo haitiano nunca ha sido invitado a sentarse en la mesa, ha permanecido años debajo de ella, es necesario que se levante, se siente y participe. Solos somos débiles, juntos somos fuertes, muy juntos somos una avalancha sentenciaría.


Poco duraría su deseo. A menos de un año, sufrirá un golpe de Estado. La instauración de un gobierno civil de facto deja en el poder al hombre fuerte de los militares, el general Raoul Cedras. El retorno de Aristide deberá esperar. Los acuerdos firmados en julio de 1993, durante la administración Clinton, levantaron expectativas, pero fueron la sentencia de muerte de la experiencia democratizadora. Sus puntos quedaron en papel mojado. Poco se hizo para cumplirlos. Entre ellos destacaban: a) el nombramiento de un nuevo primer ministro; b) la amnistía política; c) la separación entre el ejército y la policía, y d) la llegada Haití de una misión civil de la ONU para cooperar en la profesionalización del ejército. Amén de la dimisión de Cedras y la entrega del poder al presidente Aristide el 30 de octubre de 1993.


Un proceso de militarización y recomposición de los tonton macoutes inaugura un periodo de represión. El asesinato de Antoine Izmery, empresario amigo de Aristide, y Guy Malary, ministro de Justicia del gobierno constitucional, el 11 de septiembre de 1993, dan al traste con las opciones de recomponer el proyecto democrático. Al unísono, emerge un informe médico apoyando la tesis de una enfermedad mental que aqueja al presidente Aristide. Las agencias de prensa, las televisoras y los medios de comunicación se harán eco del mismo. Será el pretexto para incumplir los tratados. El terror se impondría bajo una nueva organización paramilitar, el Front pour l’Avance et le Progres d’Haiti (FRAPH).


Desde ese año nunca dejarán de estar presentes los cascos azules. Bajo un pretendido control y como parte de una misión democratizadora, se mantienen hasta estos días. En 2004 se da otra vuelta de tuerca. Se aprueba el ingreso de más de 7 mil cascos azules y 2 mil policías. Se trataba de estabilizar el país. La soberanía está secuestrada. Baste señalar que el jefe de la policía, Mamadou Moutanga, es de nacionalidad guineana.


Hoy, el terremoto destapa los límites del capitalismo global, donde los únicos beneficiarios son las empresas trasnacionales y de maquila. Mismas que se llenarán los bolsillos en los proyectos de reconstrucción. Mientras tanto, las cifras son obscenas. El 20 por ciento más rico concentra casi 50 por ciento de las riquezas y el 10 por ciento más pobre sólo accede al 0,7 por ciento de las mismas. Asimismo, 40 por ciento del producto interno bruto proviene de las remesas de los inmigrantes y 47 por ciento de la población adulta es analfabeta.


El terremoto, es un duro golpe de la naturaleza que se une a las adversidades políticas de un pueblo que no ha dejado de luchar por la democracia. Sin embargo, hay que perseverar. Haití se merece un futuro mejor. Mas temprano que tarde esa avalancha democrática que fue Lavalas no será una utopía. Pero ahora toca arrimar el hombro y cooperar. Es obligatorio torcer la suerte de una nación que se merece un futuro mejor y que su pueblo lo busca con ahínco.

http://www.jornada.unam.mx/2010/01/16/index.php?section=mundo&article=020a1mun


La diferencia entre saber y solo presumir, entre la verdadera preocupación de informar y el querer impresionar basado en prejuicios, es abismal y no creo que gratuito. Hay una lucha entre visiones y en Haití, en la manera que lo interpretas y lo que te ocasiona descubres una mirada a tu alma. Para terminar voy a incluir otra opinión acerca del momento que vive Haití con otra perspectiva muy interesante, la del novelista y profesor de literatura Madison Smartt Bell para reflejar los contrastes que provoca esta historia haitiana actual.


Hoy es un buen día para recordar que en Haití, nadie muere siempre realmente. Los muchos millares quienes golpeados han perdido la respiración y sus cuerpos en el terremoto, y los millares más que no sobrevivirán físicamente las consecuencias, experimentarán una transformación de estado, según los preceptos del Vudú haitiano, una cierta forma practicada por mucha de la población. Los espíritus de los muertos haitianos - 'sa nou pa we yo', ésos que no vemos - no se alejan como en otras religiones sino que se quedan extremadamente cerca de los vivos, invisibles pero tangibles, habitando un universo paralelo en el otro lado de cualquier espejo, debajo de la superficie de toda las aguas, apenas detrás del velo que nos divide de nuestros sueños.


Ese depósito espiritual extraordinario es la fuente de la visión religiosa haitiana del mundo - tan poderosa como cualquiera hoy. Tan a menudo como se entiende mal y representa distorsionadamente al Vudú haitiano, con todo lo que contiene de la cuna del nacimiento de la humanidad en África y combinado con el catolicismo romano, ha permitido a los haitianos reírse de la muerte, como han necesitado demasiado a menudo hacer.


Durante la revolución haitiana que se extiende una década desde que comenzó en 1791 - el único acontecimiento en la historia de la humanidad donde la libertad fue ganada por los esclavos africanos para sí mismos fue a la fuerza de las armas - un preso negro aguardaba la ejecución en el fuego. Vamos, suponen que dijo a sus compañeros, demostremos a esta gente cómo morir. Él subió sobre la pira el mismo y permanece allí, sin pronunciar otro sonido, hasta que el fuego lo consume.


La energía de las almas no perdidas regresa nuevamente al mundo vivo, no sólo en una de las pocas religiones actuales que permiten que los creyentes converses cara a cara con sus dioses, pero también en una cultura extraordinario rica, fértil y (a pesar todo) optimista. Haití brinda un panorama brillante de arte visual y una abundancia de música atractiva e hipnótica, mucha de ella arraigada en los ritmos ceremoniales. Por los últimos 50 años una literatura haitiana notable, viva y sofisticada ha estado saliendo a raudales, es su idioma una lengua cambiante tan fecunda como el inglés del tiempo de Shakespeare. El mundo haitiano no es todo sufrimiento, está lleno de tesoros. Madison Smartt Bell

http://www.nytimes.com/2010/01/17/weekinreview/17bell.html?ref=americas


Contrastes, diferentes formas de enfrentar la realidad, diferentes maneras de aproximarse a la experiencia haitiana, insisto es un espejo donde nos vemos nosotros mismos con nuestra fe o ausencia de ilusiones, nuestros principios o nuestros prejuicios, nuestro optimismo o nuestra desesperación.

roberto 'pachi' ortiz feliciano
traducción de ROF


































Fotografias de The New York Time, Washington Post, Yahoo News y otros.

20 comentarios:

Ligia M. Rivera dijo...

Gracias por compartir esto.

Raul Schwarz dijo...

Acertado tu punto de vista hermano. Los que hemos estado en Haiti, sabemos de la nobleza de este pueblo. Una vez estuve en un RaRa con mas de 5mil Haitianos Mi amigo Miguel y yo eramos los unicos de piel blanca... Nunca me senti amenazado, por el contrario, creo que fue un momento muy espiritual ir cantando y brincando con todo ese pueblo por las calles de Puerto Principe, celebrando el retorno de Titid ( Aristid)... Son la gente mas feliz que he conocido en mi vida.... Una felicidad genuina que sale de almas nobles que han sufrido mucho mas que el resto de nosotros... Continua con tu trabajo, eres orgullo patrio Pachi...Pa'lante es pa'lla..

Alberto Octaviani Irizarry dijo...

TE AGRADEZCO LA INFORMACION QUE HAS COMPARTIDO.HAY QUE GRITARLE AL MUNDO :QUE HAITI SI EXISTE,YQUE VA MAS ALLA DE UNAS MERAS AUTORIDADES NACIONALES O MUNINCIPALES.CREER LO CONTRARIO ES IGNORANCIA O RACISMO.ESAS SON LAS QUE NO DEBEN EXISTIR.

Mcnatra Ladym dijo...

Sabes haiti fue abandonado por el mundo ddesde hace decadas y esta pagando un precio alto por su libertad!
el mundo provoco la ira de Dios ahora el mundo tiene los ojos puestos en haiti pero hasta cuando sera,esos hermanos casi no sobreviven por la pobreza y el abuso politico que existe en haiti,ese pueblo es marginado por el mundo blanco.
ahora es el momento que haiti se puede levantar y edificar
con un nuevo gobierno que este dispuesto a luchar por su pueblo/ sabes lo que paso en haiti se llama peste, desolacion, hambre,,,,me parece que es uno de los caballos del apocalipsi empeso en haiti pero si es como en revelacion dice, es el comienzo de los dolores de parto,,,,bueno puerto rico un pueblo que ayuda de corazon pienzo que Dios considera eso mucho,Dios dice ayuda a tu projimo ama a tu projimo como a ti mismo,,dice la palabra,el corazon de muchos se enfriara,,,se levantara una iglesia diferente a las que existen que predicara el don de profecia una iglesia de Dios,,enemigos del gobierno y enemigo de las las iglesias falsas,esa iglesia tendra la persecusion mas makiabelica por los enemigos de Dios,,, bueno aproveche este sitio para decir algo espero no se moleste yo comprendo si se molesta por ya casi nadie quiere escuchar cosas o temas relacionados con Dios.

Priscila Espendez dijo...

CON MUCHO RESPETO, A USTED YO LO TENGO Q CONOCER ALGUN DIA! SALUDOS!

Diego Sáiz Rubio dijo...

Gracias Roberto por remover conciencias. Como "ibérico/borícua adoptado" estoy realmente impresionado y orgulloso de la respuesta de la gente en centros de acopio como el Hiram Bithorn pues lo que ví fue humano y hermoso. Ahora entiendo por qué mucha gente dice que PR necesita un buen huracán (Dios no lo quiera) para que volvamos a unirnos.

The Haitian Tragedy and Mainstream Media Response Kiilu Nyasha dijo...

I cannot remain silent in the face of so much racism and disinformation streaming over the mainstream media regarding the ongoing Haitian tragedy. 

This 7.0 major earthquake of January 12 and its aftershocks have left in its wake a state of emergency unlike any of us has witnessed in our lifetime -- just 700 miles from our East coast shores. 

Upwards of 50 thousand people are already counted as deceased, and many more injured and dying for lack of basic medical care. Estimates are reaching a possible 100,000 deaths, not to mention the devastating destruction of homes and buildings, including the Presidential Palace. 

Time is of the essence, yet the international response has been painfully, tragically slow. Would this pace of rescue -- where every minute counts in digging people out of the wreckage been the case if the earthquake victims were European? 

Blame the victims

Ignored by most commentators is the truth of Haiti's historic and ongoing poverty in classic "blame the victim" coverage. E.g., it's not mentioned that Haitians fought their way out of slavery, expelling the colonial powers of Britain, Spain and France. In fact, Haitians won their war of independence against Napoleon's crack troops in 1804, and were celebrating their bicentennial when the U.S. kidnapped and exiled (for the second time) their popular President Jean-Bertrand Aristide who won two landslide victories in internationally monitored elections. The majority of Haitians have demanded his return ever since.

Mainstream reporters describe this U.S.-backed coup as Aristide being ousted by rebels, implying his own people ran him out of the country. They talk about Haitians living on a dollar a day but fail to mention that part of the reason Aristide was attacked involved his attempt to double the minimum wage to about $2.50 a day; or that American factories exploit Haitian workers in underpaid, overworked sweatshops. An example of such American corporate greed is the case of Disney using Haitian labor to make their garments at 27 cents an hour. Haitians organized and demanded a raise to 50 cents. Disney threatened to move to China (where labor was even cheaper) and they did. 
(sigue)

The Haitian Tragedy and Mainstream Media Response Kiilu Nyasha dijo...

(desde anterior)
On his re-election in 2000, Aristide built schools, hospitals and clinics, a medical school to train doctors with help from Cuba, and demanded restitution from France for the main reason Haiti is the poorest country in the West France's extortion of (in today's currency) $21 billion, the total paid to the French between 1925 and 1946 as so-called reparations for the financial losses Frances suffered when slavery ended and their richest, sugar-producing colony was liberated. The guns of Britain, Canada and the U.S backed France's robbery. This same quartet continues to occupy Haiti through its UN Peacekeepers, a misnomer if ever there were one. Their brutality is well known among Haitians.

Media give undue credit to Bill Clinton in both his former role as President and his current position as UN Special Envoy (a first-time post). While it's true that Clinton helped pave the way for Aristide's return in 1994 following massive international pressure, it was not without preconditions that tied Aristide's hands in solving Haiti's enormous problems. After all, it was the U.S. that backed the 1991 military coup in the first place. The regime change installed Gen. Raul Cedras who unleashed the death squads on Aristide's Fanmi Lavalas party and conducted a reign of terror resulting in some 10,000 Haitians dead and countless others maimed. The U.S. arranged for the General's asylum in Panama and his golden exile, with impunity for his massive crimes.

More recently, Clinton has been busy setting up investment opportunities for Wall Street corporations to further exploit Haitian labor.

Racism in coverage

The slow response and the level of aid all points to the kind of racist attitudes we saw during the Katrina tragedy the devaluing of Black lives.

About this same time of massive death and destruction (the worst quake in 250 years), mainstream media is having a fit about racist comments recorded in a new book about the presidential campaign of 2008. Let s/he who is without racism cast the first stone.
Senate Majority Leader Harry Reid's statement that a "light-skinned" Black who doesn't speak a "negro dialect" could win the Presidency was simply the truth. Moreover, it helps if he's male. History's lessons testify to the preference of Black men over women of any hue. In fact, Sojourner Truth warned Frederick Douglas that if he didn't stand up for universal suffrage instead of compromising to allow Black men to get the vote without women, it would be a long time before women would have equal voting rights. It took another 50 years,1870 until 1920! So it was predictable that Hillary couldn't win over Barack. But I digress.
(sigue)

The Haitian Tragedy and Mainstream Media Response Kiilu Nyasha dijo...

(desde anterior)
Just how many dark-skinned Black people do you see in the media? It's kind of comical to watch light-skinned Blacks along with lighter-skinned whites attacking Reid since they'd be unlikely to have their jobs were they darker skinned. Skin color in color-struck America is nearly always the elephant in the room.

When I was a young woman entering the employment offices of NYC in the late 1950s, early "60s, I knew after being hired that I was often breaking the color barrier -- finding myself the only colored girl in the company (the spook who sat by the [elevator] door) or one of two or three light-skinned office workers. Those were the days when the generally lighter ethnic groups hadn't yet replaced us as domestics. Now, as Blacks fill the prisons, we're seeing a cradle to prison pipeline. And it was just reported this morning (Jan. 15) that African children in America have a 50% poverty rate.

So what has changed?

Not much. America and the world are still color struck and racist, refusing to recognize the latest genetic science proving that race is a fiction, a stupid construct. We are one human species that originated in sub-Saharan Africa; our differences are essentially cultural and often political.

If we were to recognize this, we would clearly see that Haitians are among the most vibrant, creatively artistic, socially conscious, courageous and resilient people on the planet earth.

Obama's pledge of assistance

Pres. Obama has pledged $100 million in aide to Haiti days after its worst disaster ever with a climbing death toll of tens of thousands, severe and life-threatening injuries, incalculable suffering, no infrastructure, no food, water, electricity, shelters, or even tents with some three million homeless.

True to form, mainstream pundits are praising Obama's contribution. I was not impressed, so I decided to find out what $100 million will buy, with the help of my assistant, Nedzada.

We discovered that Obama threw a party that cost $50 million more than he's sending to Haiti. Yup! He spent $150 million on his Inaugural Ball. We also learned the following:

Top U.S. Firms are on pace to award $148.85 Billion in payouts for 2009, according to a Wall Street Journal Study. Billions with a B!

You can also buy a Beverly Hills mansion, a yacht, or a painting for more than the relatively meager sum Obama is donating. Obviously, we cannot rely on this government to do the right thing by Haitians in their hour of need. It never has.

So I would implore you to give all you possibly can, making sure you're getting your contribution to the best possible agents for direct assistance to the Haitian people. I know and have confidence that your money would be well spent with Partners in Health (Paul Farmer's organization) and Doctors Without Borders, as well as the Haiti Action Relief Fund here in the Bay Area.

Finally, if you're planning to go to Haiti, I hope you're planning to wear jeans and carry a shovel. Haitians need real help trying to dig out victims who may still be alive, not opportunistic posturing and photo ops.

May the Haitian people turn grief into strength and keep their faith in the people, not governments.

All power to the people.

Kiilu Nyasha
http://www.opednews.com/articles/The-Haitian-Tragedy-and-Ma-by-Kiilu-Nyasha-100116-842.html

Miliciano Libertario dijo...

A eso el Comandante Presidente Chávez le llama "el terrorismo mediatico".

Juan Xavier Villavicencio-Vázquez dijo...

sobre la cobertura de medios en Haití: http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Haiti/elpepirtv/20100115elpepirtv_2/Tes

Cristina Corrada Emmanuel dijo...

EXCELLENTE ARTICLO ROBERTO!!! HACE UN RECUENTO HISTORICO DEL ROL DE ARISTIDE Y APARTE LA CRITICA A CLINTON FUE BIEN MERECIDA.

Patricia Bustos dijo...

Cuántos lobbies están detrás del fondo creado por Obama-Bush y Clinton?

Juan Ramon Rodriguez Santiago dijo...

very very nice...

Juan Antonio Moreno-Velázquez dijo...

Gracias hermano, la estoy pasando a otros compañeros de inmediato...

Aurea Maria Sotomayor Miletti dijo...

EL obituario mediático pacifica las conciencias y se sienten mejor. Pero aceptémosolo por el momento para que se haga algo. Hay buena fe de muchos y provecho de otros tantos.

Amid Rubble, Seeking a Refuge in Faith dijo...

Five days after Haiti’s devastating earthquake, an evangelical pastor in a frayed polo shirt, his church crushed but his spirit vibrant, sounded a siren to summon the newly homeless residents of a tent city to an urgent Sunday prayer service.

Voice scratchy, eyes bloodshot, arms raised to the sky, the Rev. Joseph Lejeune urged the hungry, injured and grieving Haitians who gathered round to close their eyes and elevate their beings up and out of the fetid Champ de Mars square where they now scrambled to survive.

“Think of our new village here as the home of Jesus Christ, not the scene of a disaster,” he called out over a loudspeaker. “Life is not a disaster. Life is joy! You don’t have food? Nourish yourself with the Lord. You don’t have water? Drink in the spirit.”

And drink they did, singing, swaying, chanting and holding their noses to block out the acrid stench of the bodies in a collapsed school nearby. Military helicopters buzzed overhead, and the faithful reached toward them and beyond, escaping for a couple of hours from the grim patch of concrete where they sought shelter under sheets slung over poles.

In varying versions, this scene repeated itself throughout the Haitian capital on Sunday. With many of their churches flattened and their priests and pastors killed, Haitians desperate for aid and comfort beseeched God to ease their grief. Carrying Bibles, they traversed the dusty, rubble-filled streets searching for solace at scattered prayer gatherings. The churches, usually filled with passionate parishioners on a Sunday morning, stood empty if they stood at all.

In a sign of the importance of churches here, President René Préval gathered religious leaders along with political and business leaders at the police station that has become his headquarters. He asked the churches in particular to focus on feeding people, but he gave little guidance on what the government would do to help.

Not far from the makeshift evangelical church at Champ de Mars, parishioners gathered outside the ruins of the capital city’s main cathedral to hear an appeal for forbearance from a bishop.
(sigue)

Amid Rubble, Seeking a Refuge in Faith dijo...

(desde anterior)
“We have to keep hoping,” said Bishop Marie Eric Toussaint, although he acknowledged that he had no resources to help the many who were suffering and that he found it hard to state with any confidence whether the cathedral would ever be rebuilt.

Built in 1750, the cathedral, once an architectural centerpiece of the city, is now but a giant pile of twisted metal, shattered stained glass and cracked concrete. Bishop Toussaint said the quake had toppled the residences where priests stayed, crushing many of them.

The Sacre Coeur cathedral, another grand structure, also lay in ruin, with a large, perfectly preserved Christ on a cross bearing witness to the destruction below — and a woman’s body lying across the street atop a mattress, her head resting on a pillow, sheeting draping over her.

“It may seem like a strange moment to have faith,” said Georges Verrier, 28, an unemployed computer expert, his eyes moving from the body to the church. “But you can’t blame God. I blame man. God gave us nature, and we Haitians, and our governments, abused the land. You cannot get away without consequences.”

Sounding a similar note, a self-appointed preacher at Champ de Mars stood on a crate during the makeshift service and proclaimed the earthquake punishment for a long list of sins that he enumerated in a singsong. “We have to kneel down and ask forgiveness from God,” he said.

Vladimir Arisson brushed the self-appointed preacher away with rolled eyes. Mr. Arisson stood propping up his severely wounded girlfriend, Darphcat Charles, whose head was wrapped in bloody gauze, her eyes bruised and her face swollen, infected and grimacing. “My position is God bless, and send us, please, oh Lord, a doctor to plug the hole in my beloved’s head.”

Another man attending the evangelical service introduced his wife, eight months pregnant, who sat on the pavement blank-faced. “A concrete block fell on her stomach, and we don’t know if the baby is still alive,” said the man, Ricot Calixte, 28. “Prayer can help, I think. As I still breathe, I have faith.”

Around them at the service, the clapping and amens intensified in the tent city that boasted no real tents, only tarps at best. The central encampment at Champ de Mars is Mr. Lejeune’s makeshift church, which in its now destroyed home counted 200 active members, three of whom had been killed and many of whom are missing.

“Here we start every day with what I call my ‘cup of hot coffee service,’ ” he said before the Sunday prayers. “We don’t have the real beverage, of course. This is a prayer to wake us up and fortify us as we look ahead and think, ‘What, oh what, next?’ ”

He paused, wrinkling his nose at the wafting odor of human waste, and added: “A church in a bathroom, that’s what we are. For the moment.”

http://www.nytimes.com/2010/01/18/world/americas/18church.html?th=&emc=th&pagewanted=print

Libro La Otra cara del Fuego/ Gilberto Aguilera dijo...

Pura realidad!!

Reacciones haitianos sobre prejuicios en los medios dijo...

Haitianos han estado reaccionando a lo que ven como representación extremada prejuiciada y negativa de su país y de su gente. Entre las reacciones que estamos comenzando a ver se encuentra el de director David Belle del Instituto de Ciné desde Port-au-Prince:
Me dicen de las historias en medios importantes sobre el saqueo, la violencia y de caos. Nada más lejos de la verdad. “He viajado la ciudad entera diariamente desde mi llegada. El grado de daños es absolutamente increible. En cada paso, en cada curva hay una tragedia espantosa después de otra; los hogares, los negocios, las escuelas y las iglesias aniveladas a nada. Dentro de cada montaña de los escombros hay gente, más muertos que vivos. El olor es aplastante. En cada calle hay gente - los sobrevivientes - que han perdido todo: hogares, padres, niños, amigos.
“No hemos atestiguado una acto de agresión o de violencia. Por el contrario, hemos atestiguado vecinos que ayudan a vecinos y a amigos que ayudan a amigos y a extranjeros. Hemos visto a vecinos el cavar en escombros con sus manos limpias para encontrar a sobrevivientes. Hemos visto a curadores tradicionales tratar a heridos; hemos visto ceremonias dignificadas de entierros grupales y a los residentes que esperaban pacientemente debajo del sol con nada o pocas pertenencias restantes. Una ciudad lisiada de dos millones aguarda ayuda, medicina, alimentos y agua. La mayoría no han recibido nada. “Haití puede estar orgulloso de sus sobrevivientes. Su dignidad y decencia frente a esta tragedia de por si es asombrosa.”


Tomado de
http://www.anarkismo.net/article/15546