domingo, 7 de junio de 2009

Una breve opinión sobre un gran problema..


Me voy a aventurar, voy a comenzar con una pregunta: ¿por qué hay tanta gente que simplemente no dejan que otros sean felices..? En el centro de mi parecer está el principio fundamental de la privacidad e intimidad, para mi es la piedra angular de asumir una actitud hasta liberadora en la medida de que cuando dejas de tratar de vivir la vida de otros tu propia existencia se centra en lo que es verdaderamente importante que es tu propia felicidad o infelicidad. Parte del asunto es comprender que no tienes que tener algo que decir en lo que no te importa, es fácil y sencillo, no te compete o como dicen en mi pueblo de Fajardo: ¿quién te da vela en ese entierro..?


De manera, digamos de método personal, una vez has conciliado tu mala maña de estar pendiente a lo que no te incumbe o si quieres a nivel jurídico muy de veras abrazas el derecho de privacidad, primero te quitas de encima tanto pugilato totalmente innecesario, ridículo y absurdo; y luego puedes plantearte otra pregunta clave: ¿qué me da el derecho de negarle a otros las cosas o atributos que a mi me pueden hacer feliz o la capacidad de lograr sus objetivos? Si yo puedo pactar vivir mi vida en la compañía de quien conmigo quiere compartir, ¿por qué negar esa capacidad a otros? Si puedo enamorarme pensando que de resultar un sentimiento compatible puedo vivir mis ilusiones y fantasias con la persona que igual me quiere, ¿por qué negar esa oportunidad de soñar a otras personas?, ¿qué me hace mejor que otros que me merezca ese don cuando se lo niego a otros que comoquiera no tienen nada que ver con mi vida personal?


Y entonces ya que estamos en ese camino de abrazar las diferencias e individualidades que todos tenemos, ¿por qué no puedo darle espacio a otros a que vivan al estilo o manera que quieran mientras eso no repercuta en mi propio estilo o manera de vivir? Y no estoy hablando solo de modas, costumbres cotidianas y gustos, aunque en eso también me encanta ser el propio arquitecto de mi vida y entonces si eso es así, ¿cómo antojarme de que necesariamente otros tiene que seguir mis pautas, gustarle obligadamente lo que a mi me gusta y hacer las cosas de la manera en que las hago?


Ahh y un poco de tolerancia y flexibilidad no vienen de más: a mi no me tiene que gustar lo que a otros le gusta y eso yo lo aprecio, pero igual pueden otros no gustarle lo que a mi me gusta, entonces no es mejor dejar que cada cual tome sus decisiones y lo que no me agrada pues que no me agrade pero de verdad no tengo porqué tratar de reprimir a nadie por meramente ser quien es igual que yo no quiero que nadie me reprima por ser quien soy.


Y entonces si este tipo de pensamiento lo elevo a consideraciones de derecho debo dejar que todos tengan los mismos derechos que tengo yo, claro que si, es tan lógico y justo ¿no crees? Y eso no le quita que no podamos, si queremos y hasta si nos vemos obligados por alguna circunstancia de la vida, dialogar sobre nuestras diferencias, acordar como mejor convivir sin perjudicarnos, aprender de lo que cada cual pueda saber, dudar sobre los misterios que podamos descubrir y tender puentes cuando haga falta estrechar relaciones de solidaridad, apoyo y amistad.

Perdonen el enfoque tal vez un tanto simplista pero esa es mi posición sobre el respeto que le debo y le tengo a la individualidad de todo ser humano: dejarlos ser como son y que a mi me dejen ser como soy, y que todos tengamos los mismos derechos.

9 comentarios:

Marga Pabón dijo...

Tú sabes o conoces el Syndrome de "La Cocolía"? Esa manía de no dejar que los que están a tú lado "suban"...porque los de al lado de jalan pa'bajo? bueno...pues ese es el syndrome de la cocolía...te has fijado alguna vez que si metes muchas cocolías en una lata como cuando eramos chiquitos, si una trataba de subir y salirse de la lata, venían las demas cocolías y la jalaban al fondo donde está el resto...en mi humilde opinión...aqui hay muchas cocolías...gracias y tan tan!

Shae D'lynn (Los Angeles, Cal.) dijo...

oh i am trying to read it!! mi hermana es en la media de esta lucha ya y quiero entiendar. gracias!

Enid Cruz Mirabal dijo...

Amen!

Carlos D. Chico dijo...

EXCELENTE EXPOSICION..LA IGUALDAD ENTRE TODOS LOS SERES HUMANOS ES INNEGABLE....LO DEMAS..FOBIA Y PREJUICIO!

Carlos D. Chico dijo...

es asi de simple..como lo exprezas Roberto..simple! Gracias!

Gretchen Gonzalez dijo...

Roberto esto está excelente... me encantó...

Ariel Rivera Zayas dijo...

Eso significa La Paz!

Daritza Rodriguez-Arroyo dijo...

Entiendo que son personas que no tienen la capacidad de manejar sus propias vidas, sus inquietudes, personas que tal vez, de solo asomarse al tumulto de inquietudes, contradicciones, quimeras y frustraciones propias se aterrorizan, entran en negación de ese propio universo interior y entonces… se ensañan en el prójimo. Es como se la viven pendiente a como decide vivir el resto, critican, juzgan y penalizan.

A mí me ha sucedido, sobre todo en mi lugar de trabajo (donde menos conocen mi interior), por muchos motivos, por ser una mujer de 36 años, divorciada, sin hijos, por no avalar la idea de tener una propiedad, por el tipo de personas que según escojo para compartir, hasta por un tatuaje que tengo y que alguna persona en algún momento se ha percatado. Hasta comunista y atea me ha dicho alguno, cuando no soy ninguna de las dos, pero no me interesa sacarlos de su error, no perderé mi energía y mi tiempo en ello, me es del todo indiferente. En fin, que entienden que no soy una persona o una mujer realizada… y sinceramente, aunque siempre uno tiene sus anhelos, al igual que el resto de los humanos, yo estoy satisfecha con la vida que tengo y cuando miro en silencio las vidas de ellos, amo mucho más la vida que llevo; pero jamás sería capaz de entrometerme en como ellos manejan la suya. Allá cada quien, porque cuando algo no nos satisface, siempre tenemos la opción de modificar, de cambiar, de reestructurar, de reinventar, e incluso de crear.

Por eso me afianzo en la “afinidad”, escojo mis amistades, mis compañeros de trabajo y a quienes en algún momento he podido llamar pareja según la afinidad que existe, porque si esa afinidad aparece y es amparada por la confianza y el respeto mutuo, ya da la medida necesaria para que se desarrollen excelentes relaciones personales y profesionales. Esto justamente me recuerda un poema de Joaquín Balaguer, aunque no me lo aplico por entero, aún así se los comparto;

-Independencia-

“La fuente esta en ti mismo” –dijo Rubén Darío-
Que en los mares del alma fue un Simbad del Ensueño.
Aspiro a ser más libre que las aguas del río
y a vivir sin riberas, sin cacique y sin dueño.
“Mi vaso es muy pequeño pero bebo en mi vaso”:
Tal es el lema heroico que ostenta mi lirismo.
Todos dicen que ahora yo voy al fracaso,
pero yo me figuro que voy hacia mí mismo.
Independiente y altivo, siempre me he conservado,
porque yo ni siquiera mi corazón lo he dado.
Nunca, nunca he querido ponerme una cadena
-ni aun la del amor que es tan dulce y tan buena-
Y por mi independencia, por mi libre albedrio,
aspiro a ser un hombre completamente mío.

Jose Oyola Medina dijo...

Que hermoso dicho, muy humano esta breve exposicion de ideas, la dignidad de un ser humano es inviolable, la tolerancia, la piedra angular del popular dicho "Tus derechos terminan donde comienzan los mios".
Muy pertinente tus expresiones, precisamente cuando hermanos seres
humanos compatriotas de la comunidad lesbica y homosexual luchan por abrirse caminos en una sociedad conservadora para unas cosas, y condenatoria e intolerante hacia otros que con su diversidad no le hacen mal a nadie..
Fraternalmente,
Jose Oyola Medina