viernes, 4 de marzo de 2011

Derecho de expresión: Snyder v. Phelps



Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo. Voltaire

Creo que la cita de Voltaire ilustra los contrasentidos que presuponen el ampliar el derecho a manifestarse a un derecho supremo cuasi-incuestionable. Defender el derecho de expresión de planteamientos, dudas, creencias, temores y hasta prejuicios no es crítico hasta que vemos que dicho derecho es una calle de dos direcciones, es decir defenderlo es defender el que personas e ideas con los cuales no tienes ninguna afinidad puedan emitir dichos postulados de los cuales difieres tal vez apasionadamente, puede ser hasta con razones de peso y motivos personales muy profundos. De cierta manera es la prueba real de dicho derecho al libre discurso (“free speech”) el que sea aceptado precisamente en la adversidad. Es por esta razón fundamental que esta decisión que se deduce de una situación de hechos que considero son hechos muy alarmantes, sirve como faro que ilumina digamos expresiones que se anteponen a políticas establecidas del gobierno, por ejemplo, y establece sin lugar a dudas los derechos de las minorías a elevar su voz y protestas a pesar de supuestos de alegadas mayorías. Tal vez tiene que ser de este modo que logremos aquilatar la doctrina constitucional vigente, enfrentada a los vientos huracanados de una situación sugiero antipática y dolorosa inclusive.

Snyder v. Phelps es la más reciente de una serie de pronunciamientos en torno a la Primera Enmienda que produce la Corte Suprema de Roberts. El año pasado, el Supremo de los Estados Unidos revoca leyes que limitaban expresiones acerca de política y declara inconstitucional el crimen de distribuir arte que representa crueldad a los animales. Solamente el interés en la seguridad nacional ha logrado como argumento superar los intereses del discurso libre.

Los hechos se sintetizan en el documento que he de presentar (traducción libre de los documentos de la Corte Suprema) pero por su complejidad voy a preceder dicho documento con una narración de los mismos.

Hechos:

Matthew Snyder, infante de marina muerto en la provincia de Anbar en Iraq en 2006, huéspedes no invitados aparecen en su entierro en la iglesia católica St. John en Westminster, Maryland. El Rev. Fred W. Phelps Sr. de la iglesia bautista de Westboro y varios de sus familiares miembros de dicha congregación de Kansas (a miles de millas de Maryland) portando carteles tales como: “Agradezca a Dios por soldados muertos" " Dios odia homosexuales" y " Vas a ir al infierno", llegan y piquetean cerca del lugar en el que se ha de celebrar la ceremonia del entierro.

La iglesia bautista de Westboro en Kansas ha realizado demostraciones en torno a sus mensajes recalcitrantes, inflexibles y de rechazo ofensivo a sectores y actividades sociales que no son de su agrado diariamente por los últimos 19 años. En marzo del 2006, siete miembros de Westboro piquetearon el entierro en Maryland de Matthew Snyder, el soldado que murió en Iraq. Los manifestantes de Westboro volaron más de 1.000 millas para poder llevar a cabo su manifestación con mensajes tales como “Agradezco a Dios por soldados muertos”, “Dios odia homosexuales”, y, “Vas para el infierno”. El padre del soldado difunto, Albert Snyder, citando el trauma físico y mental que resultó del enfrentamiento con el grupo en el entierro de su hijo, demandó a Westboro (daños y perjuicios).

No hay duda que las manifestaciones de Westboro son materia de planteamientos de odio y rechazo irracional. La autoproclamada iglesia predica que Dios está castigando a los Estados Unidos debido a su tolerancia ante la homosexualidad, especialmente en las fuerzas armadas. El Reverendo Phelps y sus seguidores frecuentemente llevan a cabo protestas en entierros militares.

El caso provoca emociones fuertes, también implica principios legales muy importantes.

Veamos muy brevemente el tracto de dicha demanda:

Snyder demandó a Phelps y su iglesia en la corte federal en Maryland (el lugar del entierro), reclamando cinco demandas bajo la ley de Maryland: difamación, publicidad indebida dada a la vida privada, invasión de privacidad, imposición intencional de situaciones agravantes que provocan serio daño emocional, y conspiración civil. Los actos torticeros alegados eran: (1) piquetear el entierro y (2) publicar una diatriba sobre la familia de Snyder en el web site de la iglesia.

La corte de distrito rechazó, en el juicio sumario, las demandas iniciales de Snyder de difamación y referente a la publicidad dada a la vida privada del demandante. Sin embargo, la corte de distrito permite ventilar las demandas ante el jurado. (Las acciones civiles en tribunales federales son ante jurado.) La corte dio instrucciones al jurado, "Usted debe balancear el Derecho de expresión del demandado de la creencia religiosa y el derecho a la intimidad del demandante y su derecho a estar libre de [IIED] severos agravios (agresiones) emocionales. " La corte de distrito agrega: " usted debe entonces determinar… si eran estas acciones son tan ofensivas... en cuanto a no ser dada la protección de la Primera Enmienda." El jurado falla contra Phelps y concede sobre $10 millones en daños. La corte de distrito redujo los daños totales a $5 millones pero dejó establecido de otra manera el veredicto. Phelps entonces apeló al Tribunal de apelación para el Cuarto circuito.

El Tribunal de apelación revocó. Determinó que el "la corte de distrito erró fatalmente" permitiendo que un jurado (procesos civiles en el sistema federal son ante jurado como hemos señalado a diferencias del sistema judicial en Puerto Rico a nivel estatal) decida cuestiones constitucionales. Esta parte de la decisión es incontrovertida. No es competencia de un jurado decidir el alcance de la Primera Enmienda. Si fuera de esa forma, portavoces impopulares y comentarios (protestas) de minorías exiguas estarían a la misericordia de jurados potencialmente hostiles. La Primera Enmienda es generalmente una cuestión de derecho (que se aplica o desprende de una situación de hechos reales). Igualmente dictamina que la Primera Enmienda protege la actividad del Rev. Phelps y la iglesia demandada. La corte sostuvo que la Primera Enmienda permite no determinar responsabilidad por manifestaciones aunque contengan una “efectiva connotación demostrablemente falsa, " en comparación con la “hipérbole retórica”. Este punto resulta ser en su faz controversial.

Veamos: Manifestaciones no necesitan ser “efectivamente falsas” para caber en una de las excepciones que el Tribunal Supremo ha reconocido para la protección de la Primera Enmienda. De hecho la falacidad o lo corroborablemente cierto no es determinante por si solo.

Las amenazas, por ejemplo, son desprotegidas incluso si (quizás especialmente si) son genuinas y auténticas.

Palabras que incitan directamente a peleas y violencia injustificada (“fight words”) son desprotegidas cuando emplean epítetos exactos; de hecho, los epítetos basados en hechos pudieran ser más provocativos (por ejemplo alusiones a la infidelidad de una pareja). Y, en relación con el agravio que cita Snyder, declaraciones que son verdades (“¡Qué bueno que su hijo tiene SIDA!” o " ¡Enhorabuena violaron a su hija! ") pueden infligir agravios más que ciertas falsedades.

Snyder entonces solicita la revisión del Tribunal Supremo planteando tres preguntas a la corte, que pueden ser parafraseadas como sigue: (1) Hustler Magazine v. Falwell, 485 U.S. 46 (1988), una parodia caricaturizada de una figura pública no aplica para compensaciones por daños aunque sea absolutamente falsa debido tanto a que la figura pública tiene menos protecciones de su reputación (persona pública) como porque la parodia estriba precisamente en hacer falsas representaciones y caracterizaciones para provocar mediante el humor cuestionamientos e interés de la audiencia), ¿aplica a procesos que no implican figuras públicas?, (2) ¿tiene el Derecho de expresión de Phelps y Westboro primacía sobre los Derechos a culto y libertad de asamblea (el funeral de Matthew Snyder)?, y, (3) ¿es alguien que atiende a un entierro una “audiencia cautiva” por ende merecedora al derecho a la protección especial contra “comunicaciónes indeseadas”?

Nota preliminar.

Aunque habremos de atender el texto entero quisiera apuntar hacia lo que desde el punto de vista personal creo que debemos fijar como la controversia, al menos en estos momentos, que resulta de mayor relevancia para la situación de la Primera enmienda en Puerto Rico, a saber:

Es doctrina constitucional fundamental que solamente el gobierno, no partes privadas, puede violar la Primera Enmienda (mediante las excepciones a su aplicación). Por ejemplo, un editor de periódico que se niega a publicar una historia de un periodista no ofende el derecho constitucional de libre expresión. Pero en este caso la protesta de Phelps representa una acción privada que, por definición, no puede infringir el derecho constitucional de libertad de culto o de asamblea de Snyder. Sin embargo se plantea una amenaza severa para la libre expresión cuando mediante la demanda se invoca la presencia valorativa del tribunal. Invita a las cortes a que adquieran la autoridad de fijar el “balance” de las expresiones en relación a una audiencia. Si este ejercicio es un ejercicio aceptable y legítimo para los tribunales, entonces una lista larga de demostraciones, protestas y manifestaciones que se riñen o son controversiales con los intereses o planteamientos de una parte se encuentran en grave peligro ya que han de depender del gusto, aprecio o valoración de dicho tribunal (y se exacerba si es ante un jurado que no deja de ser un grupo de ciudadanos comunes), no de los derechos implicados, sino del contenido valorativo de dichas manifestaciones (y su aparente popularidad). En otras palabras se le pide a las cortes a que escojan entre las opiniones, creencias, ideas, dudas y temores que son “aceptables”.

Texto: (*)
(*) El siguiente texto es una traducción libre y sin aprobación de la Corte Suprema. El traductor se ha comprometido a tratar de mantener dentro de sus capacidades el verdadero contenido del documento original. Este documento se presenta para efectos de promover la discusión y comprensión de los temas de parte de los lectores pero no reclama ni pretende reclamar que dicho texto es ni sea un documento oficial de la Corte Suprema.

SNYDER v. PHELPS et al.
SYLLABUS
NOTA: Donde sea factible, un syllabus (headnote) es publicado, como se está haciendo con respecto a este caso, cuando se emite el dictamen. El syllabus no constituye ninguna parte de la opinión de la corte sino que ha sido preparado por el reportero de decisiones para ayudar al lector. Vea: United States v. Detroit Timber & Lumber Co., 200 U. S. 321.

(Texto:) Por los últimos 20 años, la congregación de la iglesia bautista de Westboro ha piqueteado entierros militares para comunicar su creencia que Dios odia a los Estados Unidos por su tolerancia de la homosexualidad, particularmente en las fuerzas armadas. Piquetes de la iglesia también han condenado la iglesia católica por los escándalos que implicaban su clero. Fred Phelps, que fundó la iglesia, y seis feligreses bautistas de Westboro (todos parientes de Phelps) viajaron a Maryland para piquetear el entierro del cabo de lanza de la marina Matthew Snyder, que fue matado en Iraq en la línea de deber. El piquete ocurrió en terreno público a aproximadamente 1.000 pies de la iglesia en donde el entierro fue llevado a cabo, de acuerdo con la dirección de agentes locales de la autoridad policial. Los manifestantes exhibieron pacíficamente sus rótulos que declaraban, e.g., “Agradezco a Dios por soldados muertos,” “Las naciones son condenadas por los maricas,” América se condena”,” “Los sacerdotes violan niños,” y “Usted va al infierno” - por cerca de 30 minutos antes de que el entierro comenzó. El padre de Matthew Snyder (Snyder), solicitante aquí, vio los topes de los rótulos de los manifestantes al conducir al entierro, pero no supo qué fue escrita en los rótulos hasta observar un noticiario más adelante en la noche.

Snyder radicó una demanda contra Phelps, sus hijas -que participaron en el piquete- y la iglesia (colectivamente Westboro) alegando, como relevante aquí, reclamaciones de daños y perjuicios (‘torts’) por la imposición intencional de agravios emocionales, intrusión sobre la privacidad, y conspiración civil. Un jurado encontró a Westboro obligado a recompensar millones de dólares por concepto de daños de compensaciones y daños punitivos. Westboro desafió el veredicto como excesivo en demasía y apela como cuestión de ley porque la Primera Enmienda protege completamente su discurso. La corte de distrito redujo la concesión de los daños, pero dejó el veredicto de otra manera intacto. El Cuarto circuito revoca, concluyendo que las declaraciones de Westboro tenían derecho a la protección de la Primera Enmienda porque esas declaraciones eran acerca de materias de interés público, no eran demostrablemente falsas, y fueron expresadas solamente mediante retórica hiperbólica.

Sostenido: La Primera Enmienda escuda a Westboro de la responsabilidad de daños por su piquete en este caso. Págs. 5-15.

(a) La cláusula de discurso libre de la Primera Enmienda puede servir como defensa en demandas por daños y perjuicios del estado, incluyendo los juegos para la imposición intencional de la señal de socorro emocional. Hustler Magazine, Inc. v. Falwell, 485 U.S. 46. Si la Primera Enmienda prohíbe que Westboro sea obligado por sus manifestaciones en este caso gira en gran parte en si ese discurso es de interés público o privado, según lo determinado por todas las circunstancias del caso. “El discurso de asuntos públicos ocupa el `“que el peldaño más alto de la jerarquía de valores dela Primera Enmienda” 'y le da derecho a protección especial.” Connick v. Myers, los 461 U.S. 138. Aunque los límites de qué constituye discurso acerca de la asuntos de interés público no estén bien definidos, esta Corte ha dicho que el discurso es de interés público cuando puede “ser considerado medianamente como referente a cualquier materia política, social, o de otro interés de la comunidad,” id. en 146, o cuando “es un tema de interés general y de valor y preocupación del público,” San Diego v. Roe, 543 U.S. 77. El “carácter inadecuado o polémico” discutible de una declaración “…es inaplicable a la pregunta de si se ocupa de una cuestión de interés público.” Rankin v. McPherson, los 483 U.S. 378. Págs. 5-7.

Para determinar si el discurso es de interés público o privado, esta Corte debe independientemente examinar “contenido, forma, y contexto del'” del discurso “según lo revelado por el expediente en conjunto.” Dun & Bradstreet, Inc. v. Greenmoss Builders, Inc., 472 U.S. 749. En la consideración del contenido, de la forma, y del contexto, no hay factor dispositivo, y es necesario evaluar todos los aspectos del discurso. Págs. 7-8.

El “contenido” de los rótulos de Westboro se relacionan llanamente con materias públicas, en lugar de privadas. Los carteles destacaron temas de importancia pública- la conducta política y moral de los Estados Unidos y de sus ciudadanos, el destino de la nación, la homosexualidad en las fuerzas armadas, y escándalos que implicaban el clero católico- y Westboro comunicó sus opiniones sobre estos temas de una forma diseñadas para alcanzar a la audiencia pública más amplia posible. Incluso si algunos de los carteles fueron vistos como conteniendo mensajes relacionados a un individuo particular, éso no cambiaría el hecho de que el tema dominante de la demostración de Westboro se dirigían a temas públicos más amplios. P. 8.

El “contexto” del discurso -su conexión con el entierro de Matthew Snyder- por sí mismo no transforma la naturaleza del discurso de Westboro. Los carteles reflejaron la condenación de Westboro de mucho de la sociedad moderna, y no puede ser discutido que el uso de Westboro del discurso de temas públicos estaba de alguna manera ideada para aislar un ataque personal contra Snyder. Westboro ha dedicado el discurso activamente a los temas abordados en su piquete mucho antes de enterarse de Matthew Snyder, y no puede haber reclamo serio que el piquete no representó las creencias honestas llevada a cabo por Westboro de temas públicos. Westboro pudo haber elegido la localización del piquete para aumentar la publicidad para sus opiniones, y su discurso pudo haber sido particularmente dañino a Snyder. Eso no significa que su discurso debe ser menos que por completo bajo la protección producida por la Primera Enmienda bajo las circunstancias de este caso. Págs. 8-10.

Esto dicho, “hasta el discurso protegido no es igual en todos los lugares y siempre permitido.” Frisby v. Schultz, 487 U.S. 474. La opción de Westboro de dónde y cuándo no está más allá del alcance regulador del gobierno –es “sujeto a restricciones razonables de tiempo, lugar, o manera” Clarkv. Community for Creative Non-Violence, 468 U.S. 288. Los hechos aquí son absolutamente diferentes, sin embargo, tanto respecto a la actividad que es regulada y a los medios de restringir esas actividades, de las pocas situaciones limitadas donde la Corte ha concluido que la localización de piquete se puede regular apropiadamente bajo provisiones consideradas de contenido neutral.Frisby , supra, en 477; Madsen v. Women’s Health Center, Inc., 512 U.S. 753, distinguidos.Maryland ahora tiene una ley que restringe el celebrar piquetes en entierros pero esa ley no estaba en efecto a la hora de estos acontecimientos, así que esta Corte no tiene ninguna ocasión para considerar si esa ley es una “razonable restricción de hora, lugar, o manera” bajo estándares anunciados por esta Corte. Clark, supra, en 293. Págs. 10-12.

La “protección especial” extendida a lo qué Westboro dijo, en el contexto entero de cómo y dónde eligió decirlo, no puede ser superado por un jurado que encuentre que el piquete era “indignante” con objeto de la aplicación de la ley estatal de responsabilidad por daños y perjuicios (“tort of intentional infliction of emotional distress”). Eso plantearía un peligro demasiado grande que el jurado castigara a Westboro por sus opiniones acerca de temas de interés público. Por todas estas razones, la responsabilidad impuesta por el veredicto del jurado en Westboro debe ser puesta a un lado. Págs. 12-13.

(b) Snyder tampoco puede ser recompensado por intrusión sobre privacidad. Él sostiene que él fue parte de una audiencia cautiva en el entierro de su hijo, pero la doctrina de audiencia cautiva-que se ha aplicado escasamente, ver Rowan v. Post Office Dept., 397 U.S. 728; Frisby, supra, en 484-485,-no debe ser aplicado a las circunstancias aquí. Westboro permanecía bien lejos de la ceremonia, Snyder no podía ver más que las topes de los rótulos de los manifestantes, y no hay indicación que el piquete interfirió con el funeral en sí mismo. Págs. 13-14.

(c) Porque la Primera Enmienda impide el resarcimiento de daños de Snyder -la alegada actividad ilegal de Westboro- tampoco se pueden resarcir por la conspiración civil basada en esos agravios. P. 14.

(d) Westboro abordó temas de interés público en propiedad pública, de una manera pacífica, por completo en conformidad con la dirección de funcionarios locales. No interrumpió el entierro de Mathew Snyder, y su opción de celebrar el piquete en aquel momento y lugar no alteraron la naturaleza de su discurso. Porque esta nación ha elegido proteger incluso discurso de tema públicos que hace daño para asegurarse de que el debate público no sea sofocado, Westboro se debe proteger de la responsabilidad de rescarcir daños y perjuicios por su piquete en este caso. Págs. 14-15

580 F. 3d 206.

Roberts, C.J., sometió el dictamen de la corte, con el cual Scalia, Kennedy, Thomas, Ginsburg, Breyer, Sotomayor, y Kagan, JJ., concuerdan. Breyer, J., somete una opinión de concurrencia. Alito, J., sometió una opinión disidente. (Fin del texto/**)

(**) El texto anterior es una traducción libre y sin aprobación de la Corte Suprema. El traductor se ha comprometido a tratar de mantener dentro de sus capacidades el verdadero contenido del documento original. Este documento se presenta para efectos de promover la discusión y comprensión de los temas de parte de los lectores pero no reclama ni pretende reclamar que dicho texto es ni sea un documento oficial de la Corte Suprema.


Nota de salida.

El “discurso (‘speech’) es poderoso,” el Juez Presidente John G. Roberts Jr. escribió para la mayoría. “Puede agitar a la gente a la acción, la mueve a lágrimas de alegría y de tristeza, y - como lo hizo aquí - para infligir gran dolor"...El “debate sobre asuntos públicos debe ser robusto, desinhibido y abierto de par en par,” escribió, porque el “discurso de temas públicos ocupa el peldaño más alto de la jerarquía de los valores de la Primera Enmienda.”

“El discurso en materias de interés público… se encuentra 'en el corazón de la protección de la Primera Enmienda. '” Dun & Bradstreet, Inc. v. Greenmoss Builders, Inc. , 472 U. S. 749, 758–759 (1985) (opinión de Powell, J.) (que cita First Nat. Bank of Boston v. Bellotti , 435 U. S. 765, 776 (1978). La Primera Enmienda refleja “un compromiso nacional profundo con el principio que la discusión sobre asuntos públicas debe ser desinhibido, robusto, y abierto de par en par.” New York Times Co. v. Sullivan, 376 U. S. 254, 270 (1964). Eso es porque el “discurso referente a asuntos oficiales es más que la expresión propia; es la esencia del gobierno autónomo.” Guarnezca V. Luisiana, 379 U. S. 64, 74-75 (1964). Por consiguiente, el “discurso de temas públicos ocupa el peldaño más alto de la jerarquía de los valores de la Primera Enmienda, y se merece el derecho a la protección especial.” Connick v. Myers, 461 461 U. S. 138, 145 (1983) (comillas internas omitidas)." (Hon. Roberts)

Como vemos en el texto, posibles debates sobre la posibilidad de aminorar la importancia del Derecho de expresión en lo que respecta a "materias de interés público" son altamente improbables (digo si vamos a estructurar argumentos a base de un racional estricto) dentro de la doctrina constitucional imperante, vigente y reafirmada precisamente en estos días por una mayoría abrumadora (8-1) de la Corte Suprema de los Estados Unidos. En lo que respecta a Derecho de expresión relacionado a temas y materias de interés público este es el Estado de Derecho, punto.

El Hon. Breyer en su opinión concurrente: "La corte sostiene que la Primera Enmienda protege el piquetear, sobre todo porque el piquete abordó materias de "interés público.""

Comentario:

Este caso es un tema impresionante, los hechos retan las emociones de quienes lo abordan, los mensajes que se citan en las manifestaciones se refieren a valores con los cuales podemos tener muy serias y profundas discrepancias. Como planteamos al empezar, este tipo de caso que reside, hasta dolorosamente, en las guardarrayas de las consideraciones del campo de los derechos y las libertades, son el tipo de caso que precisamente en su consideración ilustran los fundamentos y alcances de la doctrina constitucional. La decisión correctamente entiende y reconoce respetuosamente la pena de la familia de Snyder. Pero sostiene correctamente que la respuesta a esa pena no puede incluir el abandono de los principios de la Primera Enmienda diseñados para proteger incluso el discurso más impopular acerca de temas públicos que aunque controversiales son válidos como expresión (de temas de interés público).

Este ejercicio sugiero que nos aporta más que nada una clara valorización de la importancia del Derecho de expresión (‘free speech”), valorización prioritaria y primerísima, de acuerdo a la doctrina constitucional vigente. Aplicada esta lección debemos poder señalar que los frecuentes esfuerzos por diezmar, amoldar, apocar, restringir, invalidar o acomodar de manera inadecuada el Derecho de expresión son incompatibles con la doctrina constitucional. ROF

Fuentes adicionales de referencias:



Varias organizaciones de periodistas y de Derechos civiles sometieron documentos amicus tal como el de American Civil Liberties Union, el Reporters Committee for Freedom of the Press, y unas veintiún organizaciones de periodistas y de los medios noticiosos adicionales, incluyendo a National Public Radio, Bloomberg L.P., Associated Press, y el Newspaper Association of America. Igualmente sometieron escritos una cantidad de legisladores y otros grupos de la sociedad civil (destacamos grupos de veteranos) además de que 48 estados (y el distrito de Columbia) se manifestaron mediante sus Departamentos de Justicia estatales.
Nota final/colofón. Todas las traducciones son libres, el texto presentado es exclusivamente para usos educativos. Citas y referencias a los documentos mencionados requieren que se consulte los diferentes documentos en sus formas originales y oficiales, imágenes y ediciones además de redacción adicional son para efecto de creativamente agilizar la presentación. ROF/


Constitución de los Estados Unidos de América.


Primera enmienda:

Congress shall make no law respecting an establishment of religion, or prohibiting the free exercise thereof; or abridging the freedom of speech, or of the press; or the right of the people peaceably to assemble, and to petition the Government for a redress of grievances.

El Congreso no hará ninguna ley respecto a un establecimiento de religión, o prohibiendo el ejercicio libre de la misma; o abreviando la libertad de expresión, o de la prensa; o el derecho de la gente apacible de asamblea, y de solicitar al gobierno para una compensación de agravios.


Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Artículo II. Carta de Derechos.

Sección 4. Libertad de palabra y de prensa; reunión pacifica; petición para reparar agravios.

No se aprobará ley alguna que restrinja la libertad de palabra o de prensa o el derecho del pueblo a reunirse en asamblea pacífica y a pedir al gobierno la reparación de agravios.

Sección 6. Libertad de organización.

Las personas podrán asociarse y organizarse libremente para cualquier fin lícito...


4 comentarios:

Gutiérrez augura una campaña informativa sobre los derechos civiles dijo...

por José A. Delgado jdelgado@elnuevodia.com

WASHINGTON – El congresista Luis Gutiérrez afirmó ayer que, en espera de la presentación del informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre la situación de los derechos civiles de Puerto Rico, prevé el desarrollo de una campaña informativa en el Congreso.

Para Gutiérrez es significativo que la propia División de Derechos Civiles de Justicia federal haya precisado que tiene bajo examen la conducta de la Policía de Puerto Rico.

“En ocasiones no quieren ni confirmar que hacen investigaciones. Esa es una investigación seria y a la que el propio gobernador (Luis Fortuño) ha tenido acceso”, dijo Gutiérrez al salir de una reunión del Caucus Hispano del Congreso que ayer – contrario a lo esperado - no sirvió de punto de encuentro entre él y el comisionado residente Pedro Pierluisi.

Por estar en medio de una sesión de votación del Comité de lo Jurídico, en torno a una controvertida enmienda sobre el uso de fondos públicos para financiar abortos, Pierluisi no asistió a la reunión de sus colegas hispanos.

Para Gutiérrez, es necesario que los grupos que han expresado preocupación en torno a la situación de los derechos civiles en Puerto Rico – tras las denuncias de represión policial en contra de estudiantes y sindicatos – promuevan “un debate más extenso” en el Congreso.

Gutiérrez ha ido ya en dos ocasiones – el 16 de febrero y el miércoles – a denunciar desde el hemiciclo de la Cámara baja federal la respuesta que le ha dado la Policía, durante el gobierno de Fortuño, a las protestas de estudiantes y sindicatos.

También denunció el encarcelamiento del presidente del Colegio de Abogados, Osvaldo Toledo, por violar una orden de mordaza impuesta por el juez presidente del Tribunal Federal de San Juan, José A. Fusté.

Aunque acudieron a la reunión del Caucus Hispano, ni Nydia Velázquez (Nueva York) ni José Serrano (Nueva York) quisieron intervenir en el debate, que ha generado una resolución de censura en San Juan en contra de Gutiérrez, impulsada por los legisladores del Partido Nuevo Progresista (PNP).

(sigue...)

Gutiérrez augura una campaña informativa sobre los derechos civiles dijo...

(desde anterior)
El propio Pierluisi ha criticado que Gutiérrez “diera la impresión” en su primer mensaje de que hablaba a nombre de Puerto Rico. A su juicio, antes de hacerlo, debió de consultarle.

Pierluisi respondió con otro mensaje en el hemiciclo - el 17 de febrero - la primera denuncia hecha por Gutiérrez a mediados del mes pasado. Tras el segundo mensaje de Gutiérrez, Pierluisi se limitó a emitir un comunicado de prensa.

“El pleno de la Cámara de Representantes no puede ser una gallera entre dos boricuas”, dijo ayer Pierluisi.

Gutiérrez fue el último en salir de la reunión de ayer del Caucus Hispano del Congreso. De allí se fue a votar en el pleno de la Cámara de Representantes.

Pierluisi, quien perdió el voto simbólico en el hemiciclo como consecuencia del regreso de los republicanos a la mayoría de la Cámara baja, salió de la sesión del Comité de lo Jurídico a ofrecer una charla a estudiantes puertorriqueños que están de visita en la capital federal.

(sigue...)

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

(desde anterior)
Pierluisi indicó que desde que cómenzó la controversia sólo ha visto en una ocasión de lejos a Gutierrez, en el mismo hemiciclo de la Cámara baja.

Pero, Pierluisi dijo que no ha podido asistir a las dos reuniones del Caucus Hispano que se han celebrado desde que comenzó la polémica, que ha tensado la relación de amistad entre ambos

¿Qué le va a decir a Gutiérrez cuando se encuentren de frente?, se le preguntó. “Sé que sigue con esa cantaleta, pero eso no aporta nada bueno para Puerto Rico”, respondió Pierluisi.

Gutiérrez, sin embargo, aseguró que el debate apenas comienza.

Después de sus intervenciones, Gutiérrez considera que los sindicatos y la propia Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), que originó en 2008 la investigación sobre la Policía de Puerto Rico que realiza Justicia federal, tienen ahora un marco más amplio para presionar en el Congreso.

“Espero que vengan aquí a cabildear, no en un sentido político partidista, sino a explicar lo que está sucediendo”, subrayó, al resaltar que el vídeo de su mensaje de mediados de febrero haya sido visto ya por más de 15,000 personas en You Tube, “sin mencioanr la difusión que ha tenido” en importantes medios de comunicación en Estados Unidos.

http://www.elnuevodia.com/gutierrezauguraunacampanainformativasobrelosderechosciviles-906291.html

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

Sea lo que sea, el caso está ahí y las citas rebaten hasta la decisión del Apelativo sobre la prohibición de actividades en el recinto para que veas como es el mambo, y abre la puerta para declarar la prohibición penal de los piquetes inconstitucional, me atrevo a sugerir que en contexto de otras decisiones (como Thornhill v. Alabama) puede revocarse hasta el caso que declara ilegal la huelga en la UPR...