Coyuntura y esperanzas

Criminalidad asfixiante, las muertes violentas, cotidianas escenas espeluznantes, las agresiones de género y de todo tipo, los robos y escalamientos, en suma vivimos aterrorizados. No hay respuestas de las autoridades que han asumido la increíble postura de que emitir un lamento oficial equivale a ser responsables con sus obligaciones. No hay asomo de estrategias, no hay convocatorias de esfuerzos coordinados entre el gobierno y las comunidades. Reina la anarquía y la violencia en las noches, han abandonado las calles para que asesinos puedan campear a sus anchas.

El marco del desasosiego es la profunda crisis económica que se desdobla en crisis social. La crisis social impulsada negativamente por el desempleo asfixiante y por niveles masivos de corrupción gubernamental e institucional tal como las agresiones de corporaciones públicas de las utilidades principales que se empeñan en explotar y oprimir a la ciudadanía a quienes se deben por concepto de ley.

Las comunidades de la clase media se identifican hoy más que nunca con las comunidades desventajadas porque gradualmente han ido desapareciendo muchas de las diferencias: la clase trabajadora se masifica, se multiplica integrando sectores comerciales (pequeños negocios) y empleados profesionales porque las condiciones adversas de contrataciones injustas empieza a permear en todos los sectores menos la élite económica y sus alcahuetes directos. Las bases de la partidocracia se rebelan al notar que los políticos profesionales obedecen ciegamente a solamente sus propios intereses.

Los costos y condiciones de vida siguen empeorando. Veamos lo más fundamental: la comida y el agua, elementos imprescindibles.

Referente a la comida: “…encontramos que el aumento es de cerca de once por ciento durante los doce meses entre julio de 2010 y julio de 2011. Los mismos 20 artículos que en julio de 2010 nos costaban $37.20, ya para el mes pasado, doce meses después, tendríamos que pagar $40.90 por éstos. Entre enero y julio de este mismo año, el costo de esa canasta aumentó de $37.82 a los $40.90 indicados. La mitad de los artículos incluidos en esa canasta registraron aumentos... alzas mayores se produjeron en grasas, aceites y aderezos, con un 8.1 por ciento. Las frutas y vegetales aumentaron un 3.3 por ciento y las carnes, aves, pescados y huevos registraron aumentos de 2.9 por ciento.” (ElNuevodía)

Referente al agua hemos visto como una gerencia pretende instaurar un régimen totalitario a base de recortes y una carga de multas y penalidades que lacera por completo la moral social de nuestro pueblo y ubica ganancias comerciales por encima de la salud. El agua en Puerto Rico no es bendición, no es bien del pueblo, es mera mercancía en manos de una gerencia que obedece ciegamente a bonistas y que contrata a delincuentes profesionales para que ejecuten movimientos abusivos sin importarle un bledo la salud y el bienestar de las comunidades ni de las familias pobres.

Coyuntura significa combinación de factores y circunstancias que enmarcan una decisión o una serie de decisiones que debe tomar un pueblo o una nación.

La esperanza es el estado emocional y sentimental que reúne las posibilidades de lograr los objetivos que se nos presentan o que anhelamos.

De las garras solo queda liberarse como alternativa cuando se encuentra atrapada una persona, de la opresión o la injusticia atroz solo queda como escapatoria emprender la ruta de la libertad.

Muchos dirían que hay poco para celebrar, yo veo nuevas esperanzas en el número creciente de personas que empiezan a hacer frentes a diferentes niveles para defenderse a sí mismos y sus familias. A pesar de una ola sin precedente de ataques han comenzado a unirse y luchar de nuevo por la recuperación de sus derechos y alzan su voz de protesta. Este proceso de conciencia originaria neutraliza los embates de la desinformación y la publicidad, este proceso de unidad básica supera los sectarismos de agrupaciones partidistas y afinidades ideológicas; se nutre directamente del derecho a la defensa que tiene la gente y tiene el individuo frente al Estado y frente a un sistema económico que lo ahoga. Ante el peligro, las amenazas, la inseguridad y el estado de zozobra gubernamental comienzan a visualizar nuevamente los sentidos primitivos de unirse para combatir contra los infortunios.

Está dada la oportunidad de prosperar, tenemos el potencial de repintar el paisaje de nuestra economía.

Los años últimos han golpeado los salarios y el desempleo ha crecido como epidemia social. El sufrimiento ha sido compuesto por ataques incesantes de los intereses corporativos que están intentando minar a las mismas instituciones que ayudaron a crear la clase media. Las fuerzas patronales han puesto en marcha una guerra en la cual los trabajadores son daños colaterales y víctimas de una maquinaria demente de explotación sin controles, todo se vale en sus esfuerzos por mayor poder y beneficios exorbitantes. La influencia corporativa en todos los niveles de gobierno han dado lugar a la eliminación de los derechos adquiridos de los trabajadores a todos los niveles. Los pensionados y aquellos a punto de retirarse son peso muerto que el sistema de los ricos busca enterrar en una fosa común de anónimos.

El desempleo alto, los pocos trabajos, y la caída de la economía: Las cifras de desempleo que cita el gobierno no refleja la verdadera realidad, la economía ha sido realmente peor que lo que pensamos ya que el número de infraempleados se interpreta falsamente como empleos satisfactorios cuando realmente lo que producen son niveles de desesperación ya que dichos trabajadores solamente sobreviven a duras penas a la vez que pierden paulatinamente las esperanzas de lograr colocaciones que puedan sacarlos del desespero cotidiano y la pobreza extrema.

El cuadro es desesperado, es desesperante. Mucha gente experimentando la presión de estar sin trabajo o de vivir atemorizados de que sus trabajos se evaporarán, largas horas o trabajos que pagan menos de ninguna manera se traducen en sacrificios temporeros sino en un nuevo estándar que es inaceptable e insatisfactorio.

Frente al impacto de la crisis, la fuerza de los números y la determinación de la gente con poco para perder van creando las condiciones de los cambios.

El efecto acumulativo ha comenzado a cambiar la discusión político nacional. La conversación lentamente, pero seguramente, está cambiando ya que ante una mala economía que empeora a pesar de las declaraciones oficiales se ha perdido la fe por completo en el equipo de trabajo del gobierno, nuestra salida la tenemos que buscar a pesar del gobierno, no gracias al gobierno ni siquiera asistidos por el gobierno. Es un movimiento que no confía en partidos o iconos individuales. Está creciendo orgánicamente y por pura necesidad en cada esquina de nuestro país.

Estamos recordando lo que es la solidaridad y lo que significa en términos fundamentales. Tenemos que unirnos o continuar sufriendo a las manos del 1 por ciento de los ultra-ricos y sus lacayos los políticos.

Solidaridad de clases, solidaridad de pueblo.

Repetimos: De las garras solo queda liberarse como alternativa cuando se encuentra atrapada una persona, de la opresión o la injusticia atroz solo queda como escapatoria emprender la ruta de la libertad.

"No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia… Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella... Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción." (1)

"Seguramente no incurrimos en error si señalamos estos tres síntomas principales:

1) La imposibilidad para las clases dominantes de mantener inmutable su dominación; tal o cual crisis de las “alturas”, una crisis en la política de la clase dominante que abre una grieta por la que irrumpe el descontento y la indignación de las clases oprimidas...

2) Una agravación, fuera de lo común, de la miseria y de los sufrimientos de las clases oprimidas.

3) Una intensificación considerable, por estas causas, de la actividad de las masas,... que en épocas turbulentas son empujadas, tanto por toda la situación de crisis, como por los mismos “de arriba”, a una acción histórica independiente." (2)

La coyuntura es de decidir entre luchar por las esperanzas o sucumbir a la desesperación, los abusos y las injusticias...