jueves, 19 de mayo de 2011

De maestros y maestras, y de ricos... marxismo aplicado

¿Quién no tuvo una Misi Quiñones, un Mister Ortiz, o una Doña Meche en sus vidas de escolar..?


Riverita, Calderón, Pérez, Meléndez, Don Pito, Doña Yeya...

Nombres y apellidos que suenan familiares porque eran familiares, eran nuestros maestros y maestras, los empleados de limpieza, conserjes y las empleadas de los comedores.

Puedes haber olvidado algo de sus facciones pero no sus expresiones, tal vez tengas que esforzarte para cuadrar quién era qué pero la experiencia total es inolvidable. Eran nuestros héroes y unos tantos nuestros celadores sino ángeles guardianes, tal vez imposible resulte pensar en qué sería de nuestras vidas sin esa formación, esa insistencia en que hicieramos lo que nos convenía cuando tanto queríamos hacer lo que tal vez no nos convenía... no sería quién soy sin ellos, y pienso tantas veces que si puedo lograr más de lo que he logrado es por su trabajo, casi escucho sus voces y siento sus miradas. Puede ser que tengas un listado de honor similar de los que te estimularon, inspiraron, engañaron, intrigaron, regañaron, y de otras maneras motivaron a hacer más que lo que pudiste haberte limitado a haber hecho de otra manera -- una lista de sus maestros de escuela.


Maestros en mi lista en gran parte desarrollaron mis intereses de por vida en el idioma, las artes y la literatura, historia, la política y la justicia, las ciencias y las matemáticas, los deportes y algo que es de fundamental importancia cómo (y para quién) el gobierno trabaja realmente. Esto lo hicieron directamente hablando sobre las instituciones gubernamentales e indirectamente sirviendo de ejemplos de servidores públicos (escuela pública) dedicados y ciudadanos honestos, ese rol que me enseñaron era una responsabilidad repleta de deberes y derechos, ser ciudadanos que me hacía supuestamente igual a cualquiera pero no mejor que nadie aunque tampoco menos.

Tuve un maestro de biología que era agricultor y en su clase una de las experiencias era visitar su finca donde la biología cobraba realmente vida e importancia alimentaria. Tuve un maestro de matemáticas que era asambleísta y pudimos ver cómo al menos trataba de ayudar que las finanzas y los proyectos municipales cuadraran (digo del aspecto de la suma, resta y otras operaciones de cifras). Asistidos por maestros y maestras organizamos la legendaria Cooperativa de estudiantes (vendiendo sandwich y refresco) de la entonces Clase graduanda que al día de hoy todavía (tras cuarenta años) tiene un balance positivo en su cuenta bancaria y a pesar de los festejos de graduación con la Sonora Ponceña en el Conquistador y de los tantos reencuentros posteriores. Tuve maestras de español que se requedaban tras sus horas de compromiso para ensayar obras de teatro, maestros de música que nos acompañaban los fines de semana a actividades del coro. Tuve un esforzado maestro de Educación Física que era un especie de sacerdote de los deportes por su entrega. Eran nuestros héroes y heroínas, y en ese momento en que tanto de nuestras vidas era en torno a sus compromisos ni siquiera nos dábamos cuenta de lo mucho que significaban.

Hoy el gobierno nos dice que esto fue una ilusión o un espejismo.
Hoy los tratan como empleados vagos que se van temprano y tienen el verano libre.


En mis tiempos sus salones eran asociados a sus clases y personalidades. Los maestros los conocíamos cuando entrabamos en ese salón donde generaciones los conocían. Hoy van de aquí para allá, son nómadas, errantes, este semestre aquí, el otro a saber Dios.

De repente los maestros-- junto con los bomberos, los oficiales de policía (que eran nuestros vecinos, hoy son desconocidos), las enfermeras y empleados de salud pública, los trabajadores de saneamiento, y la manada entera de 'vagos' en la nómina pública son un problema para el gobierno. Por eso los botan por miles, porque no hacen falta. Sus uniones, antes orgullosas organizaciones se encuentran bajo ataque e muchas (sino demasiadas) infestadas de empleados (buscones) sindicales que les importa un bledo lo que les pasa, les quitan sus derechos democráticos, reducen su paga (sin aumentos en una economía inflacionaria es equivalente a reducir la paga porque diezma el poder adquisitivo), aumentan su carga de trabajo, sus pensiones peligran, y (lo más especialmente doloroso) los desprecian, le echan la culpa de todo lo malo que pasa en el gobierno. Y ahora le echan la culpa igual de que las tiendas cierren, de que las fábricas estén pobladas por fantasmas, son culpables de la crisis económica y por ellos todos vivimos al borde del caos.


Este es el saldo de los sentimientos de los partidos a los cuales estos mismos trabajadores pertenecen y muchos militan -- este cambio de valores no ha surgido de la multitud, imposible porque ellos mismos son la multitud, es el resultado de la voz del gobernador, de legisladores, de alcaldes, y de la derecha extrema. Es el discurso de sus líderes.

Líderes que han hecho una carrera de hablar y atentar contra los empleados públicos cuando ellos mismos son empleados públicos. Ahh, pero son empleados públicos que consumen una porción mayor de nuestros fondos públicos, más que cualesquiera de esos "codiciosos y vagos" maestros. Y mientras que los políticos se dedican a implementar reducciones de trabajadores, note que no ofrecen voluntariamente reducciones en su propia paga, pensiones, planes médicos, carros, las mansiones, y otros subsidios públicos. Al parecer, no tuvieron un maestro que les explicara lo que es la 'ironía' y tal vez debemos pedirles que tomen una clase remediativa en el concepto. Oh, demasiado tarde -- han despedido a los profesores que discuten la ironía.

Han declarado temporada abierta de caza permanente contra los empleados públicos pero no piense que el ataque se detiene aquí. Se preponen desmontar el sistema público, destruir o inhabilitar todas las uniones, reducir la clase media entera, y eliminar el igualitarismo como ideal. Listos o no, estamos en la primera parte de una repugnante guerra civil.


Hoy los multimillonarios buscan liberarse de nuestras garantías democráticas: las reglas esenciales del trato justo. No quieren pagar impuestos para solventar un estado que se dedique a servir a todos por igual, exigen la libertad de la regulación de sus excesos corporativos, y rechazan absolutamente la noción que los trabajadores, los consumidores, los ecologistas, y otros intereses de comunidad deben tener cualquier poder o ingerencia sobre sus caprichos corporativos.

Su sentido del derecho es nauseabundo, han comprado el sistema judicial, y buscan quitarle poderes a la mayoría en lo que constituye una declaración de guerra contra nuestra gente. Extremismo en la defensa del elitismo es su propósito. Es un vicio.

Es guerra. No quieren que pensemos en términos de lucha de clase, o que usemos la frase. Pero partiendo de la abundancia creciente de la ínfima minoría que acompaña la reducción en trabajos asalariados y el empobrecimiento masivo, el secuestro del Tribunal Supremo; las prioridades de que el dinero corporativo a la ofensiva pueda hacer y deshacer con las comunidades y los trabajadores-- ¿qué más puede ser llamado?

"Hay lucha de clases, es correcto, pero es mi clase, la clase rica, quienes estamos haciendo la guerra, y estamos ganando."
-Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo.


Se oye repetidas veces, variación tras variación de un mensaje: La idea que hay productores y parásitos es expresado en el ejemplo de la filosofía del gobierno (los cien amigos millonarios del gobernador). El rico produce y son ricos porque producen. El resto de nosotros somos parásitos. En este sistema de creencias la gente, el pueblo, somos la ayuda que necesitan los ricos para producir. Se parece bastante a la servidumbre.

Pero acaso es verdad, los ricos ¿crean los trabajos?
¿Dependemos del rico para crear trabajos?


La demanda crea trabajos. De experiencia directa sabemos esto: una empresa o una organización trata de emplear el número de gente correcto y necesario para alcanzar sus metas. ¿Qué significa esto? Que si es un negocio y hay muchos clientes agrega a gente para cubrir la demanda. Y cuando la demanda afloja tiene que hacer los ajustes de acuerdo a las ventas. Que si es un empresa manufacturera y tiene muchas órdenes por sus productos emplea más obreros para cumplir con los pedidos. Y cuando merman las órdenes igual ajustan su empleomanía de acuerdo a las necesidades reales. Que si es una finca y la cosecha es abundante contrata manos adicionales para poder recoger la cosecha antes de que se pierda, una vez terminada la cosecha regresa a su plantilla original. Nada de esto es noticia, nada de esto tiene que ver con los deseos de un rico acaudalado, todo esto es economía real y cotidiana, nada es producto de teorías repletas de prejucios y presunciones fantasiosas.

Cada negocio o empresa intenta emplear el número de gente correcto para cubrir la demanda. Cualquier propietario de negocio o encargado gerencial responsable le dirá que emplean basado en necesidad, no en cuánto tienen en el banco.


Gente que entra por la puerta y compra es lo que crea trabajos. Los ricos no crean trabajos. Gente regular que tiene dinero (producto de salarios ganados) crea trabajos y negocios. Ésa es la idea básica de la economía y trabaja, siempre ha trabajado, siempre ha funcionado porque así es que se trabaja y funciona en nuestra sociedad. En una economía justa se diseñan esfuerzos para servir a la gente, gente regular con dinero en sus bolsillos porque tienen trabajo en otros negocios o en el gobierno. Y la igualdad de oportunidades de la democracia con su reinversión en infraestructura y educación y las otras áreas de la democracia es fundamental para producir esa demanda. Cuando todo el dinero va a algunos ricos no hay demanda, no hay negocios, no hay trabajo. Esa fue la gran tragedia del programa de despidos del gobierno, además de miles de desempleados produjo cierres y reducciones de trabajos en el comercio y los servicios, y todo para beneficiar a los ricos que son los dueños de los bonos por los cuales hemos sacrificado nuestra economía plural convirtiéndola en una economía de una plutocracia (sociedad de los ricos) y el gobierno a su servicio es una oligarquía (gobierno para los ricos) disfrazada de democracia.


Esta idea que algunas personas ricas --productores-- nos reparten beneficios a todo al resto de nosotros --los parásitos-- es fundamentalmente un desacuerdo con el concepto de democracia. En una democracia todos tenemos una voz y un valor como ciudadanos iguales. No dependemos de los favores de unos pocos para nuestros sustentos. Todos se suponen que tengan una igualdad de oportunidades, e iguales derechos. Y hay cosas a las cuales vivir en este sistema nos da derecho que es muchas de las cosas que se supone que los empleados del gobierno como los maestros, los bomberos, los oficiales policiales, los trabajadores de obras públicas y tantos otros nos garanticen, se trata de bienestar que supuestamente es un derecho constitucional. Pero la responsabilidad de la democracia es crear y mantener ese balance que se ha visto alterado de una manera que como vemos por las cifras de riquezas a quienes únicos ha favorecido es a los ricos. Es prueba de que el supuesto sistema de los ricos benefactores es falso porque en estos momentos en que la élite acumula sus riquezas a un ritmo mayor que nunca (hasta a niveles escandalosos), las cosas están peores que nunca para el pueblo. Los ricos no crean los trabajos, el pueblo es quien crea los trabajos.


Hay otro temas que quiero tratar pero por ahora, en tributo a todos esos buenos maestros y maestras que tuve en mi juventud, en honor a tantos empleados públicos que me atendieron, a esos padres y madres de mis amigos y amigas que eran esos empleados que eramos a su vez clientes en negocios donde la vida social se multiplicaba porque eran negocios de vecinos y atendidos por amigos, a ellos les dedico este recuerdo y compromiso con el futuro de nuestra isla y nuestra gente.

Dedicado a la maestra de mi madre y maestra de nuestra raza, Isabelita Rosado.


5 comentarios:

Miriam M. García Carambot dijo...

Gracias Pachi, por el homenaje que representan tus recuerdos para quienes los compartimos y para quienes esperamos haber forjado algunos como esos durante nuestro desempeño como maestras/os de escuela pública.

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

Un abrazo amiga y hermana, y gracias por el apoyo, no sabes cuán importante es saber que tus amistades sacan un ratito para leerte, sobre el tema estemos claros solamente digo la verdad, indudablemente importante decirla, igual de importante rechazar este revisionismo de la historia que busca por intereses enfermizos deshacernos de nuestro pasado y desfigurar nuestro presente, hasta pronto (nota.- la amistad con tu hijo, valioso varón, la amistad entre mi hijo menor y tu hijo, hermosas expresiones de la poesía de la naturaleza humana que es naturaleza y es poesía...)

La Ley Siete, el Déficit Estructural y la Depresión Económica dijo...

(Trozos del artículo:)
e las primeras gestiones de la administración del gobernador Luis Fortuño Burset en enero de 2009 fue declarar un estado de emergencia fiscal en Puerto Rico (Ley #7), en donde se intenta convencer a los ciudadanos de la imperiosa necesidad de reducir el tamaño del gobierno central para promover una nueva era de prosperidad económica y social. La retórica aludida era cónsona con la visión de Sueño Americano del partido Republicano quien consistentemente postula que el problema principal radicaba en un gobierno grande y con políticas antiempresariales de parte de los Demócratas. Siguiendo la filosofía del partido republicano—dicho de manera más específica la del expresidente Ronald Reagan--se acreditaba una benevolencia tal a un plan local que habría de sacar a la economía de la recesión con un sector privado fuerte y vigoroso.. La realidad ha sido no sólo todo lo contrario, sino peor de lo experimentado en el pasado. En la Tabla 1 se presenta la proyección del crecimiento real de la economía con y sin Ley #7 y la realidad. Para el año fiscal 2009 se esperaba que la Ley #7 redujera el ritmo negativo del crecimiento, aunque de manera tenue de -3.4 (sin Ley #7) a -3.1 (con Ley 7). Para el 2010 en donde la plenitud de las medidas hubiesen sido probadas, la Ley #7-- en combinación con las otras medidas - se esperaban que colocara al crecimiento real de la economía en terreno positivo de +2.0%. La realidad tanto para el 2009 como el 2010, le enseñó que la Ley #7 pero además, las demás medidas programáticas no fueron acertadas. En el 2009 la economía descendió a -4.0% y para el 2010 en -3.8%. Aún las proyecciones de la Junta de Planificación para el 2011 es -1.0%.

Además, cuando la administración actual comenzó en enero de 2009, el crecimiento real durante 2007 y 2008 había descendido en -1.2% y -2.9%, respectivamente. Sin embargo, para el 2009 y 2010, el descenso fue -4.0% y -3.8 %; dicho de otra manera, casi duplica los dos años anteriores.
En el nivel de empleo, se esperaba una pérdida de 31 mil en el 2009 y 14 mil en el 2010. La realidad fue mucho peor pues se perdieron 82 mil en 2009 (no 31mil) y 38 mil en 2010 (no 14 mil). O sea, es claro que la Ley #7 y las políticas económicas lejos de mejorar las condiciones de la economía las empeoró. En aquel entonces (marzo de 2009), le llamaban Depresión a cuatro años corridos de descenso en el crecimiento y que la Ley #7 era en antídoto para la misma. Ahora, dado que los resultados son peores, le llaman que estamos recuperando y todavía los indicadores son peores y están en terreno negativo.
Por José I. Alameda Lozada

http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=22812C9E04CD0687F8EE97C4AEA605EA

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

Un bizcocho es la manera más simple de entender - en un sentido generalizado - la batalla política sobre la economía. Mientras el bizcocho económico se horneaba juiciosamente empezaba a ser más grande, los boricuas - a excepción de los pobres - estaban más o menos dispuestos a vivir conformes con su pedazo de bizcocho. Por supuesto, las corporaciones y los ricos han trabajado para conseguir una parte más grande, tanto que el 5 por ciento de la población se ha comido más que el otro 95 por ciento. Con los despidos y el desempleo rampante el bizcocho ha comenzado a encogerse. Esto ha creado una crisis que sigue la línea de Naomi Klein en su libro Doctrina de choque. Mientras que los trabajadores y la clase media se están encontrando con un bizcocho económico más pequeño y por lo tanto rebanadas más pequeñas, las corporaciones multinacionales y las familias ricas se están aprovechando del miedo y de la confusión para aumentar realmente su parte total del bizcocho, incluso reduciendo las rebanadas recibidas por los trabajadores y los pobres. Tanto es, que las corporaciones y los ricos, aunque el bizcocho se ha encogido y sigue encogiéndose, de hecho tienen pedazos más grandes que antes. La cosa es que el 95% ahora se tiene que conformar con migajas y no hay forma de que le toque un poco de "frosting".
Todo este cuadro se agudiza cuando notamos que quienes hornean el bizcocho son precisamente los menos que disfrutan/ comen y participan del mismo...
Marxismo aplicado a la repostería. Pachi

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

Esta información corrobora y proporciona la evidencia de lo que hemos estado diciendo durante mucho tiempo sobre la erosión de la clase media y la clase trabajadora, lo interesante es que proviene de una fuente de una industria dedicada a promover el consumerismo y el capitalismo de mercado: declara que la era de la "afluencia masiva" ha terminado y que el poder adquisitivo se encuentra anclado en el mismo tope de la pirámide de clases sociales. El tiempo en que las familias promedio dominaron el mercado de consumidores ha desaparecido totalmente. El dinero no se encuentra en los bolsillos del ciudadano promedio. La recesión económica global ha creado un abismo entre los más ricos y todos los demás. Tomando en cuenta la inflación las “ingresos de la mayoría de los trabajadores más o menos se han estancado desde los años 70,” mientras que “los ingresos de los ricos (y muy ricos) ha crecido exponencialmente.” El 10 por ciento de la población produce casi la mitad de todo el consumo, y una parte desproporcionada viene de los muy ricos. “Puesto simplemente, una pequeña plutocracia de las élites ricas representa una parte más grande y más grande del gasto de consumo total y sus compras son las que influyen - particularmente en categorías tales como tecnología, servicios financieros, recorrido, automotor, ropa, y cuidado personal.”
Estos planteamientos que tanto se parecen a nuestros escritos motivados por ejercicios de materialismo dialéctico (marxismo) sobre el comportamiento clasista de la economía proviene de la revista Advertising Age que muchos consideran la biblia del mercadeo capitalista.
El artículo que es un análisis de las tendencias de consumo en relación con el potencial y poder adquisitivo termina planteando que la mayoría de los ciudadanos no están enterados de esta desigualdad cada vez mayor y todavía cree en un ideal igualitario, una sociedad que todos tiene una oportunidad de lograr un nivel superior de economía familiar y personal. Pero en la realidad, hablando estadísticamente, estamos bloqueados en una rígida división de clases sociales.

Favor ver:

http://adage.com/article/adagestat/ll-rich-35-100k-household-income/227671/

http://toomuchonline.org/madison-ave-declares-mass-affluence-over/