acariciando un recuerdo de luna llena en semanas de sol...

Las nómadas sombras de tus besos son vientos que azotan las luces de mis alegrías…

Corrientes pasionales de brisas llenas de sabor de bandoneón triste y tambor…

El cielo, el mar y la tierra son los senderos en los que caminan danzantes estos reflejos de la luna de esa noche…

Es donde encuentras a quienes necesitas entre tus soles y a quienes necesitas como las esporas de una floresta, una canción…





La brisa en su bamboleo mueve los hilos bailarines del destino que se enredan y desenredan con la insospechable habilidad de amores intensos y prolongados…

los versos, los textos, los besos, las traiciones y los milagros cotidianos, pensando en como la vida se encarga de amontonar las cosas, asunto de tiempo y espacio...

Es que es imposible que la vida no cambie cuando recibes la visita de un relámpago de risas y caricias que ilumina la noche dejando una estela de sones, versos y besos...

De repente hay timbres dulces en las risas, campanas que tañen de lejos en el crepúsculo escarlata y flautas en fugas graciosas que sirven de contratiempo a tus latidos…

insisto, si alguien lograra envasar este encanto por la ley divina, natural o positiva debemos echarlo en los ríos para tomar largos sorbos y zurcirlo en nuestras almas para coser la rotura de la tela de nuestros corazón, juntando los pedazos de las ilusiones con puntadas que rimen con carcajadas y suspiros, de modo que resulte disimulado el lienzo de excitadas caricias y leves quejidos...

solo los versos, la música, el flan de queso y los chistes nos pueden salvar de la locura...

en la isla se debaten constantemente embelecos, exabruptos y enredos: vivimos un mundo de espejismos peligrosos, antojos y abusos de poder... ahh y hace calor...


vida plenisolar, algo de brisa, bueno para pensar en la gente que en estos últimos años resultaron falsos amigos a la vez que los desconocidos que han probado ser verdaderos, ironías de hipocresias abrumadoras en el bello atardecer...