lunes, 23 de mayo de 2011

El pueblo en la calle: apuntes para un debate desde la perspectiva de clases.

Crecimiento en la desigualdad y la declinación de la clase media y de la clase obrera, aunque exacerbadas por políticas económicas actuales, no son fenómenos recientes -- han estado en curso por décadas. Se desprenden las preguntas: ¿por qué tardó tanto la izquierda en proponer un movimiento de resistencia basado en las comunidades y los grupos sociales desventajados? ¿Cómo terminamos aceptando la desigualdad que alcanza niveles no vistos desde la depresión sin emprender una lucha verdadera contra ella?

Estas interrogantes no se plantean como un ejercicio de culpabilidades que me parece totalmente innecesario e imprudente, se plantean ya que creo que las respuestas encierran un juicio de aspectos que debemos atender para poder precisamente superar esas limitaciones. Tampoco creo necesario hacer prolongados discursos teóricos, me luce que debemos ubicar en materia de grupos sociales la problemática. Veamos:

Seguramente las tendencias de disminuir la movilidad social y de aumentar la estratificación social son base para la resistencia. La realidad se impuso. El hecho de que tomara una crisis masiva de despidos para que el tema de la justicia económica comience a sustituir el de reformas en la agenda política sugiere necesidad de evaluar las fuerzas políticas existentes. Que quienes pretendemos defender los intereses de los trabajadores y de la clase media -- por no decir del pobre -- hayamos padecido una debilidad fatal y un error de estrategia no parece surgir meramente de decisiones estratégicas. Nos luce que más que un problema de qué están pensando, es un problema de quiénes lo están pensando.

La composición de la dirección es un síntoma de la declinación de la clase obrera como fuerza política, es un síntoma que perpetúa la enfermedad. De manera que los procesos fueron matizados por el grupo social que lo estaba proponiendo y en lugar de sembrar procesos en las raíces de la sociedad nos quedamos en manifestaciones que iban desde lo liberal a las reformas legalistas. La realidad se impuso, esos caminos resultaron ser callejones sin salida en los que anduvimos alejados de los problemas sociales y por ende en la práctica alejados del pueblo.

Nada se logró porque los logros deben enfocarse tanto en los objetivos de cambios socioeconómicos como en la verdad de que cualquier proceso de cambios desprovisto de la fuerza de las masas es un experimento de futilidad. Hasta aquí nos lleva el carácter pequeño burgués del movimiento, hasta planteamientos y replanteamientos de ideas sin la capacidad real de ejecutarlas a la vez que el planteamiento y replanteamiento de ideas divorciadas de las verdaderas necesidades de la gente a quienes buscamos ayudar o apoyar.

Si de lo que se trata es de intentar lograr el modelo económico más equitativo podemos ver las limitaciones de un acercamiento basado en planteamientos de derechos en lugar de propuestas de construir un estado plural, participativo y más democrático desde el punto de vista de estructura de la economía.

Se reconstruyó el discurso de clases desviando su enfoque fundamental de justicia económica sustituyéndolo con enfoques "pragmáticos" de aproximaciones a alternativas administrativas y propuestas de "coexistencia" con la estructura social existente aunque disimuladas con retórica de cambio social.

El resultado ha sido un movimiento que carece de los instrumentos organizativos para defenderse de los esfuerzos de corporaciones y los ricos de manipular la estructura de la economía de una manera más favorable a sus intereses. Ahora podemos estar seguros que para encarar la injusticia de nuestro sistema económico actual se requerirá la reconstrucción del movimiento político y la organización de masas.

El poder político de los ricos es inmenso, y la erosión del sindicalismo ha dejado pocas instituciones que puedan defender los intereses del que no es rico. La defensa cómoda y esporádica de los que a nombre de la clase obrera proponemos protestas por conciencia no va a conseguir los resultados necesarios; el empuje tiene que venir de la gente cuyas vidas se afectan directamente.

No es exactamente noticia nueva que las uniones burocratizadas se han convertido en un factor principal en la declinación de la clase obrera, ni que estas organizaciones no intentan de ninguna manera poner en marcha una campaña verdaderamente transformativa. Uniones con millones en activos y acuerdos de negociación colectiva que cubren sus necesidades operacionales y contratos personales no van a arriesgar sus intereses (como grupo social que de hecho no es el grupo al que representan) como hemos visto ni siquiera por sus representados mientras puedan lograr arreglos y acuerdos que perpetúen su existencia actual.

Esto se ha probado con la firma de la Ley 53 que no logra objetivos de justicia para los desplazados sino que le asegura la vida cómoda a los sindicatos, léase las directivas y los funcionarios sindicales de dichos sindicatos. Lo que colma la copa es como han manipulado para hasta garantizar que no sean cuestionados al vedar posibilidades de procesos de cambio de dichas organizaciones.

No son meras críticas. Es la realidad. Estos sindicatos fueron construidos para la política electoral tradicional, cabildear ciertas ventajas y una negociación colectiva que cubra sus necesidades operacionales y no pueden convertirse en los instrumentos de acción directa que desafíen el estatus quo del estado porque se benefician del mismo, viven del sistema por lo tanto nunca de veras lo van a enfrentar. En términos de clase estos sindicatos han creado una subclase de ejecutivos pequeños burgueses seudo-sindicalistas que ganan sueldos que no tienen relaciones salariales con sus representados por lo tanto de facto sus intereses realmente no son los mismos que los de sus representados. Se parece a la relación que guarda cualquier partido político tradicional con su base de pobres, trabajadores y clase media. El partido los aglomera pero en el fondo representa los intereses de los ricos y de los políticos profesionales (que lo que buscan en realidad es mejorar sus propias posiciones económicas).

¿De qué se trata? Nuevas organizaciones e instituciones se deben construir para sustituir a las existentes tales como los sindicatos burocráticos en la protección de los intereses de los pobres y la clase obrera, y que puedan desafiar el estatus quo del estado.

Nuevas organizaciones e instituciones que se forjen en el calor de las necesidades reales, en las comunidades, en las luchas ambientales, en las escuelas y las universidades públicas, etc.

No es demasiado tarde para construir un movimiento verdadero contra el neoliberalismo y a favor de una economía equitativa. Los acontecimientos recientes ofrecen una visión de una nueva dirección posible: el activismo más emocionante se ha dado en las calles y hasta cuando los sindicatos se han unido a estos movimientos han renovado sus relaciones de clase en lugar de esconderse en cuartos oscuros a negociar sus intereses particulares. Ocurrió en Egipto, ocurre en Wisconsin y ocurre en España.

Gente de diversos trasfondos realiza que los desafíos al que hacen frente son estructurales y son similares; se han degradado los trabajos: desde los trabajadores hasta los empleados públicos hasta la academia: los trabajos son cada vez más inseguros, y hay inseguridades contractuales que responden a la estructura de la economía. La espontaneidad cada vez mayor de los movimientos de masas sugiere pensar en cómo mejorar los esfuerzos mediante nuevas formas de organización, y crear una red independiente de organizaciones diversas que respondan directamente a las masas.

Está bastante claro que no podemos contar con el proceso electoral, las cortes, la prensa tradicional, los sindicatos burocratizados o las universidades para llevar a cabo la lucha contra las corporaciones y los ricos.

(Nota.- La Teoría de inversiones de política, del economista Thomas Ferguson, ha constituido durante mucho tiempo un exitoso pronóstico de la política: la teoría interpreta las elecciones como ocasiones en las que el poder del sector privado se une para invertir en el control del Estado... Citizens United v. FEC (21 de enero de 2010) permite que el dinero corporativo fluya hacia las campañas electorales y considera los controles en los gastos corporativos una interferencia para “el ‘mercado abierto’ de las ideas” (p. 38) y que “más expresión, no menos” es la mejor manera para combatir las preocupaciones de una influencia indebida (p. 45). Revierte una lógica imperante previamente y que mejor se entiende en una cita del profesor Owen Fiss sobre la necesidad de que para efectos de que el Derecho de expresión sea funcional y equitativo, y cito: "(we) have to silence the voices of some in order to hear the voices of...others." (tenemos que silenciar las voces de unos para poder escuchar a otros). Se ha creado una paradoja irónica en la que abrir los parámetros de las libertades de los ricos y corporaciones de facto acalla a los demás ya que los inunda y posiciona en un duelo injusto ("unfair")... De lo que se trata es del viejo "comprar el proceso eleccionario" pero de otra manera ahora legal.)

Un paréntesis: Es preciso aludir al pensamiento de Marta Harnecker que destaca el rol del movimiento social, en resumen, "la teoría deviene de la práctica". Sugiero que este señalamiento significa que ubicados en problemas reales, estructurando respuestas a esos problemas a los diferentes niveles que se manifiesten es que podemos aquilatar una teoría realista que vaya aglutinando los procesos de cambios. Ese objetivo de transformaciones estructurales económicas se ha de cuajar uniendo las aspiraciones e insatisfacciones de la gente en los sitios, lugares y momentos que se dan. De ahí el summum es la calle donde todos nos encontremos.


En estos momentos hay quienes debidamente impresionados por la coyuntura internacional se aprestan a ensayar nuevos modelos de movilizaciones pero la interrogante fundamental no se ha resuelto: ¿tenemos el apoyo masivo de los que tienen que moverse para poner en jaque el sistema? No, nuevamente proponemos fórmulas irreales y desconectados de las masas. El problema a mi manera de verlo no es realizar una que otra actividad. El problema es que estas actividades formen una oleada en crecimiento y no un evento individual, incidental o esporádico. Podemos hacer protestas y sus efectos han de tener pero no nos engañemos, sin el trabajo de fondo organizativo que produzca la masividad decisiva no hemos de adelantar en grandes pasos el proceso.

Quiero dejar claro esto: si tal o cual día se reúnen miles de personas a manifestar protestas válidas, a expresar su desagrado e insatisfacción con los hechos que acontecen en nuestra sociedad estoy de acuerdo con esa actividad sin dudas. Inclusive si no hay miles y el mensaje tiene urgencia y validez creo en la necesidad de levantar voces.

Creo en una cultura de protestas, creo en una cultura de expresiones en lucha, creo en una cultura de reafirmar nuestros anhelos, vamos, creo en una cultura que refleje la indignación, sin dudas.

Eso dicho no me ilusiono tampoco. Estas actividades, necesarias, afirmativas y combativas, no sustituyen la necesidad de organizar las masas para que cada vez se unan más personas: es la organización la que le da curso al mensaje y no el mensaje el que conjura la organización, es lo que planteo.

En el escenario actual el proceso del gasoducto supone la necesidad de organización tanto de las comunidades directamente implicadas como de los sectores solidarios, es, me parece, la prioridad indiscutible pero no cancela que podamos manifestarnos sobre la multiplicidad de problemas con los cuales nos enfrentamos.

Favor ver:
Convocatoria abierta- Manifiesto con llamado a la acción

4 comentarios:

PROPUESTA , Dia de la INDIGNACION EN PUERTO RICO dijo...

Me parece una buena dia ,pero , en mi opinion , la convocatoria debe ser una inclusiva y sobre problemas y preocupaciones que los puertorriqueños compartimos independeintemente de sus preferencias partidistas o de modelos economicos. Temas como los siguientes sirven para convocar a la sociedad civil :
1- por la trasparencia gubernamental
2- el reclamo de creacion de empleos
3- en contra de la corrupcion
4- en defensa de la UPR
5- en contra de la construccion del gasoducto
6-por una reforma constitucional que nos permita crear una democracia participativa mediante la cual el pais no se limite a elegir una gente cada 4 años.
7- por la reforma de los sistemas de retiro para convertirlos en un sistema mas equitativo
8- en contra del desmantelamiento de la legislacion social protectora del trabajo
9- por una reforma electoral que le quite a los partidos politicos el contro absoluto del sistema electoral
10-Para exigirle a EEUU que asuma un papel mas activo y comprometido con la autodeterminacion del pueblo de Puerto Rico en la solucion de sus status final.
11- por una sociedad mas justa e igualitaria
12- para exigirle a los partidos politicos la unicameralidad
13- para exigir el regreso al legislador ciudadano
14- para exigirle a los partidos politicos el compromiso publico de que sus candidatos a la legislatura renunciaran a los privilegios de dietas, carros, chofer, celulares, etc.
14- por el karso
15-por el corredor ecologico del norte
16- exclusion de Puerto Rico de la ley de cabotaje
Debe ser una actividad de la sociedad civil amplia ..
Oscar Pintado

Alberto Barreto Cardona dijo...

Roberto, leí tu escrito --y me parece preciso y pertinente, elaborare mas tarde en la temática/ inicialmente coincido contigo que entrar en elaboraciones altamente teóricas--no es lo que necesitamos, necesitamos propuestas concretas para una ofensa masiva. Para que eso se materialice, necesitamos es un lenguaje accesible que parta de las luchas cotidianas de nuestro pueblo y que se reduzca a lo mínimo lo academicista. Precisamente ese ha sido el problema --la ausencia de un puente entre el lenguaje articulado de naturaleza elitista y el lenguaje receptivo de los sectores marginados. Necesitamos un lenguaje que encarne el dolor, las luchas de sobrevivencia y las frustraciones de nuestra gente-y le proponga salidas viables desde una perspectiva de lucha de clases. Coincido contigo también que no necesitamos un novenario para recitar como el papagayo la oración que nos expíe de la culpabilidad, es tiempo de corregir en la práctica. Tu apreciación plantea la pregunta leninista del que hacer de una manera contemporánea.

Gonfu Zan dijo...

Saludos. Me gustó tu escrito Roberto. Creo que coinciidimos más que diferimosy pienso similarmente a Alberto . Tengo una visión quizás pesimista ante el estado social en que nos encontramos. Esto no es España, la Unión Europea, Islandia o Venezuela. No lo digo por la obvia difrencia en soberanía, sino porque la formación social de los pueblos del Estado español tienen referentes históricos diferentes. El sistema clientelista instituido en PR, sirve para estabilizar a más de la mitad de la población. El resto, sobrevivimos divididos ideológicamente, desde la política a la religión. Creo que el sistema, ha acumulado sectores cada vez más amplios y significativos de población económicamente dependiente del clientelismo y no sé cómo romperemos ese equilibrio aprisionador. La construcción de un partido político creo que es la herramienta adecuada, pero lo que no tengo claro es la participación en el sistema electoral como plantea el PPT o que la cuestión de la soberanía y la obtención final de la independencia, sea negociable. Si miramos como referentes al proceso irlandés y vasco, que tienen ciertas tangencias históricas con la filosofía política y práctica albizuísta, veremos que han evolucionado para unir ambas luchas, la de la independencia y la social. También, creo que esto ha sido posible porque se ha dado una lucha en la calle, no siempre dispuesta a seguir el orden legal y sujeta a fuerzas potencialmente incontrolables en el proceso. Con altas y bajas, esta simbiosis ha permitido que, mientras en el resto del Estado español ganó avasalladoramente la derecha, en Euskal Herria, ganó la izquierda radical abertzale que tiene como norte la idea de la soberanía y la independencia. En PR, no sé cómo un partido lograría aunar a todos los sectores divididos por el asunto del estatus y del mecanismo procesal, cuando la plataforma unitaria debe ser la de lograr la soberanía, la independencia y la justicia bajo todas sus formas en la Isla. Quizás tengas razón y el problema sea que no estoy dispuesto a admitir que la anexión sea una opción descolonizadora, o que una república asociada también lo sea. Por otro lado, no pueden serlo porque el mismo orden consitucional de EUA, es el que hoy amordaza a sus ciudadanos y los amarra al sistema bipartidista que también han impuesto en PR con la colaboración de sectores independentistas acomodados. ¿Cómo saldremos de esto más allá de reunirnos ese día en SJU y convocar anuestros vecinos a organizarse? ¿Tendremos que hacer como las iglesias pentecostales y de diversa ínndole? ¿Eso es parte de lo que requiere la lucha¿ ¿Quiénes están dispuestos a hacerlo?

Alberto Barreto Cardona dijo...

Y, como sucede con todos los hechiceros de la tribu, cuando sus poderes sobrenaturales son cuestionados, es cuestión de días. Los tigres no los aleja el mago de la tribu; hay que ir a cazarlos con arcos y flechas. Entonces, ¿para qué mantener al brujo? (JWC) Ponle nombre y apellido a uno de los brujos principales y estoy seguro --coincidimos