martes, 16 de febrero de 2010

Poeta de dos mundos, pero no tiene un hogar en ninguno...


Atardecer sobre el Río Hudson en Nueva York.

(Texto:) Sus poemas, en antologías incontables y cinco de sus propias colecciones, se consideran parte del canon literario latino. Sus obras y conferencias le han ganado honores grabados con superlativos floridos en placas. Pero Tato Laviera quisiera poseer un documento más prosaico, escrito en 'legalese' (argot legal).

Un contrato de arrendamiento.



Laviera ha conocido su porción de apuros y aprietos estos últimos años, incluyendo diabetes, ceguera y diálisis. Pero en diciembre, la vida llegó a ser infinitamente más complicada cuando él experimentó cirugía del cerebro de emergencia. Demasiado inestable para volver a su apartamento de Greenwich Village, él ingresó a una clínica de reposo para recibir terapia física. Dos semanas después, huyó.

“Podías sentir las drogas en las personas mayores, en sus sentimientos, y sabía que no era Laviera,” dijo. “Pero cuando mi pie golpeó la acera fuera de la clínica de reposo, en ese momento sabía que estaba sin hogar. Los honores que tenía no significaron nada.”









Los poetas, incluyendo esos extensamente publicados, no ruedan exactamente en dinero. Ahora, a los 59, Laviera está luchando para encontrar un apartamento asequible en la ciudad que ha sido su hogar desde que se movió aquí desde Puerto Rico en 1960.

Él ha solicitado ayuda a una docena de grupos comunitarios - algunos abundantes en alabanzas pero poco más. Solamente uno, Padres unidos de Bronx, vino a su ayuda. Lorena Montenegro, su directora, lo puso en un cuarto temporero en un centro transitorio en Prospect Avenue. Ella lo ve no como favor, pero como su deber.

"Pienso que cuando nuestros escritores y cantantes y artistas estan en dificultades, tenemos que estar allí para ellos,” dijo. “No podemos olvidarlos. La comunidad que ha disfrutado de su trabajo durante tanto tiempo tiene que decir, `Presente.'”



Se lamentó de cómo la ciudad puede ser cruel cuando se trata de ayudar a artistas que fueron famosos. Guadalupe Victoria Yoli Raymond - más conocido como La Lupe - fue de la reina del alma latina a una existencia de indigente en el Bronx. Héctor Lavoe, el cantante de los cantantes, muere sin dinero en un hospital en el Barrio, donde sus canciones una vez fueron el trasfondo musical de la vida de cada día.



Desde emerger a principios de los 80, Laviera ha sido reconocido como una voz singular cuyo vida y trabajo tiende un puente entre Nueva York y Puerto Rico. Sus escritos, a los ritmos que fluyen del español y del inglés, tratan las luchas entre las lealtades culturales y el hogar, así como la raza y la lengua.

Juan Flores, un catedrático de la Universidad de Nueva York y un defensor de Laviera desde temprano, dijo que Laviera había influenciado a muchos otros que vinieron después de él, “si lo admiten o no.” “Su mejor poesía es una joya de la expresión puertorriqueña de Nueva York,” Sr. Flores dijo. “Su manera de juntar la relación entre la isla y la diáspora era templada más finamente y más profunda que otros. Él se plantó de frente a los temas de la asimilación, preservación e innovación culturales.”


Visto sin embargo por algunos críticos como más allá de su mejor momento, Laviera se ha mantenido en la arena pública enseñando, dando conferencias y efectuando “golpes de azúcar,” acontecimientos de poesía para levantar conciencia sobre los estragos de la diabetes entre las minorías. Sus propios problemas de salud profundizaron un día en diciembre en que él se fue de lado y comenzó a caerse. Paula La Costa, que había compartido su apartamento con él desde 2004, lo cogió antes de que se cayera al piso. Agua en el cerebro fue diagnosticada, y la cirugía de emergencia instaló una desviación para drenar el líquido. Pero lo dejó con dificultad de mover la pierna izquierda.


Ambos convinieron que él necesitaría un lugar más fácil para maniobrar. Entró en una clínica de reposo, pero pronto se alarmó por lo que él vio como gente dedicada solamente al tiempo medicado y esperar la muerte. “No podría hacer eso,” dijo. “Llamé a mi hermana y pedí que ella me liberara.” Pero los parientes no pueden darle un hogar a largo plazo. Además, su urgencia no es de un lugar para dormir, pero de un lugar para escribir. Después de un período de sequía, su salidas literarias regresaron con la publicación en 2008 de “Mixturao and Other Poems,” su primera nueva colección de poesía en casi 20 años. Acaba de terminar el manuscrito de 700 páginas de una novela, “El Barrio.”


Mientras que gana regalías de sus derechos de libros y poemas, él ha dejado ese dinero sin tocar esperando usarlo de pensión cuando se retire de la enseñanza y de viajar. Sus ingresos, dijo, son limitados. Apenas como sus opciones de vivienda. “No es como que estoy mirando ser subvencionado en el reino de la elegancia y de la comodidad de la clase media alta,” dijo. “La terminología para mí es 'comprable'. Y en esta ciudad la gente se están mudando cada vez más. Mi situación me ha dado una nueva afinidad con ellos. Mis ojos están abiertos.”


Cuando comenzó a buscar un apartamento, pensó que podría aprovechar algo de la buena voluntad que había ganado en el curso de una vida de talleres y lecturas de comunidad. Entre ésos a los que él se acercó hubo varios políticos y grupos de Harlem del este, donde sitúa su novela. ¿El resultado? Contestó con silencio y una sonrisa. “Decidí venir al continente,” dijo. “El Bronx.”

Mientras que Montenegro busca su vivienda permanente, Laviera está dentro del centro. Durante la semana ha trasladado lentamente sus pertenencias a un pequeño cuarto cerca de la entrada del edificio conocido como Casita Esperanza. Él se anima cuando habla de sus nuevos vecinos, que él oye mientras caminan cerca de su sitio. Él ha alistado ya a algunos para ensayar su obra “Visiones del Chupacabra.” Planea dar lecturas de poesía. “Esto me ha abierto hasta aún más,” dijo. “Puedo crear aquí, y eso me libera. El estar aquí me ha dado continuidad y enfocado, y eso es mejor que un sueldo.”

Por David González.
Tomado de:
http://www.nytimes.com/2010/02/13/nyregion/13poet.html

Trad. por ROF

Tres poemas de Tato Laviera

commonwealth

no, not yet, no, not yet

i will not proclaim myself,

a total child of any land,

i’m still in the commonwealth

stage of my life, wondering

what to decide, what to conclude,

what to declare myself.

i’m still in the commonwealth

stage of my life, not knowing

which ideology to select.

i’m still in the commonwealth

stage of my life, all of us

caught in a web of suspension,

light-years away from the indians’

peaceful enclaves.

i’m still in the commonwealth

stage of my life, observing the many integrated experiences

we took everything

and became everybody else.

i’m still in the commonwealth

stage of my life, but there’s

not enough hatred in our hearts

to kill each other or to draw

blood for too long, ours

is a mental search

carved through a mainstream of options

but yet, somewhere

in the commonwealth, we all yearn

to feel our strengths,

to show our ultimate,

to find common wealth among us,

to close our eyes,

to find the total silence, silencio, silence,

to find ... not one thing that unites us,

even in silence we are still

in the commonwealth stage of our lives,

so let’s touch hands, friends and foes,

and stay together to hear each other’s

sounds just for one moment, let’s stay

tucked together, and maybe then, less

options, maybe then, hope.

— De “AmeRícan,” Arte Público Press, University of Houston (artepublicopress.com)

my graduation speech


i think in spanish

i write in english

i want to go back to puerto rico,

but i wonder if my kink could live

in ponce, maygüez and carolina

tengo las venas aculturdas

escribo en spanglish

abraham in español

abraham in english

tato in spanish

“taro” in english

tonto in both languages

how are you?

¿cómo estás?

i don’t know if i’m coming

or si me fui ya

si me dicen barranquitas, yo reply,

“¿con qué se come eso?”

si me dicen caviar, i digo,

“a new pair of converse sneakers.”

ahí supe que estory jodío

ahí supe que estamos jodíos

english or spanish

spanish or english

spanenglish

now, dig this:

hablo lo inglés matao

hablo lo español matao

no sé leer ninguno bien

so it is, spanglish to matao

what i digo

¡ay, virgen, yo no sé hablar!

— De “La Carreta Made a U-Turn,” Arte Público Press

greek

looking to find modern mythology

in the descendants

of ancient playwrights, to see if

something rubbed off, was Aristotle

brown in color, no, it couldn’t be,

well, anyway, the new poets of god,

are making money, simply because the

poets were kept unemployed by some sleazy

characters throughout history,

where else could I find such

mythological realities, I wonder

if the greek scientists, who are

new board chairmen, were lighter in

skin than the playwrights, that

might explain, no, it couldn’t be ...

well, anyway, I love all greeks,

and all the colors they may wish

to add to this poem, but I always

think they are puerto ricans,

that’s why I only mythologize

in greek restaurants open

twenty-four hours a day

in new york.

— De “AmeRícan,” Arte Público Press

Nota urgente.- Hay un bello bolero fundamental que en sus estrofas finales canta:

"...Partiré canturreando, mi poema más triste,
le diré a todo el mundo, lo que tú me quisiste.
y cuando nadie escuche mis canciones ya viejas,
Detendré mi camino, en un pueblo lejano y allí moriré..."

("Cuando ya no me quieras" (1928) de Miguel Angel y José Angel Díaz Mirón y González de Castilla conocidos como "Los Cuates Castilla"; posteriormente fue grabada múltiples veces regresando como éxito en las voces de Tito Rodríguez y recientemente Alejandro Fernández.)

Lo bien expresado es inolvidable, vive porque las emociones y realidades que refleja son parte vibrante de nuestras vidas. Favor leer, en los comentarios, la nota de prensa relacionada con Julia de Burgos que al final aparece una breve reacción de este servidor sobre el tema de la tragedia de los artistas atrapados en la crisis definitiva de sus vidas. ROF


Atardecer sobre el Río Grande de Loíza.

3 comentarios:

Y nació la poeta... dijo...

Y nació la poeta...
Hoy se conmemora el natalicio número 96 de Julia de Burgos
Por Ana Teresa Toro / ana.toro@elnuevodia.com
Julia Constancia Burgos García se fue de este mundo sin nada. Todo lo dejó en palabras.
Cuando fue encontrada inconsciente entre la Calle 106 con la Quinta Avenida en la ciudad de Nueva York, nadie sabía que la persona que murió al ser trasladada al Hospital de Harlem era Julia de Burgos, la poeta más prominente que ha dado la literatura puertorriqueña.
Su cuerpo sin vida fue enterrado en una tumba anónima. Tras su rastro fueron algunos amigos que lograron identificarla y trasladar sus restos a Puerto Rico. Recibió un funeral de heroína y fue sepultada en el Cementerio de Carolina, el lugar más cercano al siempre suyo Río Grande de Loíza.
Así fue el fin de una de las voces literarias más contundentes no sólo del País, sino del grupo de poetas latinoamericanos de su generación. Sin embargo, su vida fue mucho más que el mito construido a partir del estereotipo de “la poeta”.
Nacida un día como hoy en Carolina, fue la única entre 13 hermanos que cursó estudios secundarios. Incluso, se tituló en Educación en la Universidad de Puerto Rico. Aunque se dedicó al magisterio, la poesía fue una constante en su vida. Cuentan quienes la conocieron que solía distanciarse un momento a trabajar sus versos como si se tratase de un largo flujo de conciencia que la enajenaba por momentos del mundo.
Algunas de sus influencias más importantes fueron Luis Llorens Torres, Clara Lair, Rafael Alberti y Pablo Neruda. Publicaba sus poemarios e iba de pueblo en pueblo vendiéndolos ella misma. Poco a poco se dio a conocer en el ambiente literario y escribió otros géneros como el drama. De la mano con su incursión en el mundo de las letras se insertó de lleno en el grupo “Hijas de la libertad”, la rama femenina del Partido Nacionalista de Puerto Rico que lideraba Pedro Albizu Campos. Su vida transcurrió durante algunos años de modo intermitente entre Nueva York y La Habana.
Tras la ruptura de su matrimonio con Rubén Rodríguez Beauchamp conoce al médico y sociólogo Juan Isidro Jimenes Grullón, a quien puede llamársele el amor de su vida.
Vivió un interesante periodo en La Habana donde estudió griego, latín, francés, biología, antropología, sociología, psicología, higiene mental y didáctica, entre otras materias. Sin duda, una mujer que muy poco tenía que ver con las inquietudes “femeninas” de su época.
Al romper con Juan Isidro regresó en el 1942 a la Gran Manzana donde deambuló en busca de empleo y llegó a trabajar como inspectora de óptica, empleada de un laboratorio químico, vendedora de lámparas, oficinista y costurera.
Aunque su obra recibió múltiples reconocimientos no logró publicar en vida dos de sus poemarios más importantes: “El mar y tú y otros poemas” (1954) y “Yo misma fui mi ruta” (1986).
Póstumamente, se convirtió en la poeta laureada. Hoy su obra aún espera los análisis críticos que podrían colocarla a la par con voces poéticas de la época.

Tomado de:
http://www.elnuevodia.com/ynaciolapoeta...-673089.html

Nota de ROF.- No deja de asombrar de una manera maravillosamente triste y conmovedora la persistencia de paralelismos trágicos. No deja de colarse entre las capas espesas de la pena, el reclamo de que el Estado, digo yo todos los estados, en su rol cimero de celador del patrimonio del pueblo vele, estableciendo un sistema de apoyo humanitario, por nuestras voces dolidas...

Carlos D. Chico dijo...

Fabuloso articulo!...uhmmm... gracias!

Nina Planas dijo...

Beautiful!