“Ser o no ser, esa es la cuestión:
¿qué es más digno para el alma?, soportar las flechas y pedradas de la áspera fortuna
o armarse contra un mar de adversidades y darles fin con atrevida resistencia…”
-Tomado del monólogo de Hamlet (Escena IV)
ser
deshacer
descomponer, derrotar, dividir, despedazar...
Se cumplen dos años de la implantación de la Ley 7 en Puerto Rico. Esta medida, conjuntamente con otros factores de economía general y política pública ha significado que la isla hoy se resuma como la reseña el periódico Primera hora en artículo de Antonio Gómez de este 30 de mayo:
"La población puertorriqueña, y eso incluye a gente en todos los sectores económicos, es ahora más pobre tras cerca de cinco años de una recesión o crisis económica, a la que todavía no se le ve fin. “..Puerto Rico está en un proceso de empobrecimiento mayor que lo que había estado en los últimos 40 años”, sostiene la doctora Linda Colón, quien ha dedicado años al estudio de la pobreza en Puerto Rico. “..una economía que no genera empleos..”, sostiene.
Sergio Marxuach, director de política pública del Centro para la Nueva Economía, coincide. “La población de Puerto Rico se ha empobrecido durante estos cinco años y ha sido a nivel de todas las clases sociales. El impacto fuera de proporción es sobre los más pobres,..todas las clases en Puerto Rico se han visto afectados..”, afirma.
El economista Joaquín Villamíl, presidente de la Junta de Directores de Estudios Técnicos, opina igual y sostiene que “..hay una pérdida de riqueza de alrededor de $40 mil millones, poco más de $10,000 por persona”.
Las cifras que ofrece Marxuach son igualmente apabullantes. “En Puerto Rico se han perdido 224,000 empleos entre marzo de 2006 y marzo de 2011. Eso es el 18% de toda la gente que estaba empleada..”, indica...“..hay algo que está fundamentalmente mal con la estructura de la economía de Puerto Rico y tenemos que cambiarlo”, afirma..."
Ha habido una multiplicidad de excusas oficiales, muchas adjudican las causas de este desplome de la sociedad económica de la isla a razones exteriores, en escenarios políticos representantes del partido en poder frecuentemente le echan la culpa a pasadas administraciones. Por otro lado se hacen esfuerzos por proyectar que las medidas que ha impuesto casi unilateralmente el gobierno han sido la "medicina amarga" que Puerto Rico necesitaba, que dichas medidas de alguna manera han ayudado la isla.
Me imagino que esto de diagnosticar las condiciones de salud económica se parece a las maneras en que se diagnostica un enfermo. Si es así podemos decir que el Gobernador dice que el enfermo se está curando aunque las enfermeras y los familiares lo siguen viendo en estado comatoso y sin rastros visibles de mejoría.
Si me excusan el seguir el recurso de la metáfora médica la epidemia ha ocasionado que cientos de miles de puertorriqueños anteriormente residentes de la isla hayan abandonado su terruño.
"..la diáspora boricua en Estados Unidos es ahora 900,000 personas más grande que la población de Puerto Rico..la población de Puerto Rico, según el Censo de 2010, se había reducido en los últimos 10 años en unas 82,000 personas, para quedar en 3,725,789..expertos coinciden en que..la ola migratoria desde Puerto Rico -que se ha estimado en cerca de 500,000 personas durante la última década- se ha intensificado en los últimos dos años."
http://www.elnuevodia.com/Xstatic/endi/template/imprimir.aspx?id=976787&t=3
No me interesan las excusas, no soy amante de los planteamientos fatalistas e insisto en que la responsabilidad principal del estado de las cosas en la isla se tiene que adjudicar a la estructura económica y sus manifestaciones políticas. No creo que el rol del ciudadano es tragarse (sin cuestionamientos críticos) los alegatos de quienes son electos para buscar maneras de resolver los problemas y aunque haya tendencias que definitivamente tienen precedentes y raíces en momentos previos, creo que nuestros problemas actuales son reflejo de nuestra realidad presente. Esto aplicado al panorama del programa de gobierno de estos últimos dos años me promueve a ir más allá del usual muro de lamentos (justificados que conste) y replantearme el efecto de estas decisiones. No creo que eran inevitables y espero que sean radicalmente modificables.
El estado deplorable del desempleo es la suma de los despidos masivos y los cierres de empresas privadas. La política de los despidos al final la pagamos todos, las supuestas medidas de “alta ingeniería” socioeconómica han provocado derrumbes, debilitamiento estructural y un estado generalizado de desesperanza. La mayor crisis económica en unos sesenta a setenta años aqueja nuestra isla y mi pregunta es: ¿Era necesario..?
Si nos dejamos llevar por los expertos de esta "alta ingeniería" se trataba de un proceso medieval de curaciones (regreso a la analogía médica) aunque lo hayan barnizado de planteamientos modernos de la jerga financiera. En el medioevo por razones de desconocimientos científicos e idearios filosóficos de esa era, a un enfermo lo trataban de curar mediante el proceso de la sangría. Los galenos creían que las enfermedades eran producto de espíritus que se acomodaban en la corriente sanguínea del enfermo, sacar dichos espíritus, desangrando al enfermo era el sistema de tratar de curarlo que comoquiera tenía su suerte en manos de Dios. Ciertamente la cantidad de curaciones era verdaderamente cosa de milagros. Pues este sistema se lo han aplicado a nuestra isla, desangrando nuestra fuerza laboral para erradicar los espíritus de gobiernos pasados. El efecto neto es igual de medieval, sanguinario y tétrico.
No creo que despedir empleados sea una buena estrategia, no lo creía hace dos años, menos lo creo ahora. Pero realmente este escrito se trata de algo más que mis creencias, principios, ideales e insistencias ideológicas. Ves hay un ejemplo comparativo de un gobierno industrial y moderno que no ha desangrado su pueblo.
Previamente lo había mencionado, se llama el “Kurzarbeit” y es de origen alemán. El programa consiste en un subsidio a aquellas compañías que en lugar de despedir trabajadores, los conserven dentro de la nómina. Las compañías pueden legalmente elegir o bien reducir las horas diarias que necesitan del trabajador, o bien reducir el número de días que solicitan los servicios del trabajador. El tiempo no pagado por la empresa es parcialmente compensado por recursos gubernamentales. En últimas es un subsidio de desempleo sin perder el empleo. La idea es que una vez la economía se recupere, el trabajador vuelve a ser financiado 100 por ciento por la empresa.
En el peor momento de la recesión económica de 2009, Alemania logró mantener alrededor de 500,000 trabajadores en sus empleos gracias a este sistema, de acuerdo con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OECD, sigla en inglés). Alemania es además el país con la menor tasa de desempleo en el mundo desarrollado.
Podemos aceptar como válido el hecho que el Gobierno alemán hizo una gran labor en mantener a límites bajos el desempleo durante la recesión, no hay duda de que sus políticas han sido sumamente exitosas.
Desempleo en Alemania: la tasa comparable es de un promedio de 7%, el nivel más bajo en 17 años. En vez de despedir trabajadores cuando la economía se contrajo un 5%, los alemanes buscaron fórmulas para incentivar la contratación. El método era tan sencillo que asusta. Reducir jornada y aumentar personal.
El llamado “Kuzarbeit" o “trabajo reducido” permite a las empresas efectuar semanas laborales más cortas para bajar los costos durante las épocas de demanda menor. Éstas pagan solamente las horas trabajadas y el estado aporta hasta el 67% del salario restante.
La idea no es nueva, data de 1910, cuando el Gobierno indemnizó a los trabajadores que fueron pasados a horarios más cortos en la industria de fertilizantes y potasa durante una caída de las ganancias. Luego, en 1924, cuando el desempleo trepó a 11%, el Gobierno introdujo en todo el país políticas de trabajo reducido similares a las utilizadas en la actualidad. Una cuarta parte de la fuerza de trabajo alemana se inscribió en ese momento en el programa.
En un panorama internacional sombrío que el Secretario general del OECD Ángel Gurria predice ha de significar una pérdida de 25 millones de empleos a nivel mundial el programa alemán representa una esperanza cuyas cifras de rendimiento e impacto en la economía son incuestionables.
"El programa de empleos en Alemania está haciendo exactamente lo que quieres que haga que es garantizar empleos viables en medio de una tormenta temporera para que no tengas que encarar un desempleo masivo si es innecesario”, dice Paul Swaim el economista principal de OECD.
Felix Roth economista del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS, sigla en inglés) sin embargo apunta que el programa alemán funciona mejor en una economía industrial que se base en la manufactura que precisa de retener empleados diestros y que sus resultados en economías que se basan en industrias como la construcción los resultados pueden ser menos alentadores.
Otro críticos han planteado que un programa como el “Kurzarbeit” puede ser de ayuda privilegiada para algunas industrias cuyas exportaciones hayan menguado durante la crisis a lo que Paul Swaim contesta que no ha encontrado evidencia de que dichas tendencias sean inevitables ya que el programa requiere que se pongan ciertas garantías contractuales luego de un estudio comprensivo de la industria o sector de servicios. Swaim cita un programa similar puesto en efecto en los Países Bajos (Holanda) que requiere que la empresa participante se comprometa a repagar parte sustancial de los beneficios recibidos si luego de culminado el programa decide despedir empleados. Swaim plantea que este tipo de garantía asegura que las empresas participantes tengan un verdadero compromiso hacia sus empleados.
El indice de desempleo en Alemania hasta podría pronto caer debajo del cinco por ciento. El Instituto de investigación económica mantiene que es una realidad posible de que se logre el empleo completo en Alemania en 2015. Pero la política necesitaría reconciliar servicios de apoyo a la familia y la red de apoyo gubernamental, mejorar la posibilidad de empleo de trabajadores más viejos con habilidades bajas y tener acceso a los subsidios, según un informe del instituto de Hamburgo. “La lucha contra el desempleo y para el empleo completo es también una lucha contra la escasez de habilidades,” dijo el director Thomas Straubhaar. La “política del mercado de trabajo se debe centrar en todas las edades, las mujeres así como hombres y gente inmigrante así como a manera de integrar al inmigrante indocumentado a la vida laboral sistematizada,” dijo Straubhaar.
Un efecto similar con resultados diferentes. En vez de despedir al 20 por ciento de los trabajadores, por ejemplo, una empresa u organización puede bajar a las horas de sus empleados el 20 por ciento. Ambas logran la misma meta, pero desde un punto de vista social, cortar horas es mucho mejor porque se comparte el sacrificio igualmente y mantiene a trabajadores trabajando y generando salarios.
Un programa que funciona mediante subsidios de desempleo parciales a los trabajadores que enfrentan horas reducidas. Dan derecho a los trabajadores alemanes que pierden un día de trabajo por semana a recibir los subsidios de desempleo iguales a un quinta parte del cheque de desempleo semanal. Otros aspectos del sistema alemán también ayudan: Las protecciones legales contra despido hacen más barato que los patrones reduzcan horas que despedir a trabajadores. Y los contratos de unión (negociaciones colectivas) cubren lo que permite flexibilidad alrededor de la semana del trabajo y a través del año. Incentivos para hacer ajustes en horas en lugar de despidos es de lo que se trata.
Patronos pueden hacer ajustes de hasta el 50 por ciento - y los empleados colocados en el esquema del trabajo a corto plazo reciben entre el 60 y 67 por ciento de su salario renunciado de la agencia laboral (subsidios de desempleo parcial). Los patronos también reciben ventajas en sus cargas de impuesto con el esquema.
El gobierno cede los impuestos de nómina y pagos al programa normal de desempleo a las empresas que participan. Desde octubre de 2008 más de 2.6 millones de empleados en sobre 80,000 empresas han participado. Stuttgart, la capital de la cotizada industria automotriz alemana le llaman la capital del trabajo reducido.
Hay dos aspectos importantes de este proceso que se pueden atribuir a valores sociales implicados. Uno es la relación entre una mentalidad de tener personas con capacidad adquisitiva adquirida mediante programas de empleo (versus beneficios de desempleo) y el otro tal vez debemos caracterizarlo como un aspecto sociológico que es que para el programa (por ende para el gobierno y la sociedad alemana) el empleado es un valor y no un costo. Los alemanes han retenido los valores del trabajo gremial como un proceso de aprendizaje en el cual aprendes como ser productivo. Un objetivo principal del “Kurzarbeit” es no perder el efecto social de ese proceso de acumulación de capital humano.
Tanto en Dinamarca, una de las economías más estables del Mundo, como en los Estados Unidos, una de las economías que gozaba el prestigio de tener una de las tasas de desempleo más bajas, la crisis económica se ha encarado mediante políticas que han conllevado despidos y cierres de empresas. En ambos el efecto en la demanda ha sido detrimental por ende la crisis se multiplica. Igual que en Puerto Rico ahora se habla de un desempleo estructural como cosa inevitable cuando someto que dicha caracterización es producto de las políticas en efecto y no de un fatalismo económico como cosa del destino. Si acaso para futuras discusiones debemos plantear la posibilidad de que las políticas que han diezmado a la clase media y las clases trabajadoras de una manera muy cuestionable desde el punto de vista del bien común lo que han hecho es servirle a las élites económicas mayores riquezas a expensas del bienestar general.
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