jueves, 22 de julio de 2010

Paréntesis en blanco y negro: un breve tributo a Bill Hudson: ojo y lente de algunas de las imágenes más conmovedoras de una lucha.



Cuando se debaten los movimientos de cambios sociales inciden diferentes perspectivas: hay quienes proponen planteamientos judiciales, hay quienes insisten en el trabajo comunitario, hay otros que buscan en el sindicalismo la fuerza organizativa y hasta quienes idean escenarios en los que valientes grupos armados arriesguen sus vidas encarados a las fuerzas represivas del Estado. Hay sin dudas grandes valores en todas esas potencialidades que urgen de aquilatarse y sopesarse ante el marco real de las circunstancias que reflejan el pueblo. Hoy por un instante quisiera a modo de elegía resaltar el rol del artesano del lente fotográfico. Se ha muerto un hombre cuyas fotos ayudaron a transformar la historia: Bill Hudson.


La fotografía fue eficazmente utilizada en los años sesenta para intervenir en las luchas por los Derechos civiles. Igual la guerra de Vietnam fue visualmente documentada desde una gran variedad de puntos de vista y con un impacto que sobrepasa exponencialmente las descripciones, los elogios y estudios analíticos. Los fotógrafos acudían a los momentos en que se producían hechos significativos y hacían valer la necesidad de sus documentos a través de una tupida red de agencias fotográficas de producción y distribución, algunas pertenecientes a los grandes grupos de prensa y otras formadas por la asociación cooperativista de fotógrafos que encontraban en el trabajo colectivo ventajas económicas y soporte moral para ejercer su función.

Bill Hudson, fotógrafo cuyas imágenes de gran poder e impacto de la era de los Derechos civiles documentaron la brutalidad de la policía y ayudaron a concientizar al público internacional y movilizar al pueblo estadiunidense, de Associated Press, muere en Jacksonville, Fla. Tenía 77 años.


Hudson trabajó en el fotoperiodismo por más de tres décadas, comenzando como fotógrafo del ejército en la Guerra de Corea. Cubre el movimiento de los Derechos civiles en los años 60, fotografió protestas en Birmingham y Selma, Ala., donde la policía ataca con perros violentos y mangueras de agua de alta presión a los manifestantes.

Su fotografía más famosa, citada y reproducida de la tumultuosa era, tomada el 3 de mayo de 1963, muestra a un oficial en gafas de sol oscuras en Birmingham que sujetando a un hombre negro joven por su suéter deja que un perro muerda en el estómago al hombre. El hombre, Walter Gadsden, con sus ojos bajados, tiene una mirada pasiva. La fotografía apareció a través de tres columnas en la primera plana del New York Times del 4 de mayo de 1963. Preguntado alguna vez por dicha fotografía y los hechos, Hudson comentaba que sus objetivos en el momento eran dos: tomar la fotografía y no dejar que los perros lo mordieran, en ese orden de importancia. En “Carry Me Home,” un libro del 2001 acerca de la era de los Derechos civiles en Birmingham, Diane McWhorter escribió que la fotografía ayudó al movimiento influenciar la “opinión internacional al lado de la revolución de los Derechos civiles.”


Su esposa dijo que Hudson encontró mucha animosidad de parte de los que no quisieron que documentara las agresiones a los manifestantes. “La gente le tiraba a veces rocas y ladrillos,” ella dijo.

Habiendo en nuestra propia historia esfuerzos similares de destacados y arrojados fotoperiodistas tales como, para mencionar algunos, Charrón, Rafi Robles, Luis Castro, Alina Luciano, Humberto Trías, y tantos otros (no debo ni puedo olvidar mencionar los fundamentales documentos visuales de Jack Delano y otros que ilustran claramente y con una fuerza impresionante el verdadero devenir de la historia de los boricuas en la isla y allende, en los niuyores...). A solo semanas de que el fotoperiodista André Kang, fotoperiodista de Primera Hora fuese agredido precisamente en una protesta de Derechos civiles en el Capitolio y que fotoperiodistas de medios alternativos en esos hechos lamentables fueron reprimidos y sin embargo arriesgando sus vidas produjeron documentos visuales inolvidables y elocuentes que narran con precisión los verdaderos hechos y las agresiones. Hoy mediante esta pieza recordamos a Hudson y destacamos uno de los medios más importantes de lograr la justicia social.

Como cierre tal vez debo parafrasear levemente las palabras de Hudson sobre sus objetivos profesionales:
"Tomar la fotografía y no dejar que los perros me muerdan..."

-roberto 'pachi' ortiz feliciano

Nota.- Todas las fotografías son de Bill Hudson.
Incluye informaciones procedentes de The New York Times/archives.

1 comentario:

Isabel Caballer dijo...

Una de las razones por las que amo la fotografía. A través del lente artificial tienen una herramienta no sólo los ojos del alma, sino los testigos de la injusticia para detener el tiempo y despejar las dudas que levantan los manipuladores de la historia. Gracias...