"El trabajo de un intelectual no es formular la voluntad
política de otros; es, con los análisis que realiza en su propio campo,
preguntarse una y otra vez lo que se postula como evidente, inquietar los
hábitos mentales de la gente, la manera en que hacen y que piensan cosas, para
disipar lo que es familiar y aceptado, para reexaminar las reglas y las
instituciones…"
- p. 31, "Public intellectuals: A Study of
Decline", Richard Posner. Harvard University Press, 2003 (2da edición
revisada)
Tesis:
La austeridad es
un tema eminentemente feminista - las mujeres se verán afectadas el doble que
los hombres ... las mujeres enterradas en medio de estadísticas prejuiciadas y
sesgadas, viven el hecho innegable de que se verán afectadas el doble que los
hombres mientras los medios de comunicación parecen tener otras cosas más
importantes para atender que proponer un estudio desde la perspectiva de género.
Las políticas de austeridad tienen salvajes, y desproporcionados efectos sobre
las mujeres: desde recortes de fondos y programas a los recortes salariales y la erosión de derechos laborales en
términos reales.
He tenido la
oportunidad de estudiar el compendio de una investigación que enfoca
precisamente el tema que nos interesa, a saber:
“[T]al vez no
sea sorprendente que los padres y las madres soltero/as se enfrentan a un mayor
riesgo de vivir en pobreza. Sin embargo, un nuevo estudio encuentra que dicho
riesgo es mucho mayor para las madres solteras que para los padres solteros,
incluso cuando los dos tienen trabajos y niveles de educación similares y
trabajan el mismo número de horas.
Recientemente se
publica en una edición de "Gender Issues"/ (Cuestiones de Género), el estudio
que encontró que las madres solteras ganan significativamente menos que los
padres solteros. Además, las madres solteras parecen ser penalizadas
económicamente por cada niño adicional que tienen, mientras que los ingresos de
los padres solteros sigue siendo el mismo o incluso aumenta con cada hijo adicional
... cuando una sola persona es responsable de tanto la crianza de los hijos y
proveer la fuente principal de los ingresos, se podría pensar se elimina o al
menos reduce la brecha salarial de género existente. En otras palabras, parece
lógico que los hombres y las mujeres experimentarían los mismos de ingresos y
movilidad económica si estuvieran cuidando a los niños por su cuenta mientras
son la principal fuente de ingresos.
Pero eso no es lo encontraron [las autoras
del estudio Karen Kramer, Laurelle Myhra, Virginia Zuiker y Jean Bauer]. En su
lugar, encontraron que las madres solteras tenían más probabilidades de estar
en pobreza a "mucho mayores tasas" que los padres solteros, incluso
después de controlar variables como la educación y el capital humano, que se
define como "un fondo de recursos de las capacidades personales, talentos,
habilidades y rasgos que han resultado de las inversiones en salud, educación,
formación y experiencia laboral.”... Además, el pensamiento convencional
postula que si una madre soltera invierte más en su educación, el resultado
sería una reducción de la brecha de género. Pero, de nuevo, las investigadoras
encontraron lo opuesto: cuando tanto madres solteras y padres invierten en su
capital humano en términos de estatus y la educación ocupacional, la brecha de
ingresos es aún mayor ...
En general, el estudio encontró que las madres
solteras son mucho más propensas a estar viviendo en la categoría de
"pobreza crítica", con un 15.6 por ciento, 16.8 por ciento y 18.8 por
ciento en situación de pobreza crítica en 1990, 2000 y 2010, respectivamente.
Las madres solteras tenían más de tres veces las probabilidades de estar en la
categoría de pobreza crítica que los padres solteros durante todo el período del
estudio. Las investigadoras también encontraron que las madres solteras trabajan
cerca de cinco horas menos por semana que los padres solteros, sin embargo sus
ingresos de trabajo son un 60 por ciento menos que el de los padres solteros, a
pesar del hecho de que las madres solteras tienden a tener niveles más altos de
educación que los padres solteros. Las investigadoras también examinaron cómo
los niños adicionales afectan los ingresos. Encontraron que entre las madres
solteras, cada niño adicional significa una disminución en el ingreso del
trabajo.
Para obtener más
información sobre el estudio, por favor visite:
Comparison of
Poverty and Income Disparity of Single Mothers and Fathers Across Three
Decades: 1990–2010
(Enlace al
estudio/ conlleva costo.)
Reseñas:
Single mothers
much more likely to live in poverty than single fathers, study finds
Study: Poverty
affects single moms at dramatically higher rates than single dads
Veamos entonces
nuestra interpretación de los factores y circunstancias que explican lo que el estudio
ha probado y veamos el contraste cuando inyectamos la variable de la
austeridad.
Los hombres y
las mujeres no ocupan el mismo lugar en el mercado laboral. Están (las mujeres)
sobre-representadas en empleos informales, inseguras y mal pagadas, y
sub-representadas en todos los niveles de toma de decisiones en el ámbito
económico.
Las mujeres
están más expuestas a la inseguridad en el empleo, y la pobreza, es un dato
corroborado. Como consecuencia de esta diferencia de situación, una crisis
tiene impactos diferentes en función del sexo (género). Aunque la situación
varía en función de los sectores de actividad, el impacto de la crisis sobre el
empleo muestra ciertas tendencias principales: el aumento en el nivel de
desempleo, un gran aumento de los empleos precarios e informales, así como de
la pobreza en general. Cada uno de estos afecta a las mujeres más fuertemente (meramente
por ser mujeres).
Al mismo tiempo,
las mujeres en el trabajo a tiempo parcial sufren una mayor reducción de las
horas de trabajo. Las estadísticas de empleo no reflejan esto porque no definen
a las empleadas a tiempo parcial como empleo regular. Las personas que están
subempleados (que quieren trabajar más, pero se encuentran en "una actividad
reducida"), la mayoría son mujeres, pero no aparecen en las estadísticas
de empleo publicadas. Esto también contribuye a la subestimación de los efectos
detrimentales en las mujeres.
Analiza la
cobertura de los medios o el análisis económico que maneja el gobierno, y notamos
que apenas el tema es raramente mencionado. Hablar de austeridad con
"ceguera de género" es ignorar lo que realmente está sucediendo:
Cuidadoras (de menores, enfermos, discapacitados y familiares de mayor edad) - 72 por ciento de los cuales son mujeres -
luchan en familias en pobreza. Si abrimos los ojos somos testigos de un asalto económico
y cultural a las mujeres. Las mujeres, por su rol como cuidadoras y como jefas
de familias monoparentales, son más dependientes del gasto público que los
hombres y por lo tanto más sensibles a recortes a los servicios sociales de los
cuales las mujeres son particularmente dependientes. Las mujeres, de manera
similar son las mayores cuidadoras de las personas con discapacidad - muchas de
los cuales también son mujeres - tienden a depender de múltiples servicios
públicos hasta en mayor proporción y urgencia.
Las mujeres son las cuidadoras primarias de personas que no se encuentran internados en facilidades permanentes de cuido, se estiman en varias decenas de miles entre los envejecientes (observe que en Puerto Rico hay más de 500.000 personas mayores de 60 años) y otras personas con condiciones de salud que requieren de dicho cuido especial, a menudo, demasiado frecuente, con los más bajos ingresos.
Madres sacrificando sus comidas para alimentar a sus hijos.
Las mujeres son las cuidadoras primarias de personas que no se encuentran internados en facilidades permanentes de cuido, se estiman en varias decenas de miles entre los envejecientes (observe que en Puerto Rico hay más de 500.000 personas mayores de 60 años) y otras personas con condiciones de salud que requieren de dicho cuido especial, a menudo, demasiado frecuente, con los más bajos ingresos.
No hay que ser
un genio para comprender la forma desproporcionada en que se discuten las
políticas públicas si no observan y ajustan sus proyecciones para atender este
desfase. Si se impone un proyecto ideológico para cortar simultáneamente
servicios públicos y prestaciones, a continuación, son las mujeres -
especialmente las mujeres marginadas o pobres, como las madres solteras – las que
encontrarán sus condiciones de vida significativamente empeoradas.
Miremos de cerca,
observamos las diferencias y variantes, la conclusion general es que estos
desfases se enmarcan en una manera de género.
Las mujeres no
sólo son ahora parte de la "cultura de la dependencia", pero, por
ejemplo, como madres de los futuros "dependientes", son doblemente
vulnerables. El castigo de la desigualdad estructural - una brecha salarial de
género y de clase - es ver a sus hijos e hijas condenados a la pobreza.
De hecho, el
descuadre entre necesidades y potencialidades de ingresos es tal que una madre
soltera de bajos ingresos que trabaje 20 horas a la semana a $7.25 la hora (o
menos) al año se encuentra en peor situación que si no trabaja (fuera del
hogar) y logra “beneficiarse” de todos los programas de asistencia disponibles.
Notemos que al
hacer dicha observación se presume que en el cuadro que hemos analizado el
“trabajo” de madre o cuidadora que hemos señalado por asunto de la
ideosincracia imperante no se considera un trabajo aunque las responsabilidades
y tareas que conllevan, fuera de la unidad familiar, es altamente improbable
que sea realizado sin un salario. En otras palabras, mujeres “sin trabajo”
realmente trabajan, dicho de otro modo, mujeres que trabajan “fuera del hogar”
trabajan doble (lo que se ha llamado la doble jornada). Observemos que hay
algunos hombres que llevan a cabo iguales funciones, lo cierto es que la
proporción sin dudas es desproporcionalmente de mujeres.
Del mismo modo
que el análisis económico se ha cerrado de forma rutinaria a las experiencias
de las mujeres, una versión cultural de "problemas de la mujer" a
menudo es subestimado. Hay en lugar de sensibilidad, una ausencia de
sensibilidad.
Los recortes a
los programas sociales, el sector público y la ayuda legal sólo empeora la
posición de las mujeres. Esos factores combinados hacen que las mujeres se
lleven la peor parte de las medidas (austeridad) para pagar el deficit (deuda
de la cual no se han beneficiado en partes iguales tampoco).
Lo que vemos es
que la austeridad perpetúa la desigualdad de género.
Debemos estar abordando la desigualdad en la construcción de una equitativa economía fuerte, justa y exitosa; de hecho la igualdad y la política económica deben ir de la mano. Nadie que aboga por los recortes del gasto público, con su impacto negativo desproporcionado sobre las mujeres en particular, sin embargo, puede presumir de ser un defensor de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres o de una economía que funcione para todos y todas de iguales maneras y modos.
Las mujeres
siguen estando insuficientemente representadas en los niveles superiores de la
sociedad y son todavía muy poco representadas en el gobierno. Tal vez es esa
lamentablemente escasa representación de las mujeres lo que significa que se
convertirán en los portadores de la mayor carga de las medidas de austeridad.
El dolor no se distribuye uniformemente y el dolor por venir no lo será tampoco.
Las mujeres sufren de manera desproporcionada. Hay más mujeres en el trabajo
que nunca, pero la brecha salarial de género persiste por lo cual hay más
trabajando y ganando proporcionalmente menos aunque tengan, como hemos indicado,
mayores responsabilidades sociales y familiares.
La austeridad afecta a las necesidades básicas de supervivencia, tales como viviendas de protección social, apoyo a los ingresos, cuidado de niños y apoyo educativo y de alimentos; las mujeres son el mayor cosmos de personas que necesitan de los mismos. Nos referimos a un discrimen estructural.
Estos problemas empeoran
por la creciente tendencia a querer definer los servicios como "neutrales
de género" cuando la realidad es que no existen programas "neutrales
al género", los recortes de los servicios públicos agravan y multiplican
la pobreza y el desempleo de las mujeres (y eso no es neutralidad).
Cada vez hay más
evidencia de que la economía afecta más a las mujeres. Mucho se habla en
proclamas y declaraciones y poco se cuaja en efectivos programas y política
pública.
Es esencial
hacer estos hechos conocidos, no sólo para destacar las mujeres como
víctimas (lo cual claramente son) del estado de las cosas, sino para demostrar
la injusticia institucional de las políticas que afectan a sectores de la
población que ya se encuentran en una situación de desigualdad.
¿Las principales
víctimas de la austeridad…? Las mujeres, es cierto. Medidas que incluyen la reducción o limitación
de los sueldos, aumento de los impuestos al consumo y reformas de las pensiones
que eliminen ingresos las afectan (a las mujeres) más que a los hombres sin
haber ningún razonamiento que lo justifique racionalmente, es asunto de
prejuicios y estereotipos.
“No hay ninguna duda de que las
más pobres y vulnerables, la mayoría son mujeres, son las más afectadas por la
austeridad”, ha dicho el subsecretario general de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), John Hendra.
En agosto de 2012, según las
últimas estadísticas, el desempleo entre las mujeres era mayor que entre los
hombres.
Según la Organización
Internacional del Trabajo, la proporción de mujeres en empleos vulnerables es
más alto que la de los hombres en todo el mundo, y la brecha salarial también
se incrementó. Notemos que las medidas de austeridad llevan a las mujeres al
trabajo informal por lo cual se salen de los paradigmas regulares de seguridad
laboral pero no del discrimen.
Como las mujeres por lo general
son empleadas mediante contratos frágiles son más vulnerables a ser despedidas y mal
tratadas.
El Censo de 2010,
reflejó que en Puerto Rico las familias con jefe de hogar mujer sin esposo
presente y bajo el nivel de pobreza ascendió a 59%.
"[D]e los 3.8
millones de habitantes, 1,975,033 son mujeres lo que constituye un 51.9% de
toda la población en la Isla. La razón de masculinidad de la población total de
Puerto Rico es de 93 hombres por cada cien mujeres."
El 60% de los
que viven en pobreza absoluta -- eso es en el borde del hambre – son mujeres. Pero
el cuadro es aún peor: 68.5% de todas las madres solteras con niños menores de
18 años viven en la pobreza.
Las cifras más recientes son, y
citamos:
“Más de la mitad de los niños, niñas y
jóvenes de Puerto Rico viven en pobreza de acuerdo al estudio y la publicación
de datos: Kids Count Data Book del 2015 sobre niñez y juventud que realiza la
Fundación Annie E. Casey y el Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ). También
se reportó que el 83% de los niños viven en zonas de alta pobreza. Este
panorama refleja que la niñez y juventud está creciendo en un ambiente donde la
inseguridad económica está en niveles alarmantes.
Los
datos del estudio también muestran que las madres y padres de 6 de cada 10
niños y niñas no tienen un empleo seguro y que el 57% vive en familias
monoparentales lo que complica ese panorama y tiene un efecto adverso en su
desarrollo. De estas familias monoparentales, sabemos que el 82% son mujeres
jefas de familia y un 47% de los abuelos que viven con sus nietos menores de 18
años están a cargo de sus necesidades básicas.
Para obtener más
información sobre el estudio, por favor visite:
En el 2006, de acuerdo con los datos provistos por el
Departamento de la Vivienda, los porcentajes de familias encabezadas por
mujeres en los residenciales se mantenían sobre el 80% en muchos municipios y
sobre el 70% en todos.
En Puerto Rico hay 553,000 mujeres empleadas y 63,000 que el
Departamento del Trabajo y Recursos Humanos considera desempleadas.
La mitad de las mujeres empleadas son solteras, viudas,
divorciadas o no conviven con su esposo; en contraste, dos tercios de los
hombres empleados son casados y conviven con su pareja.
El nivel educativo de las mujeres en el mercado de empleo es
mayor que el de los hombres.
El 27% de las mujeres empleadas tienen entre 35 y 44 años.
La mediana de ingresos de las mujeres empleadas en 1999 fue
de $15,700, un 8% menor que la de los hombres ($17,100).
La tasa de participación, es decir, la proporción de mujeres
con empleo y que se consideran desempleadas sobre el total de mujeres en edad
laboral (mayores de 16 años), se sitúa hoy casi en el 38%; esto significa que
dos de cada cinco mujeres participan activamente en el mercado de empleo. Esta
cifra contrasta con la tasa del 28% registrada, de una manera muy constante,
entre 1970 y 1985.
En 1966, el 20% de las madres con niños trabajó fuera del
hogar. Para finales de los 90, la proporción se había elevado al 60%.
Conclusión parcial:
Las mujeres, en particular
las familias monoparentales, pierden mucho más que los hombres a partir de los
recortes a los beneficios y servicios públicos impuestas por el gobierno y el
"impacto de género" de los recortes de austeridad pinta un cuadro
alarmante para la situación económica de las mujeres.
Vea:
Chomsky: “La austeridad es una lucha de clases.
No es una política económica que tenga sentido…".
Los autores de estos "instrumentos
financieros de destrucción masiva" (como Warren Buffett los ha etiquetado)
han sido recompensados ... Esto es parte de un contexto de condiciones
económicas, políticas o sociales injustas que obligan la deuda masiva y el
empobrecimiento creciente de la sociedad, y en esta ecuación de limitaciones se
encuentra la mujer en el fondo del esquema de distribución de ingresos de una
sociedad que padece una brecha abismal de ingresos.
Tesis complementaria:
Más que un problema profundo cultural, lo cual sin dudas es, más allá de un problema de inequidad de derechos, lo cual sin dudas es, el discrimen económico de las mujeres en general responde a un esquema de tener una fuerza laboral eficiente subcompensada y sometida a un sistema patronal esencialmente y de facto patriarcal. Más que problemas sicológicos, que existen, más que patrones sociológicos de dominio, que evidentemente surgen de la cultura machista, es un problema (podemos suponer premeditado y de pleno conocimiento de los patronos, léase las élites, el infame 1%) de una estructura clasista que ha creado (e intenta perpetuar) una subclase de mujeres trabajadoras que por mero concepto de género, sin otras razones, explotan en mayor grado y sufren de mayor precariedad en sus puestos de empleo.
Imagínese tratando de
planear el cuido de niños, si tienes que conseguir un segundo puesto de trabajo
y no tienes idea de si vas a trabajar la próxima semana y a qué horas.
Imagínese tratando de
planificar un presupuesto mensual cuando sus horas de trabajo y sueldo pueden
fluctuar hasta un 70% en un mes.
Imagínese tratando de
programar visitas a la escuela o citas con el pediátra cuando usted puede ser
despedida simplemente por preguntar acerca de tomar un par de horas libres.
Este es el mundo real
para los trabajadoras y empleadas que no tienen garantías de sus derechos
laborales y viven a expensas de las decisiones unilaterales de sus patronos.
El cuadro de limitaciones, prejuicios y discrimen institucional se agudiza notablemente para las mujeres bajo el supuesto de un programa de austeridad.
Dicho de otro modo, la lucha contra la austeridad definitivamente tiene un gran componente feminista.
Dicho de otro modo, la lucha contra la austeridad definitivamente tiene un gran componente feminista.
ADDENDUM:
"[U]n 83.4% de familias lideradas por mujeres, con hijos menores de 6 años, ha sufrido inseguridad alimentaria...
En Puerto Rico hay 311,397 hogares liderados por mujeres (sin marido presente)...
51,500 al menos tienen al menos un hijo menor de 6 años..."
"El hambre acecha a madres solteras. Estudio revela..."
Cita/ pag. 4 - El Nuevo día, 14 de octubre de 2015)...
NotaEd.:
En esta nota se acompaña el texto de dos óleos del pintor gitano Manuel Martín Morgado, y de una pieza clásica de Diego Rivero.
Las obras de Manuel Martín Morgado las puedes apreciar (y contactar el artista) mediante:
Manuel Martín Morgado
http://fondonegro1.blogspot.com/
posdata.- (19.10.15) Como suele suceder con temas vibrantes y urgentes, luego de publicada la nota se han sucedido una serie de informaciones pertinentes. Hemos, en el momento adecuado, revisado notas para añadir data e informaciones que por su relevancia deben ser atendidas en el mismo contexto de esta publicación. Por el momento le solicitamos y recomendamos que revise los comentarios ya que hemos de publicar mediante este recurso dichas informaciones con enlaces cuando posible. Gracias, pachi/ROF/