lunes, 18 de julio de 2011

la sonrisa del lagartijo...



La noticia confirmó que no estaba loco na’...

Un grupo de investigadores de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, entre ellos un profesor puertorriqueño, descubrió que los lagartijos tropicales tienen la capacidad de aprender, recordar y poner en práctica las destrezas que han aprendido. Y esto lo pudieron comprobar utilizando seis lagartijos de Puerto Rico.

El investigador principal, el ecologista boricua Manuel Leal, explicó que se determinó que los lagartijos estudiados (Anolis evermanni) poseen lo que se denomina como comportamiento flexible. Así se define a la capacidad de adaptar y utilizar los conocimientos aprendidos a los diversos retos que se enfrentan. (Elnuevodía)

Sucede que la noche antes habíamos compartido dos de mis hijos y yo una charla de esas amenas y sin demasiados rigores a la vez que tomamos unas cuantas cervecitas Medalla bien frías, la noche no fue larga pero tampoco fue corta, los coquíes hacían su coro acostumbrado, las estrellas tiraban guiñadas a la luna y eramos felices…



Al otro día, en mi ritual mañanero usual armado de un café mulato me senté en la misma butaca en la que estuve la noche anterior hablando de esto, aquello y lo otro con Manuel y Roberto… noté que una lata de cerveza se había quedado en la mesa contigua en la terraza, nada cosas de que el proceso de despedida aunque incluyó recoger algo tampoco fue un evento militar…

Sorbos de café ayudaban a recomponer mis ideas y trataba de rescatar alguna escena de un sueño casi olvidado cuando noto que la lata casi imperceptiblemente se movía.. jumm pero todos creo que hemos visto latas moverse por supuestamente el efecto de la humedad que generan en la superficie… pero ¿cuál humedad si la cerveza debiese estar ya de temperatura ambiente?… y en eso la lata vuelve a menearse…



De repente veo la cara de un lagartijo asomarse desde el interior de la lata y juro que sonreía… reía solo pensando en que la nota del lagartijo tuviese algo que ver con la sonrisa… al acercarme a coger la lata, el contento reptil saltó y se quedó en la mesa les juro sonreído y mirando lo que hacía, la lata no estaba vacía así que el amigo verde de seguro pudo saborearla sabe Dios por cuánto rato…

Saben, acostumbro sentarme en la terraza, me gusta el contacto con la naturaleza y francamente tampoco me molesta que cuando me siento hay al por lo menos un lagartijo que se me acerca como si fuésemos ya grandes amigos y sonreído me mira como esperando que le vuelva a dejar otra cervecita en la mesa…

De esas cosas que uno piensa y no comenta por temor a que duden de la claridad mental y los excesos de tu imaginación pero hoy gracias a ciertos científicos de esos que investigan materias urgentes con paciencia y ciencia, puedo sospechar que por lo menos un lagartijo ha aprendido a beber Medalla y parece que le gusta mucho, y eso que hay quienes dicen que tienen la sangre fría…


4 comentarios:

Toñita González dijo...

Ojalá que los lagartijos invadan el Capitolio, para ver si allí se hace algo inteligente.

Ana Medina dijo...

Alcoholizaste un lagartijo... culpable.

Cita M. Mendez Medina dijo...

"Un lagartijo borracho,me encantó."

Cristina Corrada Emmanuel dijo...

Hombre esta genial y como me hiciestes reir! Me gusta como escribes es del alma y es una Oda hermosa a es@s largatij@s que nos hacen felices. Gracias por compartirlo!