Si me preguntan qué es prioritario en este momento debo insistir en la necesidad de ser creativos en las comunicaciones relacionadas a la vacunación masiva. Todas y todos somos creativos por naturaleza, pues nos invita a resolver problemas o dudas a través de la analogía en el pensamiento asociativo o en la práctica inteligente por el aprendizaje. Entonces comunicar es un acto creativo, en tanto que, con las informaciones que tenemos, añadimos contenido sea consciente o inconscientemente mediante mensajes e imágenes que capten el interés del público, y en este contexto educamos.
Entonces, ¿cómo crear un llamado a la acción de vacunarse educativo, persuasivo y efectivo?
Es, como todo proceso creativo, una cuestión de superar obviedades, desinformaciones y prejuicios para activar posibilidades de conducta social.
Tal vez era mejor haberlo planteado como premisa inicial pero la comunicación, para estos fines, consiste en el proceso de transmitir ideas e información acerca de un asunto de interés a la comunidad.
Se desprende la necesidad de saber qué sabe o cree saber la gente sobre, en este caso, la pandemia, pues ese es el marco dentro del cual debemos proponer enfoques, tratamientos y acercamientos creativos.
En este momento desconozco si se han realizado ejercicios de diagnóstico sobre los significados y contenidos emocionales de las comunidades sobre el virus.
Si no existen es lógico inferir que quienes están tomando decisiones estratégicas lo hacen simplemente a base de sus presunciones lo cual puede ser un gran error pero que explica lo desatento e ineficiente del esfuerzo de comunicaciones con demasiadas improvisaciones y gestiones estereotipadas.
Para mi es evidente que urge proponer una campaña creativa de comunicaciones, el pretender que 2.240.000 personas accedan a vacunarse sin contar con ese instrumento de mensajes acertados es pecar de ilusos.
El problema es que si fracasamos muere más gente porque innecesariamente fuimos torpes en una de las propuestas de acciones sociales más importantes de nuestra vida.
Pachi Ortizfeliciano
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7 comentarios:
"El ayudante general de la Guardia Nacional, José Reyes, insistió en que el Departamento de Salud debe realizar una campaña para dejar saber cómo será el proceso de vacunación contra el Covid-19...afirmó que hizo esta solicitud a la agencia, pero que no ha recibido respuesta.. coincidieron el presidente del comité de transición entrante y alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera Cruz y el entrante secretario de Salud, Carlos Mellado.
De acuerdo con el general, una encuesta realizada entre la Guardia Nacional y el Departamento de Salud arrojó que solo el 50% de la población elegible está dispuesta a vacunarse contra este virus. Para poder poner fin a la pandemia, las autoridades han dicho que es preciso que se vacune el 70% de la población o 2.2 millones de personas.
“Lo estamos esperando con ansias. Lo digo honestamente. Llevo semanas insistiendo en una campana publicitaria de orientación al pueblo en la que expresemos cuáles son los beneficios de la vacuna y busquemos personas que apelen a cada sector”, expresó durante las vistas. “Tenemos muchas personas que son íconos de Puerto Rico, artistas o comediantes que apelan a ese grupo de envejecientes, como Juan Manuel Lebrón. Antes de penalizar hay que orientar y la orientación ayuda a comunicarle al pueblo por qué necesitamos que se vacune el 70%” (ElVocero)
"..[S]e necesita que el 70% de la población esté vacunada para extender una inmunidad generalizada a la población, pero una encuesta realizada por la GNPR arrojó que menos del 50% de los residentes de Puerto Rico está dispuesto a vacunarse. “Tenemos ese gran reto. Llevo insistiendo por semanas en esa campaña de orientación al pueblo”, agregó el general.
“Me parece que pusimos la carreta antes de poner el caballo. Tenía que ser simultáneo. En lo que respecta a nosotros, vamos a seguir empujando la carreta aun sin caballo. Nos hemos preparado para almacenar sobre 3 millones de dosis de vacuna”, reconoció Reyes en cuanto a la falta de una campaña de orientación masiva por el Departamento de Salud.
“Estamos esperando con ansias a la secretaría de Salud. Llevo semanas insistiendo que debemos hacer campaña al pueblo de Puerto Rico donde expresemos cuáles son las fases, quién le toca cuando, y busquemos personas que apelen específicamente a ese sector”, puntualizó."
Los profesionales médicos deben comprender que las comunidades tienen diferentes condiciones ambientales y vulnerabilidades.
La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto la realidad de que la salud presenta desigualdades evidentes. Desde marzo, las personas han tenido más probabilidades de enfermarse y más probabilidades de morir de Covid-19 porque han estado viviendo y trabajando en condiciones sociales que empeoran su salud física y mental. Estas condiciones tienen sus raíces en desigualdades estructurales que también son responsables de la gravedad y progresión de Covid-19.
Entonces debemos:
1. Centrarnos en el riesgo comunitario, más que individual
El riesgo de Covid-19 se ha enmarcado principalmente como riesgo individual, como tener más de 60 años, tener una enfermedad preexistente o realizar un trabajo de primera línea. La investigación sugiere que para cerrar las brechas de desigualdad en la salud, debemos cambiar nuestro pensamiento de los riesgos personales a una orientación comunitaria.
El riesgo comunitario es el conjunto de factores que colectivamente ponen en riesgo a un grupo de personas. Uno de esos factores es la pobreza profunda. La pobreza profunda, que describe a aquellos con ingresos familiares inferiores al 50% del nivel de pobreza, está relacionada con una salud física y mental deficiente y la falta de recursos.
Covid-19 ha puesto al descubierto los efectos de la pobreza profunda en las comunidades, con mandatos gubernamentales que no cuadran con las realidades de las comunidades con pocos recursos. ¿Cómo se puede distanciar socialmente en una situación de hacinamiento? ¿Cómo pueden los niños aprender de forma remota desde casa cuando los padres tienen que ir a trabajar? Los responsables de la formulación de políticas deben comprender y abordar mejor los perfiles de riesgo que reflejan las comunidades.
2. Utilizar mensajes culturalmente relevantes
Una de las razones por las que los países asiáticos han logrado frenar la propagación del Covid-19 es la aceptación generalizada del uso de máscaras, en consonancia con las culturas colectivistas. El uso de máscaras se considera un comportamiento social educado que protege a los demás, por lo que las recomendaciones para usar máscaras se enraizan en un valor social existente.
Entre las comunidades latinas donde la familia es la máxima prioridad, “proteger a su familia” puede ser un mensaje eficaz. Identificar mensajes culturalmente consistentes es importante para los esfuerzos de prevención, prueba y tratamiento de Covid-19.
También son ejemplos de diferencias culturales las respuestas variables a una vacuna Covid -19.
Los mensajes de prevención, pruebas y tratamiento deben adaptarse a las poblaciones más afectadas por Covid-19 para determinar la mejor manera de asignar recursos limitados. Los mensajes de salud pública deben considerar los factores sociodemográficos de las comunidades, como la pobreza, la vivienda, la discriminación, las deficiencias del idioma, la pérdida o falta de seguro médico, los trabajos sin licencia por enfermedad remunerada y la falta de acceso a alimentos saludables.
Los investigadores han pedido atención médica e intervenciones culturalmente sensibles diseñadas para satisfacer las necesidades de las poblaciones vulnerables. Sin este enfoque, los mensajes que fomenten la prevención, las pruebas, el tratamiento y, en última instancia, la aceptación de la vacuna contra el Covid-19 tendrán un éxito limitado.
(sigue...)
(desde anterior)
3. Identificar las barreras a la asistencia sanitaria
Existen muchas barreras interrelacionadas para el acceso a la atención médica. Muchas personas enfrentan barreras idiomáticas para comunicarse con los proveedores, lo que puede resultar en un tratamiento insuficiente. Los sistemas de salud deben incorporar la atención integrada para los antecedentes acumulativos de traumas. El trauma, incluidas las experiencias de racismo y discriminación, aumenta los riesgos de salud mental, plantea barreras para el acceso a la atención médica y la adherencia al tratamiento, y aumenta los riesgos de síntomas físicos y enfermedades crónicas.
Se deben desarrollar cuestionarios de detección que se pueden administrar rápidamente en entornos de atención primaria para su uso con diversas poblaciones que puedan identificar a las personas en riesgo de tener problemas de salud mental y física. Sin embargo, los proveedores deben estar capacitados para preguntar acerca de los antecedentes de trauma y sus manifestaciones corporales para minimizar las barreras para las pruebas y el tratamiento de Covid-19. Los investigadores y los profesionales de la salud mental no solo deben estar capacitados para abordar el trauma relacionado con Covid-19, sino también comprender sus efectos en las comunidades de escasos recursos que durante mucho tiempo se han visto afectadas por la adversidad, la mala salud mental y las enfermedades crónicas.
4. Reconocer y remediar los efectos traumáticos de la discriminación.
La investigación muestra que el rechazo social está relacionado con el estrés postraumático y los síntomas de depresión. Los problemas de salud mental causados por Covid-19 pueden verse agravados por experiencias de discriminación. La experiencia de discriminación a lo largo de la vida de una persona es un aspecto del trauma acumulativo que tiene repercusiones reverberantes para la salud y la salud mental. Los programas de intervención que contextualizan la discriminación en términos históricos pueden mitigar los efectos negativos. Los prejuicios inconscientes de inferioridad perpetúan la discriminación. Las intervenciones diseñadas para abordar estos sesgos son fundamentales para promover la justicia social y la equidad en salud.
La evidencia sugiere que debemos mirar a las comunidades como un todo con sus valores y experiencias culturales y eliminar las barreras a la atención médica.
Necesitamos abordar la existencia y remediar los efectos de la desigualdad y la discriminación. Es necesario, es justo, y en los tiempos del COVID-19, es cuestión de vidas o muchas más muertes.
Pachi Ortizfeliciano
12 de enero de 2021 - Hace 29 días que se informó el inicio de la vacunación masiva en Puerto Rico, casi un mes. En ese momento advertimos de la carencia de un esfuerzo efectivo de comunicaciones, de la necesidad de educación y orientación. Hoy despertamos en medio de un estado de confusión que admite el gobierno tras frustrarse una gran cantidad de ciudadanos llamando a teléfonos donde nadie contesta y tras acercarse a lugares donde simplemente no hay las vacunas ni las condiciones para suministrarlas. Hoy desconocemos la cifra exacta de cuántos han sido vacunados, cuántos han recibido la segunda dosis, y qué por ciento de la población ha sido vacunada. Mientras subsisten con una frecuencia inquietante testimonios de personas que se han “colado” en el proceso recibiendo vacunas gente que no responden a los criterios de la llamada fase 1-A. De manera que podemos suponer una de dos opciones: seguiremos un proceso atropellado y negligente sumido en las medias verdades, o como pueblo tenemos la valentía de exigir la verdad completa y desde este momento andar todos advertidos y conscientes que el camino es mucho más largo que lo previamente imaginado. La cacareada luz al final del túnel sigue siendo distante y requerirá de más esfuerzos llegar. Ya la Organización Mundial de Salud (OMS) nos ha dicho que no habrá inmunidad colectiva en el 2021; mucho mejor me parece, saber la verdad y a base de la verdad proponer nuestra agenda. Momento de decisiones medulares: confusión o información: el “nuevo” gobierno tiene la palabra. Advertidos.
Desde el 15 de diciembre publiqué mi entendimiento de que entre las principales prioridades para hacer frente a la pandemia faltaba una estrategia de comunicación creativa eficaz. Insisto que ha sido y es un gran problema o deficiencia.
Se llama un "empujón conductual". Un llamado a la acción que incita al sujeto a alterar o acelerar su comportamiento. Y los investigadores de Wharton piensan que puede ser la clave para vacunar a más personas.
En un nuevo estudio, publicado el 18 de febrero, los autores del estudio encontraron que ciertos mensajes de texto resultaban en tasas de vacunación un 11% más altas. El estudio fue realizado por la Iniciativa de Cambio de Comportamiento para el Bien de la Wharton School y la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad de Pensilvania, en colaboración con la Penn Medicine Nudge Unit. Se asociaron con dos sistemas de salud regionales y enviaron 19 mensajes diferentes a 50,000 pacientes antes de las visitas planificadas a sus proveedores de atención primaria en el otoño de 2020. Los mensajes fueron diseñados para alentar a los pacientes a vacunarse contra la influenza.
Lo que encontraron fue revelador. Precisamente la forma en que se redactó un mensaje tuvo un gran impacto en si el paciente terminó recibiendo la vacuna.
En tiempos difíciles, hable con franqueza: en este estudio, los mensajes más efectivos no eran sorprendentes y carecían de componentes interactivos; simplemente les recordaban a los pacientes que la vacuna contra la gripe estaba reservada para ellos en el consultorio de su médico. Los mensajes que eran más inteligentes o informales, como compartir una broma sobre la gripe, eran menos efectivos ", escribieron los autores del estudio, estos empujones podrían ayudar a una mayor aceptación, o posiblemente a poblaciones que han mostrado renuencia a vacunarse.
La publicidad que funciona hace cambios y es una inversión en eficiencia.
“Nuestros resultados sugieren una forma prometedora de fomentar las vacunas COVID-19 a gran escala: potencialmente podemos ayudar a salvar vidas por menos de 10 centavos por persona”, dijo Katy Milkman, profesora de Wharton, codirectora de BCFG y autora principal del estudio. Al final, dijo Mitesh Patel, profesor de medicina de Penn y director de PMNU, estos ajustes aparentemente pequeños podrían "aumentar las tasas de vacunación y ayudarnos a terminar con esta pandemia más rápido".
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