El virus- diagnóstico de una oportunidad.

Introducción. Dónde estamos.
Como todo puertorriqueño he estado en mayor o menor grado al tanto de la realidad del virus de influenza. Como todo Puerto Rico hemos dependido de una serie de informaciones fragmentadas al respecto. Procurando evitar el enfoque politiquero propongo que hagamos un censo breve y certero de los esfuerzos, evitando la crítica estéril, hagamos acopio de lo realizado para rápidamente proceder a formular tácticas a corto plazo.

Como mi objetivo es incentivar una conversación immediata, para efecto de este escrito voy a usar de manera extremadamente liberal la inferencia lógica en los escenarios en que carezco de información detallada o de espacio para desarrollar argumentos extensos, la brevedad es un acierto necesario aunque reconocemos sus limitaciones implícitas, de entrada recomiendo que el marco conceptual se enrriquezca con la data necesaria y disponible a la mayor brevedad valga la redundancia.

Primero que nada de cuántos casos potenciales estamos hablando. Descartando temporeramente la consideración de tendencias, me propongo utilizar la cifra porcentual existente al momento para proyectar la propensión o potencial de riesgo actual y aplicar dicho criterio a todas las poblaciones.

Saltando grandes distancias me voy a permitir el lujo para efecto de la encomienda de pronosticar a aseverar que basado en las cifras recientes estamos ante el cuadro potencial de que al iniciarse el semestre nos encontremos, de entrada al menos con unos 170 menores y maestros en alto riesgo de estar contagiados. El sistema o la red que se prepara para implementar el llamado protocolo no solo debe estar diseñado para la indiscutiblemente prioritaria prevención sino para la identificación y procesamiento eficiente de esos casos.









Pasos aislados: realidad y limitaciones.

Aunque el gobierno se visualiza como un ente coordinador lo cierto es que en el desempeño de sus funciones ministeriales la gran mayoría de las instancias los diferentes departamentos funcionan independientes y lo que es importante denotar, desprovistos de información de hechos y procesos que aunque relevantes suceden en los diversos escenarios organizativos.

El asunto que conocemos a nivel anecdótico (con demasiada frecuencia y notoriedad) de que una agencia arregle una calle para que luego venga otra con otra encomienda y desarregle o dañe lo hecho es tan famoso que es parte del humor asociado a los desmadres gubernamentales cotidianos.



En la generalidad de los casos es meramente y simplemente ineficiencia y tonto, sin embargo ante el cuadro de peligrosidad de una pandemia, es totalmente inaceptable. El gobierno para cosas diz que importantes ha utilizado el mecanismo ad hoc de los llamados ‘task force’ que se suponen que reúnan tanto personal gubernamental (tanto a nivel estatal como federal y municipal) como personas del mundo privado y que puedan, gracias generalmente a disposiciones de órdenes ejecutivas y estatutarias de emergencia, sobrepasar las limitaciones o procesos lentos de ejecución administrativa.

Otro aspecto clave de este tipo de estructura especial es el poder de coordinar efectivamente todos los aspectos pertinentes de una controversia o necesidad. No vemos porqué esta alternativa no se pone en acción inmediatamente con un fuerte y central componente de comunicación.

El sistema de escuelas.
Lo que se plantea como un problema immediato, la situación de las escuelas del sistema público (debemos indicar que poca atención se le ha dado, por lo menos, en los medios, a los problemas que enfrenta el sistema privado de escuelas y colegios) no deja de ser una ironía importante. Si el sistema de las 1,700 escuelas de dicho sistema estuviesen en un estado aceptable, dicho sistema aunque representara un tratamiento especial debiese aportar una red de estructuras de servicios sociales que se extiende a lo largo y ancho de las comunidades de Puerto Rico. Obviamente este no es el caso pero no deja de tener el sistema de escuelas por su tamaño, extensión y alcance (presencia) un potencial de convertirse no solamente en un sistema de atención a la población estudiantil sino en una red de comunidades.



Red de comunidades.
Hasta ahora el procedimiento que ha utilizado el gobierno ha sido a base de contagios que se registran al llegar los enfermos a una sala de emergencia, además a partir de los planteamientos del gobernador y los otros esfuerzos de comunicación se ha pretendido movilizar una respuesta preventiva del público. Debemos anotar esfuerzos regionales en los que se destacan ciertos gobiernos municipales tales como el de Toa Baja, que han iniciado programas de interacción con sus comunidades y cualesquieras esfuerzos basados en las empresas o agencias como patronos.

La verdad es que el sistema de las escuelas le brinda al gobierno la oportunidad de directamente intervenir con un gran sector de la sociedad: las familias con hijos de edad escolar a los que se les debe adicionar las instituciones universitarias. Ciertamente como se ha planteado en otros escritos, el sistema de escuelas con todo y sus limitaciones y debilidades, es una de las pocas sino la más grande estructura de facilidades que cubre la isla entera. Tal vez urge que dejemos de estar viendo el problema de las escuelas meramente como problema y plantearnos el potencial que tienen para llegar a la vasta mayoría del pueblo.

Interacción con los municipios y el gobierno estatal.
De la manera en que yo lo interpreto la coexistencia coordinada de varios sistemas compatibles lo que le brinda al gobierno son garantías operacionales. Podemos presumir razonablemente que hay municipios donde todos los sistemas pueden funcionar de manera óptima pero realmente el diseño de un sistema de defensa de condiciones de salubridad lo que busca es brindar un nivel mínimo aceptable a todo el sistema, dicho de otro modo, si el gobierno municipal carece de mayores recursos y el municipio no tiene instalaciones hospitalarias, el sistema de escuelas debe poder aportar siquiera unas instalaciones físicas distribuidas (insertadas) por las y en las diferentes comunidades en tanto en la zona urbana como la rural.














1,700 enfermeras.

Hay una alternativa de implementación que de entrada puede lucir como un reto formidable más es un requisito operacional que definitivamente puede hacer que el sistema de las escuelas como red de comunidades funcione adecuadamente. Proponemos que se facilite los servicios de personal de enfermería en todas y cada una de las escuelas del sistema.

Para lograr este objetivo que puede ser cubierto integrando enfermeras de diferentes niveles de preparación (prácticas y de grados asociados) se debe utilizar personal procedente de diferentes agencias e inclusive mediante contratación de enfermeras retiradas en contratos a corto plazo (dos a tres semanas). Estas enfermeras deben recibir entrenamiento sobre diagnóstico y tratamiento del virus. De producirse instancias de contagio en un plantel ellas podrán ocuparse de la situación y coordinar el seguimiento a posibles focos posteriores de contagio tanto a nivel de la escuela como de comunidad y familiar con las correspondientes dependencias estatales y municipales.

Recuerdo una frase inolvidable del famoso juez Learned Hand: la gran mayoría de las cosas más importantes que ha logrado la humanidad empezaron siendo cosas imposibles de lograr.


Horario extendido y servicios adicionales.
Si se logra empezar a ver el enorme potencial del sistema de escuelas y universidades públicas como red de comunidades, en coordinación con las diferentes entidades se puede igualmente desarrollar charlas y sesiones con personal médico. Una iniciativa anunciada por el Colegio de Médicos se puede viabilizar mediante este sistema de escuelas porque lo indiscutiblemente cierto es que hay medio millón de ciudadanos sin plan ni seguro médico y que la labor de diagnosticar casos en la primera fase de peligrosidad puede llevarse a cabo sin necesariamente seguir recargando las salas de emergencia hospitalarias.